Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

ICA: voraz

Bernardo Quintana dice haber aprendido la lección. Ahora no entrará a otro país sin mecanismos le
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

El pasado quedó atrás, todas las cosas son hechas nuevas. Pareciera que este pasaje bíblico resumiera a la perfección la historia reciente de ICA. Bernardo Quintana, presidente del consejo de administración –reacio para las entrevistas y las fotografías–, respira hondo y confiesa entre orgulloso y cauteloso, desde su despacho en el DF, que la profunda crisis por la que atravesaron ya acabó. Ésta les dejó una lección contundente: “Que ICA no vuelva a tener deuda corporativa”. Ésta es la estrategia que seguirán en adelante.

- Es el medio día de un sábado y en sus austeras instalaciones de la colonia Escandón, Quintana –de apariencia seria e impenetrable como el concreto– es flanqueado durante la entrevista por su hijo Alonso Quintana, director de Administración y Finanzas, y por José Luis Guerrero Álvarez, cerebro financiero de la compañía. Detalla cómo se manejarán en este segundo aire. “Esperamos seguir creciendo, pero con prudencia. No metiéndonos en problemas”.

- Eso reitera constantemente Quintana, el ingeniero, como para convencer una vez más a los mercados, a los inversionistas y al gobierno de que ahora ICA sí tiene solidez. Para dejar claro que es el mejor candidato para ganar la licitación de la hidroeléctrica La Parota (otra de las grandes obras del sexenio) y que tiene la capacidad para hacerse de la mayoría accionaria del Grupo Aeroportuario del Centro Norte (GACN).

- Los directivos estiman que la mayoría de sus ingresos los seguirán aportando a la construcción, pero entre 10% y 15% podrían provenir de otras inversiones (como concesiones carreteras y aeropuertos). La idea es obtener un flujo estable de ingresos y generar suficiente efectivo que contrarreste la ciclicidad de la construcción.

- La confianza del mercado quedó asentada con la reciente ampliación de capital de $230 millones de dólares, monto que equivale a 40% de su capital actual. Otra cuota fue aportada por la reducción de la deuda neta, sin incluir el proyecto hidroeléctrico El Cajón. Al segundo trimestre pasado era de $65 millones de pesos, pues logró reducir $1,109 millones desde el mismo periodo de 2004.

- La estrategia
El proceso de limpiar la casa ya estaba en marcha desde 1999, cuando comenzó el plan de reestructura y austeridad –a tal punto que el Informe Anual de 2000 se imprimió en papel reciclado–. Pero fue precisamente con el pago de 100% de su deuda corporativa –no relacionada con el financiamiento de proyectos– cuando se volteó la página. En mayo pasado liquidó un adeudo de $44 millones de dólares a Banamex y otro de $2 millones a la estadounidense Caterpillar Financial. Ésta fue la señal definitiva de que ya estaba del otro lado.

Publicidad

- En los siguientes tres meses todo ha sido miel sobre hojuelas. ICA refinanció con mejores plazos las deudas de los proyectos Corredor Sur y Túneles Concesionados de Acapulco, al ampliar sus vencimientos hasta 2025 y  2022 respectivamente. Ambas operaciones le dieron $68.5 mdd. Además, por estos días se espera el fallo del tren suburbano, que correrá de la estación ferroviaria Buenavista en el DF, y llegará en su primera etapa a Cuautitlán, Estado de México.

- Después de un minucioso análisis, Guerrero Álvarez, vicepresidente de Finanzas –con 23 años en la constructora– ha detectado proyectos de infraestructura por $17,000 millones que se licitarán en los próximos 36 meses. Para poder concursar por estas obras ICA necesita más recursos. Los mercados han tomado con optimismo la decisión de levantar capital. “Saben que la empresa necesita dinero para entrar a los proyectos para trabajar, no para saldar pasivos”, dice Carlos González Tabares, analista de Ixe.

- Hoy cerca de 78% de los proyectos requieren de financiamiento. Sólo en las licitaciones de este tercer trimestre ICA podría requerir cerca de $100 mdd para obras como la Terminal II del Aeropuerto y en otros, si resulta ganadora, como el Tren Suburbano y la Autopista Irapuato. Esto sin considerar otros $50 millones de dólares que podrían requerirse para La Parota, que podría licitarse a fines de año.

- Pero la pregunta que ahora ronda en el sector es cuántas licitaciones podría ganar ICA. “Si participa en todas las públicas, ICA tiene 20% de posibilidades de bateo”, según Cecilia del Castillo, analista de Banamex Accival. Eso significan $2,793 millones de dólares.

- Estas buenas nuevas también las ha asimilado la calificadora Standard & Poor’s, que le aumentó un grado la calificación al pasar de B- a B (cinco grados por debajo del grado de inversión). Eso refleja mejor desempeño operativo y financiero y mejoras en la estructura de capital y el perfil de vencimientos de ICA. Dicha percepción hubiera sido impensable hace dos años, cuando la empresa estaba a punto del colapso. Actualmente la acción de ICA (valuada en $6.5 pesos) es una de las cinco favoritas con recomendación de compra y tiene un valor de mercado de $784 millones de dólares.

- Hasta la lección que dejó su experiencia de mediados de los 90 en países latinoamericanos –cuando arreciaba la crisis mexicana– parece haberse aprendido. Hasta fines de 2004 estuvieron pagando los cargos extraordinarios de las controversias judiciales ($214 millones de pesos) provocadas por su incursión poco afortunada en Brasil, Colombia, Puerto Rico, Argentina y Panamá, entre otros.

-  Ahora se escribe una historia distinta. Luego del acuerdo con el Gobierno de Venezuela respecto al proyecto hidroeléctrico de Caruachi para recuperar $21 millones de dólares, ICA dejará Latinoamérica y se concentrará en sus proyectos de Portugal, España y México. “Hay una incapacidad real del gobierno (de México) en disponer de recursos para todos los proyectos necesarios para crecer y ser competitivos”, dice Bernardo Quintana, de 63 años, quien omite hablar sobre su posible jubilación en 2007, pero se entusiasma ante la pregunta de qué tal les va en Wall Street: “El cierre financiero de El Cajón no hubiera sido posible sino estuviéramos registrados en Nueva York”.

- Slim, el salvador
Hace apenas cinco años ICA estaba al borde del colapso. El backlog (obra pendiente por ejecutar) era de casi ocho meses, cuando el rango promedio mínimo es de un año (hoy sobrepasa los 20 meses). El mercado la consideraba una emisora especulativa: podía ser exitosa en algún proyecto, pero tenía problemas serios de liquidez. “Solamente la buscaban para hacer utilidades de corto plazo”, comenta González Tabares.

- En marzo de 2003 la constructora dio señales de que sus signos vitales todavía funcionaban. Con una oferta de $748 millones de dólares, la división de obra civil ganó la licitación de la hidroeléctrica El Cajón en Nayarit, considerada la obra del sexenio de Fox. Tenían otro reto enfrente: debían construir semejante proyecto bajo el esquema de Pidiregas, por el que el gobierno federal no paga un centavo hasta que la obra finalice. ICA, con 61%, y sus socios, La Peninsular y la rusa EPM, recurrieron a varios bancos para obtener el financiamiento, lo cual después sería calificado como la transacción del año. Pero en ese momento, aunque había amarrado el proyecto quedaban dudas sobre el futuro de la empresa. Los números rojos seguían ahí. Ese año reportó una pérdida de $1,054 millones de pesos.

- Pero en diciembre de 2003, en un tronar de dedos, la suerte de ICA cambió. Carlos Slim, a través de Banco Inbursa, le inyectó $220 millones de dólares. “Fue el salvador”, afirma con seguridad González Tabares. Por entonces, se rumoraba que Slim podría haber tomado el control y hacer una compra hostil. No fue así. ¿Por qué el magnate le salvó la vida a ICA? “Fue un apoyo totalmente institucional, nunca hubo otra intención”, responde pronto Quintana. En el momento más oscuro de la crisis, su único pensamiento era “salvar la empresa, salvar la empresa”.

- Aún así, no esconde su relación con Slim: “Jugamos dominó, ha sido mi amigo de toda la vida; nos conocimos en la escuela”. Pero niega que eso haya influido en su negocio. “Nos ayudaron porque vieron que podíamos salir y eso les convenía”. Quintana reconoce que hubo otros accionistas interesados (declina mencionar sus nombres) que aportaron $90 millones de dólares al ver que Inbursa los apoyaba.

- Slim ha declarado que la aportación a ICA no fue estratégica. Pero eso le redituó jugosos rendimientos: le permitió aumentar su participación hasta en 24% al comprar cada título por $2 pesos. Después de que ICA pagó un bono convertible de $96 millones de dólares y ya en camino de una franca recuperación, el magnate comenzó a vender sus acciones por el doble del valor inicial. A principios de año la posición accionaria de Slim en ICA era inferior a 5% y, por tanto, ya no tenía obligación de reportar información a la Comisión de Valores de Estados Unidos (sec por sus siglas en inglés).

- Pero su ausencia es relativa, ya que el mercado sigue con lupa las decisiones de inversión del Grupo Carso. Se ha constatado que desde que le inyectó recursos el precio de la acción ha tenido un alza consistente. Hace poco la Casa de Bolsa Banamex Accival ajustó de $5.6 a $6.5 pesos el valor objetivo a 12 meses de la acción. Este aumento en la estimación “se deriva de que ahora esperamos un mayor monto de nuevas contrataciones para los siguientes dos años”, dice Cecilia del Castillo.

- Dúo dinámico
Algunos ven el surgimiento de Impulsora de Desarrollo Económico para América Latina (ideal) como una amenaza  seria para ICA. Pero todo indica que será una alianza muy redituable. Los directivos de ideal –nacida de la escisión de activos de Inbursa– han dejado claro que no será una constructora sino la parte financiera de los proyectos al subcontratar el trabajo para los proyectos sin asumir los riesgos directos de construir.

-  Los  directivos de Inbursa admiten que la división de construcción de Grupo Carso aún es pequeña y sin experiencia en proyectos grandes. Ahí es donde podría entrar junto a ICA, más aún cuando ya han desmentido su interés por comprar una constructora grande.

- El capitán de ICA se muestra extremadamente cauteloso al hablar sobre los planes específicos con ideal y sólo dice contundente: “Definitivamente puede haber muchos proyectos en donde podamos trabajar juntos y en otros cada quien irá por su lado”. En marzo pasado ideal ganó la concesión para construir y operar la autopista de peaje Tepic-Villa Unión, triplicando la oferta de ICA.

- “Eso fue positivo para ICA, pues mandó a los mercados una señal de que no está dispuesta a ganar contratos a cualquier precio”, cree Gonzalo Fernández, analista del grupo financiero Santander. Otra vez, ICA aprendió del trauma que vivió en 1995. Ese año, la crisis arruinó a las grandes constructoras mexicanas involucradas en las concesiones carreteras. GMD quedó en los huesos, Bufete Industrial fue vendida a Grupo Serbo por $1,000 simbólicos pesos; Tribasa está en proceso de concurso mercantil. ICA estuvo a punto de correr la misma suerte.

- Aunque ahora ideal podría competir contra ICA para algunos proyectos, “la presencia de un vehículo tan fuerte de infraestructura y financiamiento es positivo para la construcción”, agrega Fernández.

- Eso cobrará más importancia en el último año y medio que queda de la gestión foxista (con más 30 proyectos carreteros), además de que cinco gobiernos estatales contemplan la construcción de redes para trenes suburbanos. “Estamos platicando que cosas podemos hacer juntos”, sólo se limita a responder Quintana, aunque admite que los desarrollos en conjunto serán dentro del país. Para volver a salir de México –aunque fuera con ideal– tendría que asegurarse mecanismos para dirimir eventuales problemas legales.

- Inversiones de altura
Con la tranquilidad de una casa en orden, José Luis Guerrero Álvarez sorprendió a los mercados con una apuesta nueva al anunciar que están en proceso de aumentar su participación en el Grupo Aeroportuario del Centro Norte (GACN), operador de 13 aeropuertos en nueve estados con ventas por $1,196 millones de pesos.

- La constructora compraría 37.3% de participación (unos $38 millones de dólares) en Servicios de Tecnología Aeroportuaria (Seta), compañía que detenta 15% del GACN. La sorpresa fue mayor cuando manifestaron su intención de ejercer la opción de compra de hasta 36% de GACN (hoy en manos del gobierno, que tiene 85%).

- Al inicio, los analistas la catalogaron de “riesgo innecesario”, pero los argumentos de los directivos de ICA los dejó satisfechos. “El negocio de aeropuertos está probado, por lo que los riesgos son medibles y mitigables”, sostiene Paloma Grediaga, directora de Relaciones con Inversionistas.

- Además de diversificar su riesgo, ICA pretende aprovechar el boom de la industria turística ante el incremento del flujo de visitantes al país. Los ingresos por turismo han crecido más del 15% anualmente.

- Para hacerse de la mayoría accionaria de GACN, la empresa requerirá de $203 millones de dólares. Esta inversión sería financiada en partes iguales por deuda y liquidez de varios inversionistas. “La participación de socios sería 100% mexicana”, aclara Grediaga.

- La respuesta del gobierno se espera para fin de año, pero no hay certeza de que acceda a las propuestas de ICA. Con GACN sería la tercera venta del gobierno de las cuatro empresas que creó en 1998 para administrar los principales aeropuertos del país.

- Auge casero
La palabra ICA casi siempre remite a la construcción de grandes carreteras, plantas hidroeléctricas o puentes, pero muy pocas veces al desarrollo de vivienda de interés social o media. Pero está en el segmento desde 2001 cuando creó su división Icavive, la constructora se ha subido a la ola del crecimiento que vive el sector (45% promedio anual).

- “Queremos ser un jugador importante en este mercado”, sostiene Bernardo Quintana, cuyo hijo Diego dirige la división que cerraría este año con 5,000 viviendas de interés social. Hasta ahora ha sido discreta frente a grandes rivales como GEO (que construyó 8,120 unidades en el segundo trimestre) o Homex que recién adquirió Casas Beta y prevé terminar el año con 40,000 unidades.

- Frente a tal competencia, Quintana sabe que sólo con alianzas podrá repuntar. “Nos llevamos bien con todas las empresas. Hay posibilidades de hacer proyectos con cualquiera”, dice. En este tema es más abierto. Quintana prevé que en 2007 venderán arriba de 10,000 unidades. “Hasta ese momento decidiremos si nos escindimos, salimos al mercado y buscamos socios”. La ampliación de capital también servirá para capitalizar este segmento con $30 millones de dólares, lo cual le permitirá contar con reservas territoriales para cuatro años.

- En 2000 se construían unas 200,000 casas, cinco años después se construye el triple. Y aún hay mucho por desarrollar, según la Dirección General Política y Fomento a la Vivienda de la Sedesol: la demanda de vivienda para este año es de 1.11 millones. Aunque el panorama es halagador para ICA, analistas descartan que se conviertan en uno de los grandes jugadores. “Competirá, pero su core business seguirá en la infraestructura”, sentencia Fernández, de Santander.

- Turbulencia política
“Nunca en la vida de ICA (58 años) hemos sido favorecidos por nadie. Hay ciertas posturas de envidia entre la competencia que dicen que ICA es la preferida”. Eso responde muy serio Bernardo Quintana cuando se le comenta que por varios años en los círculos financieros ha permeado esa percepción. Algunos creen que no estudiaba bien los proyectos donde participaba porque se sentía protegida por el gobierno de turno. “Sí, nos da un poco de coraje esos comentarios falsos, pero nos aguantamos”.

- Cuando se trata de hablar de política, otra vez Quintana mide cada una de sus palabras. Considera que este final de sexenio, el sector de la infraestructura ya no será tan cíclico como antes. “Creo que hay conciencia en los políticos de que no es lógico que cada seis años se paren las obras y luego vuelvan a arrancar”.

- Se muestra optimista de que en los próximos trimestres se liciten grandes proyectos. Por lo pronto confía que cerrarán 2005 con un crecimiento en ventas de 50%. Quintana cree que a medida que se acerquen las elecciones presidenciales de 2006 el ambiente político “será ruidoso y escandaloso”. No obstante asegura que, a diferencia del pasado, ICA no se verá afectada, porque ahora el riesgo va asociado al proyecto. “Así debe de ser”, dice convencido.

- Esta nueva actitud que muestra Quintana y su equipo es aplaudida por los mercados. “Saben que deberán ser muy cuidadosos con el cálculo de los costos, y dejar pasar aquellos proyectos que no son rentables”, sostiene el analista de Santander.

- Hasta el momento los vientos favorecen a ICA, pero no se sabe con certeza cuántos nuevos proyectos se licitarán, de qué monto y el tiempo en que esto ocurrirá. Además, una menor recuperación económica o los factores políticos podrían retrasar nuevas licitaciones. Los riesgos siempre estarán ahí.

- Ahora, de vez en cuando, Quintana retrocede en el tiempo y se ve joven en compañía de su padre, Bernardo Quintana Rioja, visitando las obras. Eran los años 80, la época de oro cuando 10% del PIB se invertía en infraestructura.

- Hoy, apenas roza 3%, pero como pocas empresas del sector ICA sigue viva.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad