Hospital Ángeles <br>Crecimiento Anti-D
En el Distrito Federal no hay lugar para un hospital de lujo. Hay lugar para dos. Al menos, esto es lo que creen los dueños del hospital Ángeles del Pedregal, que este año comenzarán la construcción de lo que aseguran será el mayor centro hospitalario de América Latina, en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de México: Interlomas.
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Pero los planes de este hospital —que hasta 1986 perteneció, sin mucho éxito, a la cadena Humana de Estados Unidos— no paran ahí. La empresa cree que, una vez que el gobierno ponga al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a competir con la medicina privada, en los próximos años podría captar gran parte de los recursos que las corporaciones destinan a la salud de sus trabajadores.
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Además del proyecto en Interlomas, el Ángeles planea reforzar la operación del recién adquirido Hospital Mocel. Y en algún momento después de 1998 espera extender su presencia a varios estados de la república a través de una cadena de pequeños hospitales. Incluso, estudia la posibilidad de desarrollar una franquicia de pequeñas clínicas, que faciliten el acceso a la atención médica en los barrios y colonias de menores ingresos.
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Para Olegario Vázquez Aldir, director general del hospital Ángeles, todos estos proyectos están lejos de ser un sueño. Gracias al respaldo que le dan las 76 empresas de su padre —Olegario Vázquez Raña, presidente del consejo del hospital—, el Ángeles ha tenido recursos suficientes para crecer.
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Poderoso caballero...
-A principios del presente año, el Ángeles compró en $24 millones de dólares el Mocel. Lo que sigue será la remodelación del mismo, para lo cual la empresa considera invertir otros $15 millones. Aunque la suma es considerable, el desembolso realmente fuerte apunta un poco más al norte del Distrito Federal. En la construcción del Ángeles de Interlomas la derrama será de unos $120 millones de dólares. Además, a lo anterior habría que sumar casi $7 millones que, según Vázquez Aldir, cada año se invierten en la unidad del Pedregal para mantenerla actualizada en equipo.
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Para este joven directivo (aún no cumple los 30 años), el Mocel condujo al Ángeles del Pedregal a colarse en otro segmento del mercado. “Se trata de dar el mismo servicio que en el Ángeles, sin tantos lujos y con menores costos. El nivel y la calidad de la medicina se va a igualar”, asegura.
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El Ángeles del Pedregal cuenta con 315 camas, 700 médicos de planta y hasta 1,200 médicos afiliados. El Mocel, en cambio, tiene 120 camas, 260 médicos de planta y 800 afiliados, mientras que el Interlomas (que se espera ya esté en funcionamiento en 1998), con 125,000 metros cuadrados de construcción, tendrá 230 camas y 800 médicos.
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Con orgullo evidente, Vázquez Aldir habla de los lujos, adelantos y modernos equipos que actualmente ofrece la unidad al sur de la ciudad. Las alfombras del área de cuartos, por ejemplo, se cambian cada año y están hechas de pequeños cuadros que se pueden remover con -facilidad cuando se derraman sustancias contaminantes. Este año, al hospital llegaron equipos -como el gamma knife —que puede sustituir las intervenciones quirúrgicas para -eliminar tumores— o el pet scanner —que realiza estudios más precisos que los de gabinete—. El costo de la inversión fue de $12 millones de dólares.
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Además, los cuartos de los pacientes incluyen un área para las visitas, pues —razona el entrevistado— en México hay que tomar en cuenta a la familia del enfermo. El Ángeles del Pedregal será el primer hospital en el país en ofrecer “teleconsultas”, con un sistema que pondrá en contacto al paciente con médicos del hospital MGH de la Universidad de Harvard, que le podrán dar “una segunda opinión”.
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Sin embargo, Vázquez Aldir reconoce que la atención en su hospital puede llegar a ser muy costosa. “En México —justifica— no hay una cultura de medicina preventiva. Cuando la gente tiene por fin que atenderse en un hospital, los costos ya son altísimos.” A eso, habría que sumar la falta de cultura de ahorro para la salud.
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Todo eso puede empezar a cambiar una vez que el gobierno ponga al IMSS a competir contra la medicina privada en la captación de los recursos que las empresas destinan a la salud de sus trabajadores. Algunas empresas, revela, ya se han adelantado y empiezan a crear fondos para garantizar atención médica a su personal.
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El Ángeles busca aprovechar esas nuevas tendencias. Para ello creó Corpomedic, una empresa que administrará los recursos de corporativos. A diferencia de lo que hacen las compañías de seguros, que sólo liquidan la cuenta del hospital, Corpomedic incluirá un plan de medicina preventiva.
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Por lo pronto, las empresas están obligadas a realizar un doble pago: -las pólizas de seguros y las cuotas del IMSS, pero el gobierno no tardará mucho en abrirle las opciones entre medicina privada o pública, confía este egresado de la licenciatura en Administración de Empresas.
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Actualmente, el Ángeles del Pedregal atiende sobre todo a pacientes mexicanos de clases media alta y alta, que requieren servicios especializados. “Nos hemos dado cuenta que, hoy, sólo cuando la gente tiene un problema muy grave viene al Ángeles.” La razón por la cual no lo hacen antes, continúa el director, es porque hay la percepción de que este hospital es más caro que otros.
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Como otras instituciones de su tipo, el Ángeles del Pedregal busca una administración eficiente, pues en este tipo de empresas “el problema más grave es cuantificar y contar los procesos. Es muy difícil calcular los costos”. En los hospitales administrados por médicos, es muy difícil tomar decisiones porque todos quieren opinar. Con una administración profesional, el Ángeles consulta a los galenos sólo para las decisiones médicas.
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Para Vázquez Aldir, el crecimiento del hospital representa un reto personal al que piensa dedicar los próximos 10 años. Cuenta, eso sí, con un fuerte apoyo por parte del corporativo y de varias empresas mexicanas. ¿Cumplirá la derrama de las compañías con las expectativas que se ha forjado este ex alumno de la Universidad Iberoamericana? El directivo no lo duda y asegura que “solas, la empresas se van a convencer de la necesidad de aportar dinero para la salud.”
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¿Una estrategia tejida en torno a un sueño?