Las multinacionales invierten millones de dólares en construir su imagen corporativa; Coca Cola y Mc Donald’s son un par de ejemplos. La pyme, en ese sentido, puede –y debe– construirla porque, al final de cuentas, se traduce en ingresos y utilidades. La imagen corporativa, claro está, es la personalidad de la compañía. En ella se incluyen aspectos internos y externos de la organización que influyen en sus empleados, clientes, proveedores y competencia.
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Sus componentes principales son: logotipo, colores, eslogan, nombre comercial, comunicados (anuncios, cotizaciones y tarjetas de presentación, por ejemplo). Aunque también la calidad en el servicio, así como la forma de vestir y actuar de sus empleados son elementos muy importantes. El reto para la pyme, sin duda alguna, es lograr la mejor imagen corporativa, pero al menor precio posible.
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Aquí tiene un consejo: haga la planeación o revisión, si ya se tiene, del logotipo y demás papelería. No baje un logotipo de internet, o use un carácter de Word, o dibujo de Power Point. Invente uno y acuda con un diseñador para que aterrice su idea. Piense en aspectos como el número de colores y la dificultad para dibujarlo por que son componentes que incrementan el costo. Suerte.
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