Llegaron hasta la cocina
Gracias a las amas de casas brasileñas Peñoles crece. El sulfato de sodio para la fabricación de detergente en polvo le aporta a la química mexicana $7 millones de dólares en esa nación del cono sur.
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Y aunque esa cifra es una ínfima parte de sus ventas externas totales –cerca de $ 500 millones de dólares–, el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) aumentará 20% sus exportaciones al país sureño. Por si fuera poco, su cartera engrosará con el resurgimiento de las ventas de metales, que hoy representan menos de 5% del total comercializado en ese mercado.
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El corporativo hace negocios con los brasileños desde hace 20 años y ha pasado por diversas formas de relaciones binacionales: se asoció primero con los empresarios y formó Quirey do Brasil para exportar sulfato de sodio; luego comenzó a enviarle metales, cuyos ingresos aportados al grupo llegaron a representar hasta 50% del total que obtenía de esa economía; más tarde se desligó de sus socios locales pero mantuvo aquella compañía con su oficina comercial y con inventarios en bodega en el puerto de San Sebastián, en São Paulo.
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Con el tiempo, las exportaciones de metales se suspendieron, aunque Peñoles continuó proveyendo sulfato de sodio a Procter & Gamble y Unilever. Sin embargo, Mercosur mediante, los convenios bilaterales se suspendieron. Además de limitar la reducción en los aranceles a la importación de aquella sustancia, "comenzaron a cobrarnos un impuesto de la marina mercante por no usar barcos con bandera de su país", describe Pedro López Buergo, director de Comercialización de la minera. Aún así, Brasil siguió representando su principal mercado extranjero en esta materia prima.
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Ahora, con la firma del ACE, aquellos tributos se eliminaron y la compañía reducirá sus costos 15%. Además de incrementar sus exportaciones de sulfato de sodio de 50,000 a 60,000 toneladas anuales, la división metales del grupo analiza retomar la venta de plomo, zinc y bismuto, tal como sucedía hace cinco años. El grueso de los metales que produce Peñoles se benefició del Acuerdo con una baja de aranceles de 50% en promedio, y en adelante podrá disputarle el mercado a la industria peruana, la cual ingresa libre de impuestos.
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En realidad, todo el sector químico mexicano se frota las manos con el convenio, porque los gravámenes de importación brasileños de cerca de 300 productos de la industria disminuirán entre 50 y 100%.
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Para el año próximo se prevé que las ventas a este mercado sudamericano –segundo después de Estados Unidos para el sector– aumenten de $122 millones a $400 millones de dólares, según la Asociación Nacional de Industria Química.