En el Museo Dolores Olmedo Patiño, en Xochimilco, se exhibe la exposición “Sam Vanni. Pintor finlandés 1908-1992”, compuesta por 67 obras de diversas técnicas de un creador que evoluciona, cuadro a cuadro, ante el pasmo de los visitantes.
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La búsqueda estética de Vanni, quien ha sido considerado “...quizá como el más importante artista innovador del arte abstracto en Finlandia”, es recogida por esta exposición retrospectiva en los momentos destacables de su quehacer plástico.
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Desde su trabajo figurativo, muy maduro, inclusive al comienzo, a los 18 años, cuando plasma un autorretrato estupendo, con sombrero de ala ancha y una pose arrogante, pasa, poco más tarde, por las gruesas pinceladas de sus paisajes bucólicos, con acentos de colores vivos, y sus estampas, más minuciosas, de ciudades recluidas en la escala de los tonos grises, las sombras y las gamas arcillosas, hasta llegar a sus serigrafías, ¡magníficas!, que hacen sobresalir la composición, los colores y el ritmo, ya en el caldo bullicioso del arte abstracto. La obra de Vanni, en general, entusiasma y tonifica el espíritu. Sus cuadros inflaman la imaginación del espectador más desprevenido.