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La confusión del precio

Los analistas no saben por qué sigue al alza. Por el bien del consumidor, ojalá el mercado no se e
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Imagínese que una fuente infalible le aseguró, el 1 de enero de este año, que el crudo llegaría a aproximadamente $55 dólares el barril hacia mediados de octubre. Probablemente, sus previsiones de inversión hubieran sido magras.

- ¿Y el mercado de valores? Se habría descartado, sin duda.

- ¿Y qué decir del mercado de bonos? Las tasas de interés a largo plazo tendrían que haber sido mucho más elevadas ante el temor de la inflación.

- ¿La economía? Seguramente encarrilándose hacia la recesión.

- Pero el barril de petróleo está a más de $55 dólares –muy arriba de los $32.50 de principios de año– y ni los mercados financieros ni la economía parecen estar demasiado alterados.

- El Dow Jones Industrial Average ronda los 10 mil puntos, 5% por abajo del promedio anual, lo cual molesta pero no genera una debacle. El más amplio índice 500 de Standard & Poor está sólo 0.3% rezagado.

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- Los bonos a largo plazo van a la baja. Los papeles del Tesoro estaban a 4.06% el 27 de Octubre, en comparación a 4.25% al arranque del año.

- Y si acaso venía una recesión en camino, nadie le avisó a los consumidores en septiembre: las ventas al menudeo subieron 1.5% el mes pasado, el mayor aumento en los últimos seis meses.

- La incapacidad para seguirle la pista a los precios del petróleo es una herencia para el espíritu humano. La gente aprende a enfrentar la adversidad; de lo contrario, por mucho menos que el petróleo a $55 dólares habría terminado la civilización hace mucho tiempo.

- Pero existe otra razón por la cual el ascenso del petróleo no ha generado ciertas reacciones lógicas: Nadie tiene una buena respuesta para explicar exactamente  por qué el precio está donde está.

- Y ante la falta de una buena respuesta, cada aumento adicional en el precio del crudo es recibido más con escepticismo que con temor.

- También la esperanza está en juego –la esperanza de que mientras más rápido suba el precio del petróleo, más rápido será su descenso–. En los mercados libres, el alza abrupta de un precio a menudo termina con su derrumbe más que con su descenso gradual. (Recuérdese el caso del Nasdaq en 2000.)

- Todo aquel que llena el tanque de gasolina algunas veces al mes sabe por qué el petróleo subió abruptamente en este año. La demanda global, y especialmente la demanda de Asia, han sido más fuertes de lo que se esperaba.

- Luego que el huracán Iván arrasara el Golfo de México en septiembre, el temor de una interrupción en el suministro se transformó en una realidad, debido a que resultaron dañadas numerosas plataformas de perforación y tubos conductores.

- Y en el mercado siempre está presente el temor a un atentado terrorista en Medio Oriente que reduzca severamente la producción proveniente de esa crucial región.

- Pero, ¿qué sería del precio del petróleo sin el factor de miedo que se ha generado? Escoja cualquier número y su predicción podría ser tan buena como la de cualquier veterano vendedor de petróleo.

- “No creo que nadie en este mundo entienda realmente la dinámica del mercado petrolero mundial en este momento,” declaró Ed Keon, principal estratega en inversiones de Prudential Equity Group en New York.

- Si el comercio en los mercados petroleros estuviera limitado sólo a los procesadores de crudo (es decir, a los usuarios reales del activo), es posible que el actual precio no estaría cerca de $55 dólares el barril. Pero cualquier especulador puede también adquirir un contrato de futuros -y no hay nada más atractivo para un especulador que un mercado caliente-.

- “¿Por qué compran acciones?”, fue la pregunta que se le hizo a muchos inversionistas durante la burbuja accionaria de las empresas puntocom en 1999 y 2000. La respuesta honesta, “¡Porque están subiendo!” Esa mentalidad es necesaria para el frenesí especulativo.

- Evidentemente, los comerciantes petroleros creen que este año el mundo será un lugar significativamente menos peligroso. El petróleo en el futuro, a ser entregado en noviembre de 2005, cotizará a $47 dólares el barril.

- Sin embargo, hasta ahora, ha sido tan difícil predecir los efectos económicos de los costos récord del petróleo como entender qué es lo que realmente está impulsando el precio.

- El costo de la gasolina en Estados Unidos bajó durante gran parte del verano, pero ha estado subiendo nuevamente desde comienzos de septiembre. No obstante, esto no fue suficiente para alejar a los consumidores de las tiendas el mes pasado. El informe de venta al menudeo de octubre pasado decía que hubo una gran demanda de autos, ropa y línea blanca entre otros artículos.

- Susan Sterne, directora de Economic Analysis Associates de Greenwich, Connecticut, dijo que el alza de los precios de la energía no podían tener los mismos efectos en los consumidores que hace 10 o 20 años, ya que la energía es una parte mucho más pequeña en el gasto toral de una familia prototipo -3% a 4% ahora, en comparición con 8% a 10% a comienzos de los años ochenta, de acuerdo con datos oficiales.

- Algunos analistas están más preocupados. El gasto fue sorprendentemente fuerte en septiembre, pero “la pregunta aún persiste: ¿los consumidores pueden mantenerlo frente a los precios de la energía que suben vertiginosamente y al crecimiento laboral anémico?” Se preguntaban los economistas de Merrill Lynch en un informe a mediados de octubre.

- El presidente del la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, en un discurso decía que el efecto de los altos costos de energía eran “notables” pero “posiblemente resultaran menos críticos para el crecimiento económico” que en los años setenta.

- La visión de la Reserva Federal es importante, sin duda, ya que el banco central controla las tasas de interés a corto plazo. Temerosos de que los precios crecientes del petróleo de mediados y finales de los años setenta avivaran la inflación que ya era alta, la Reserva Federal restringió el crédito, lo que condujo a la recesión.

- Esta vez, es otra la visión que circula más ampliamente: en vez de echar combustible a la inflación, quizá los costos de la energía más elevados lleven a la deflación. La lógica es que a medida que aumenta el precio de la energía, los consumidores y los negocios podrían reducir otros gastos, disminuyendo la presión sobre los precios de muchos otros artículos.

- ¿Es esta tesis viable? Sterne piensa que no: “No hay ningún precedente histórico de ello.”

- David Wyss, economista de Standard & Poor’s en New York, declaró que el índice de precios al consumidor “básico” -que excluye alimentos y costos de energía- aumentaría 2.1% en 2005, por encima de 1.7% que se estima para este año, debido a que las compañías han aumentado los precios de innumerables productos y servicios para resarcirse de los gastos de energía más elevados. Pero el alza en las acciones del mercado de bonos durante este año, a medida que los intereses a largo plazo bajan, sugiere que algunos inversionistas creen que el petróleo simplemente va a demostrar ser deflacionario.

- De cualquier modo, los rendimientos actuales de los bonos ciertamente no sugieren que haya mucho temor a una inflación descontrolada a partir del avance persistente del petróleo. Quizá los mercados de bonos y acciones estén convencidos de que el comercio petrolero se ha transformado en un furor especulativo absurdo, y que la caída abrupta del precio será inevitable, más temprano que tarde.

- A los consumidores sólo les queda esperar que las leyes del mercado no se equivoquen y que el final de este ciclo no termine con el estallamiento de una burbuja petrolera.

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