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Llamadas peligrosas

En las manos equivocadas, un teléfono móvil es un arma. Las autoridades del DF instalarán un bloq
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Durante las primeras jornadas del torneo de futbol, cuando vencía al portero rival y corría hacia la banca para celebrar la anotación, ‘Kikín’ Fonseca ya sabía que al festejo le faltaría algo: el abrazo al director técnico de su equipo (Cruz Azul), Rubén Omar Romano, víctima de una banda de secuestradores que lo mantuvo cautivo durante casi tres meses.

- El crimen contra Romano se organizó desde una cárcel de la capital del país: utilizando un teléfono celular, el recluso José Luis Canchola –el autor intelectual del rapto– coordinó las operaciones del secuestro del estratega deportivo.

- Dicen que el crimen nunca descansa. Para las bandas delictivas, la comunicación telefónica se está convirtiendo en un recurso útil para cumplir dicha premisa. Datos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal  apuntan que, en lo que va del año, la ciudadanía ha denunciado 342 casos de extorsión telefónica, 70% realizadas desde un reclusorio capitalino.

- Los criminales, supuestamente recluidos, usan teléfonos fijos y celulares para perpetrar los delitos, aunque por reglamento está prohibido.

- A guardar silencio
Con la intención de frenar el uso delictivo de teléfonos móviles, el gobierno del DF instalará una plataforma tecnológica para bloquear las señales celulares. De esta forma, los reclusos no podrán utilizar la telefonía inalámbrica para realizar extorsiones o coordinar las acciones de una banda delictiva.

- El primer despliegue del sistema bloqueador –provisto, señalan reportes de la prensa mexicana, por la firma israelí Netline Communications Technologies– se llevará a cabo en el Reclusorio Norte (ReNo) de la capital. La tecnología implicó el desembolso de 5 millones de pesos –según declaraciones del gobierno del DF– y está diseñada para cubrir toda la superficie del centro penitenciario (alrededor de 22 hectáreas).

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- De acuerdo con información difundida por la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del DF, la prueba piloto realizada en el ReNo confirmó la viabilidad de la tecnología: aplicando un despliegue menor –una cuarta parte de la cárcel capitalina– se logró un bloqueo total de señales móviles. El sistema, en ese sentido, estaría habilitado para interrumpir las señales de todos los equipos disponibles; afectar los protocolos de comunicación (GSM, PCS, Nextel) utilizados en el país, y detener el servicio de los proveedores celulares con cobertura en el DF.

- La meta de las autoridades es instalar el ‘bloqueo celular’ en todo el sistema de reclusorios del DF: Reclusorio Sur, Reclusorio Oriente y   Santa Martha Acatitla –con un costo estimado de 4.5 millones de pesos por sede–.

- La respuesta de la ley
El bloqueo de señales celulares no es una práctica nueva en México. Ya se aplica en lugares como iglesias y hospitales. Y, en ese sentido, la experiencia –local e internacional– confirma la solvencia de la tecnología de bloqueo.

- En el caso del sistema penitenciario del DF, las autoridades tomaron una decisión correcta, asegura Mariana Garza, analista de Telecomunicaciones de Select: “La tecnología está probada y representa una muy buena opción. Había un factor de seguridad social que ya resultaba prioritario. No hubiera bastado con restringir la señal”.

- El reto, dice la analista, es que la inversión en la tecnología se realice en forma inteligente; especialmente, en lo que concierne a la actualización tecnológica de los ‘bloqueadores’. Los protocolos de comunicación celular viven un momento de gran avance (de tercera generación -3G- a 3.5 y después a 4G o 5G), lo cual implicaría el riesgo de que las tecnologías ‘bloqueadoras’ quedaran rezagadas.

- Aun así, señala Garza de Select, la amenaza se puede esquivar: “Las herramientas de bloqueo se desarrollan a la par de las tecnologías celulares, hay una actualización en paralelo. Y una inversión inteligente en seguridad contempla esto”.

- Al final del día, considera Garza, lo importante es que las autoridades están reaccionando a una realidad tecnológica que va más allá de los calificativos de ‘bueno’ o ‘malo’. “El lamentable fenómeno de la extorsión ya existía. Sólo ocurrió que el delito se adaptó a una nueva herramienta de comunicación. Se está respondiendo, en términos adecuados, a un innovador canal desarrollado por los delincuentes. La situación sería muy diferente, si el bloqueo se realizara en un lugar público; ya que eso afectaría tanto a operadores como consumidores. El mercado sería lesionado”.

- Si la apuesta de las autoridades resulta efectiva, los ya prohibidos celulares guardarán silencio en las prisiones de la Ciudad de México.

- La comunidad agradecerá el gesto: se podrá dormir con un poco más de tranquilidad. Sin miedo a ser despertado por una amenazante llamada.

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