Hospital boutique
En mayo de 2004, Gilberto Pérez Castillo, un emprendedor de Guadalajara, tenía todo listo para estrenarse como empresario, estaba por abrir el primer local de una cadena de cafés, de nombre GDL, pero una esofagitis se interpuso en su camino y retrasó sus planes por casi tres semanas. Sólo estuvo tres días en el hospital, pero en ese tiempo quedó aislado por falta de televisión y teléfono. Como no tenía que estar acostado todo el tiempo, hubiera podido trabajar con una computadora y convertir los tiempos muertos en algo productivo. Esta clase de comodidades sólo las hubiera encontrado en el DF o en el Hospital Ángeles del Carmen en Guadalajara; pero ahora también hay un nuevo jugador en el segmento de los hospitales-hotel con servicios médicos de lujo a precios más bajos que sus competidores.
- El Hospital Real San José, en la colonia Jardines de San Ignacio (Zapopan), es un edificio inteligente donde el empresario hubiera gozado de las comodidades de un hotel y de su oficina, al estar conectado a internet, tener línea de teléfono, citar a sus socios en su sala de juntas y enterarse de las noticias vía televisión por cable.
- Grupo Jimalta, de reciente creación, apuesta por la construcción de centros médicos inteligentes, y decidió invertir 30 millones de dólares en una torre hospitalaria de cuatro pisos y competir directamente con el Hospital Ángeles del Carmen (del Grupo Empresarial Ángeles), que era el único que ofrecía este concepto a los tapatíos.
- La competencia va en serio, pues su inversión inicial rebasó el costo promedio de las unidades hospitalarias de Grupo Ángeles que ronda los 25 millones de dólares por hospital, de acuerdo con lo que publicó Expansión en febrero de este año.
- Al igual que en el hospital de Grupo Ángeles, en Real San José ir al doctor puede ser el equivalente a visitar un hotel de cinco estrellas en el que el enfermo pasa a ser huésped y a la hora de escoger cuarto puede hacerlo entre una suite junior, suite normal o presidencial, pero con precios 15% más bajos que otros hospitales privados, de acuerdo con Salvador Saucedo, director administrativo.
- “Queríamos innovar y darle al paciente otro tipo de atención, buscar su tranquilidad, todo está diseñado para que tenga un mayor confort… no tenemos competencia”, explica Joaquín Jiménez, director de la institución.
- El edificio consta de un sitio central que automatiza todas las funciones. Cuenta con una tienda de regalos y restaurantes de especialidades con 12 platillos diferentes por día, helipuerto, paredes en colores verde pastel (para crear un ambiente de tranquilidad) y salas de rayos X con cuadros de distintos paisajes. Su director dice tener también un valor agregado con el que no cuentan sus competidores: un equipo de hemodinamia (para la detección de arterías obstruidas), disponible sólo en otro hospital brasileño. Otra de sus particularidades es que el personal médico siempre camina por pasillos ocultos que no están a la vista ni del enfermo ni de sus familiares.
- La capacidad actual es para 128 camas y pretenden que en el corto plazo exista una enfermera disponible por paciente. Actualmente trabajan 160 empleados, pero estiman llegar a 400. Sus habitaciones tienen baño privado con todo lo necesario para la limpieza personal, televisión por cable, línea telefónica, clósets, caja fuerte y tres tipos de luz. Además, todos los cuartos tienen vista panorámica para observar la ciudad.
- En la sala de urgencias hay secciones separadas para hombres, mujeres y niños. Su área de pediatría imita el paisaje de una jungla, los recién nacidos conviven con pinturas de leones, jirafas, además de sillones con estampados de zebra.
- Hace 10 años este concepto era todavía un sueño lejano, pero tanto arquitectos como especialistas preveían que este tipo de construcciones hospitalarias reducirían el tiempo de hospitalización de los pacientes y aumentarían la eficiencia 30%. Ahora esto ya es una realidad.