Las entidades gubernamentales, como el Consejo de Promoción Turística, y el sector privado son para Edmundo Pérez-de Cobos, presidente de American Express (Amex) México, los ejes del turismo alternativo en nuestro país.
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Amex trabaja muy de cerca con ellos para establecer prioridades y acordar las “mezclas” que deben existir con el fin de tener una industria saludable, entendiendo por aquéllas las combinaciones de playa y atractivos coloniales, o playa y sitios arqueológicos, por mencionar algunos ejemplos. Así es como las autoridades y las empresas, con la participación de la multinacional, deciden qué porcentaje de hoteles deben adoptar la modalidad de “todo incluido” y cuántos otros están interesados en recibir a los denominados spring breakers.
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Una vez establecidos estos parámetros, la compañía comienza su labor de promoción del turismo colonial, arqueológico y ecoturismo, dirigiéndose a un mercado socioeconómico alto, dividido en dos segmentos.
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El primero engloba puntos turísticos tradicionales para huéspedes que van a destinos de lujo como Punta Mita, Costa Alegre, Careyes, Cancún o la Riviera Maya. Por otro lado contempla a los visitantes que asisten a eventos deportivos, especialmente el golf.
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El segundo está conformado por el turista que viene a conocer México por primera vez y desea empezar por el norte y salir por el sur. Pero, como declara Pérez-de Cobos, por la concentración de aeropuertos lo mejor es que llegue a la ciudad de México y haga conexiones a los estados. “American Express promociona estos trayectos, aunque son los menos porque nos falta infraestructura para hacer cómodo y fácil el traslado de nuestros clientes.”
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El entrevistado insiste en que el desarrollo de la infraestructura es la clave para que los visitantes vayan a varios puntos del país y no única- mente a las playas. Así, enfatiza que es de suma importancia que el sector público logre crear un entorno favorable a la participación del sector privado, puesto que es difícil que un empresario piense en invertir en un lugar donde no hay agua, luz o carreteras.
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Estas propuestas están en la mesa del Consejo de Planeación Turística, conformado por hombres de negocio del rubro y representantes del gobierno. Esta comisión se encargará de que las iniciativas a 25 años no se vayan a la basura sólo porque hubo un cambio de administración.
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En este sentido, Pérez-de Cobos destaca la labor de Fonatur como un organismo que propicia la inversión, aunque dice que su función también debería permitirle influir en que las instituciones públicas cuiden el entorno visual de los destinos turísticos, haciendo hincapié en eliminar el exceso de carteles propagandísticos, la basura y el ruido. “Tenemos que pensar que México es una potencia turística y que en América Latina somos el país con más desarrollo en este sector. Tenemos mucho que enseñar pero también mucho que hacer. Es cuestión de decir: '¡vamos a hacerlo ya!'. Y esto implica un costo político para la persona que ponga un alto [a la contaminación generada en algunos destinos].”