Después de 25 años, la sociedad Libyan Arab Foreing Investmen Company (LAFICO) vuelve a la Fiat, multinacional automotriz y financiera italiana de la familia Agnelli.
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La corporación libia, por instrucciones de Muammar Kadhafi, adquirió 2.27 % de las acciones ordinarias y 2.004 % del capital llamado "volante" (la masa de acciones circulante en el mercado) de Grupo Fiat, invirtiendo 40 millones de euros (unos $122 millones de dólares).
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"La operación se efectuó a través de una adquisición en el mercado accionario", explica Paolo Cantarella, director general de la casa italiana. Gianni Agnelli, presidente honorario del consorcio y principal accionista, manifestó su seguridad en la compañía y en sus nuevos socios. "Así como todo el mundo empresarial, también el gobierno de Libia, a través de esta inversión, expresa su confianza en nuestro grupo", observó.
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Con esta operación, la organización árabe se convierte también en socia de General Motors, que desde hace un año firmó una alianza con Fiat. En 1976, cuando Kadhafi adquirió 10% y, poco después, 5% más del capital de esta automotriz, tanto el gobierno italiano como el estadounidense expresaron no sólo su preocupación sino su desacuerdo. Este último amenazó a la armadora con fuertes represalias por asociarse con una persona que, por esos años, consideraba el brazo financiero del terrorismo mundial. Como consecuencia de tales presiones y de la difícil convivencia con LAFICO, Fiat –a través de una costosísima operación– concluyó en 1986 su incómoda relación con el coronel Kadhafi.
-Washington no ha expresado su discrepancia ni con la compra de acciones ni con el hecho de que General Motors comparta intereses con la firma árabe.
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