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La montaña rusa

¿Cuál es la diferencia entre Pemex y Wal-Mart? Todas. La fisonomía del mundo corporativo mexicano
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

En el principio fue Pemex… Pero ningún dios se aseguró de que esto -estuviera bien para México: el monopolio petrolero estatal puntea, desde -siempre (cuando Expansión publicó el primero, hace 30 años), el -ranking de “Las 500 Empresas más Importantes de México”, pero -difícilmente se le puede evaluar con los típicos criterios con que debe -hacerse a una empresa común y corriente. Nació para pagar muchos impuestos; -así sigue, y así seguirá.

- Un caso similar es el de la Comisión Federal de Electricidad, -tradicionalmente la segunda empresa en el listado. Por eso no debe resultar -extraño que quienes liderean la tabla de perdedoras de dinero sean Pemex y la -CFE. La que gana aquí es Hacienda. Y nada más.

- Por eso, para adentrarse en la historia de subes y bajas de Las 500, a -lo largo de estos 30 años, la palabra clave es Wal- Mart. En sus inicios como -Aurrerá, después como Cifra y ahora como Wal-Mart, el coloso de los -autoservicios ha sido, quizá, la empresa más consistente de todo el país, -siempre dentro del top ten. Hoy, la principal filial internacional de la -firma de Arkansas es la número tres de México y la más importante compañía -privada, por encima de General Motors y de Telmex. Es una máquina que no se -detiene.

- Protejo, luego me abro
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Cuando nació el reporte de Las 500, en 1975, el Estado mexicano era -un pulpo propietario de cosas insospechadas: desde petróleo, electricidad, -ferrocarriles y telefonía, hasta acero, aerolíneas, hoteles, camiones, -televisión y salas de cine. Era la época de los desplantes autoritarios de -Luis Echeverría, caracterizada por las malas relaciones entre gobierno y -empresarios, en especial los del Grupo Monterrey.

- Lo que dejaba libre el gobierno estaba protegido, de cualquier modo: todavía -se arrastraba la política oficial de sustitución de importaciones, que fue la -que hizo germinar a la industria automotriz. Ya para mediados de los años 70, -General Motors, Chrysler, Ford, Volkswagen y Nissan estaban en la punta de la -pirámide de Las 500. Estas compañías compartían posiciones con las -acereras Altos Hornos de México y Grupo Sidermex –ambas estatales– y con -Telmex, que por esas fechas era tan grande como ineficiente.

- Unos años después, tras la borrachera de la administración de la -abundancia lópezportillista, Pemex se convirtió en una de las empresas más -importantes del mundo. México nadaba en petróleo y los precios del crudo se -dispararon sin pausa. Las únicas compañías de capital privado que crecían a -tono eran las regiomontanas: el poderosísimo Grupo Industrial Alfa, Valores -Industriales (hoy FEMSA), Vitro y Empresas La Moderna (hoy British American -Tobacco).

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- El poder industrial de Monterrey dominaba el panorama de los negocios en -México. Pero todo se vino abajo cuando la crisis de 1982 cobró la factura de -los mil y un excesos de quien prometió defender como un perro a la moneda, pero -que evidentemente no lo logró. Los grupos del norte, endeudados todos en -dólares, fueron rescatados por el gobierno de Miguel de la Madrid, a través de -un célebre programa llamado Fideicomiso de Cobertura de Riesgos Cambiarios -(Ficorca).

- En la década de los años 80, entre una crisis y otra, las empresas la -pasaron bastante mal. En 1985, México se adhirió al GATT (hoy OMC) y, de un -plumazo, inició el camino de la apertura comercial plena.

- Al final de esos años, como cereza en el pastel, llegó Carlos Salinas de -Gortari y su política de vender todos los activos empresariales en manos del -gobierno: Mexicana de Aviación, Telmex, Nacional Hotelera, Sicartsa, Altos -Hornos de México, Cotsa, TV Azteca y todos los bancos.

- Aparecieron, entonces, en el radar del quién es quién del empresariado -mexicano, los nombres de Carlos Slim Helú, Ricardo Salinas Pliego, los hermanos -Autrey, Roberto Hernández y Alfredo Harp, Carlos Cabal Peniche, Gerardo de -Prevoisin, Jorge y José Martínez Güitrón, David Peñaloza, Ángel -Rodríguez, Pablo Brener, Isaac Saba. Como puede apreciarse, hoy quedan pocas de -esas estrellas en la constelación corporativa.

- De cualquier modo, fue durante el sexenio salinista que la iniciativa privada -recobró fuerza en la conducción económica del país. Más allá del desfile -de privatizaciones, el inicio de las negociaciones encaminadas a la firma de un -Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá animó a decenas de -empresarios (de dentro y de fuera) a crear negocios y a invertir en la -ampliación de plantas para desarrollar una mejor plataforma, con el objetivo -fijo en el mercado más grande del mundo.

- Incluso, muchas empresas iniciaron el camino de la expansión fuera de -México, tal como ocurrió con Cemex, Bimbo, Televisa, Grupo IMSA, Vitro, Grupo -Modelo, Telmex, Grupo México, Grupo Maseca, Pulsar Internacional, FEMSA y -otros. El universo empresarial mexicano era global, de repente. Si bien no en -todos los casos las incursiones fueron exitosas, algunas de estas compañías -afianzaron presencia en otras latitudes, lo cual les ha ayudado mucho para -solventar los bajones sistemáticos del mercado interno.

- En ese sentido, quizá nadie lo ha hecho mejor que Cemex y Bimbo. En fechas -más recientes, América Móvil también ha desarrollado una red eficaz, sobre -todo en el subcontinente americano.

- Estrellas y desapariciones
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Hoy a nadie sorprende que firmas como Wal-Mart, Telmex, Delphi, Cemex, FEMSA -y Grupo Carso se encuentren como punteras en Las 500. Pero si se hace un poco de -memoria, durante largos años las automotrices y las siderúrgicas (además de -los eternos monopolios estatales) fueron quienes dominaron la escena. Asimismo, -Alfa y Vitro eran las regiomontanas con cetro y corona.

- Pero la realidad ha cambiado. Aunque ciertamente las grandes automotrices -siguen en la cima, la consolidación de Carso, Telmex, Wal- Mart, Cemex y FEMSA, -entre otras, ya les tiene un lugar bien ganado en las primeras 10. Lo mismo -podría decirse de las que componen el siempre enigmático y eficiente Grupo Bal -(Peñoles, Palacio de Hierro, Grupo Nacional Provincial), de Modelo, de Bimbo y -de Televisa. Las estrellitas.

- No ha sucedido así con muchas otras compañías que llegaron a ocupar sitios -preponderantes en el listado, pero que han bajado varios peldaños, o incluso -han desaparecido. Entre las que ajustaron drásticamente su tamaño a la baja se -encuentran Grupo ICA, Altos Hornos de México, Cydsa, Savia, Tribasa, Vitro, -Desc, Bufete Industrial, Grupo Mexicano de Desarrollo y Grupo Durango, por -ejemplo. Gajes de mercados en transformación o de malos manejos, lo cierto es -que estas corporaciones fueron sistemáticamente decreciendo a lo largo de los -años. Peor aún, Situr, Gemex y GEAM-Del Monte de plano desaparecieron.

- De las que, por desgracia, existen pocas en México, son las nuevas -estrellas. Casos como el de CIE, Alsea, Cinemex, Geo, Ara, Hipotecaria Nacional, -Grupo Bafar y Grupo Ángeles se cuentan con los dedos de las manos. Y son justo -las que más falta hacen.

- Para no quedarnos en las mismas de siempre, conviene poner atención a otras -firmas más discretas que han mantenido bastante consistencia en los últimos -años. Descontando a las multinacionales, que operan bajo la batuta de sus sedes -corporativas, no hay que perder de vista a Grupo Lala, Comex, Grupo Martí, El -Puerto de Liverpool, Nadro, Mabe, Corvi, Bachoco y Grupo Famsa.

- Especie en extinción
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Empresarios mexicanos quedan pocos. Quizá la característica más acentuada -del sexenio zedillista –continuada durante el actual gobierno de Vicente Fox– -fue la ola de fusiones y adquisiciones que vivió el mundo corporativo mexicano.

- Evidentemente, no fueron los consorcios de capital privado nacional quienes -ganaron la contienda. Fueron las grandes multinacionales que aprovecharon el -error decembrino de 1994 para iniciar un proceso de compras baratas a partir de -1995, sobre todo en el sistema financiero.

- Cuando parecía que el fantasma de las crisis sexenales había quedado en el -pasado, una de las más severas azotó a la economía nacional, ocasionando una -crisis bancaria sin precedentes (que obligó a la creación del Fobaproa –hoy -IPAB–) y erosionó, una vez más, la de por sí precaria competitividad de las -empresas mexicanas.

- De ese modo, Bancomer se convirtió en BBVA, Banco Mexicano y Serfín en -Santander, Inverlat en Scotiabank, Banamex en Citibank y Bital en HSBC. Quedaron -vivos Banorte, Interacciones e Inbursa. De la misma manera, Grupo Desc, -Consorcio Escorpión, Empresas La Moderna y Farmacias Benavides, entre otras, se -dedicaron a vender activos y filiales a multinacionales.

- Sólo hubo dos casos contrarios: Grupo Cuervo, que fue recomprado a un -consorcio británico por inversionistas mexicanos, y Grupo Iusacell, echado al -bolso de Ricardo Salinas por una cifra irrisoria. Dos oasis, digámoslo así, en -el desierto del capital privado nacional.¿Qué sigue? Es difícil anticipar -escenarios, pero queda claro que no vivimos las mejores condiciones para que la -iniciativa privada recupere los niveles de competitividad y productividad -perdidos. Empresas como Durango o Cydsa han cedido su capital a sus tenedores de -bonos, incapaces de cumplir con sus obligaciones. ¿Cuántas más deberán ceder -capital a los tenedores internacionales de deuda?

- Aún así, las estrellas seguirán brillando y las empresas jóvenes que hoy -sorprenden a los analistas (como Alsea, CIE y los constructores de vivienda) -seguramente despuntarán, para convertirse en los grandes corporativos mexicanos -del futuro cercano. Ojalá que a otros tantos que aún no sobresalen les llegue -el financiamiento necesario para brillar. Las multinacionales seguirán -creciendo, en todos los frentes, y las empresas estatales se mantendrán como -generadoras de dinero para el presupuesto público. 
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-Pemex

- General Motors
- Industria farmacéutica
- Nextel
- Grupo Martí
- Las 25 de Fortune y Expansión

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