La soledad en la que había estado Cadereyta terminó con la llegada de Petróleos Mexicanos (Pemex). Con la renovación de la refinería, los habitantes de este municipio de Nuevo León se despiertan cada día para conocer alguna nueva transformación.
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La modernización de la refinería de Cadereyta es el proyecto más grande que lleva a cabo Pemex-Refinación, debido a que la caída en los precios del crudo hizo que se pospusieran otras obras.
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Con el Proyecto Cadereyta, en el cual se invertirán $1,618 millones de dólares, se aumentará a 248,000 barriles diarios la capacidad de procesar petróleo crudo, y a 192,000 barriles por día la producción de petrolíferos de calidad ecológica internacional.
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Deberá quedar concluido para el verano del año 2000, y ahora tiene un avance de 76%, según el director general de Pemex, Adrián Lajous Vargas.
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Las constructoras que ejecutan el proyecto, encabezadas por Tribasa, han “importado” cerca de 60,000 trabajadores a un municipio con una población de poco más de 100,000 habitantes.
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Para alojar a tal cantidad de trabajadores, Tribasa y el consorcio de empresas constructoras han tenido que edificar viviendas para alojar a sus obreros, habitaciones que han sido comparadas con campos para refugiados.
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Hay quien ya compara este pequeño municipio con Macondo, el pueblo creado por Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad, cuya vida es trastocada cuando llega una compañía bananera.
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Ahora, el principal temor de los pobladores de Cadereyta es que, cuando terminen las obras, Pemex recoja sus “fierros” y deje ese municipio de nuevo sumergido en la soledad.