Por razones económicas, esta mujer comenzó a trabajar a los 18 años como recepcionista en la agencia Avisa, al tiempo que cursaba la preparatoria (más adelante ingresó a la Escuela Técnica de Publicidad). De la recepción fue transferida al área de medios, después ingresó a Ogilvy & Mather y más tarde se mudó a Young & Rubicam, donde se involucró de lleno en los procesos publicitarios. Tras 12 años en esta agencia consiguió la dirección general de medios: fue la primera mexicana en ocupar ese puesto. De ahí partió a Walter Thompson y a Total Media, como paso preliminar a la dirección general de MindShare, central de medios hermana de Ogilvy y Walter.
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La vasta experiencia de esta ejecutiva es su mejor arma para competir en el mercado de la publicidad. Un medio que, dice, nunca ha tenido tantas trabas machistas como muchos otros. “Si hay mujeres que tienen ciertas limitaciones en lo profesional, es porque sus prioridades son ser madres y/o esposas, lo que consume gran parte de su tiempo.” Al igual que muchas otras mujeres, Lilia Barroso parece contar con el don de la ubicuidad y comenta lo que alguna vez le dijo una de sus jefas: “Me gustaría mucho tener una esposa en mi casa porque me solucionaría todo”.
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