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Los malos de la clase

Alemania e Italia faltan a la ortodoxia de moda. ¿Regresarán al redil?
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Para la mayoría de los analistas, la crisis monetaria de Eurolandia –la Europa del euro–, es en gran parte consecuencia de la debilidad de las economías de Alemania e Italia. A pesar del importante crecimiento económico registrado por los demás países de la Unión, la moneda única europea a un año de su  nacimiento, ha perdido entre 17 y 18 % de su valor frente al dólar.

- Es lógico que por ser el motor de la Unión Europea, Alemania aparezca como la gran imputada en esta crisis, pero no sólo por  su pobre crecimiento económico sino por la política proteccionista que conduce su gobierno. Hace sólo unas semanas el canciller Schroeder no sólo bloqueo la excelente oferta  presentada por el grupo inglés Vodafone, para la adquisición del coloso telefónico alemán Mannesmann, sino que presionó a los bancos de su país a fin de que salvaran al importante grupo constructor Holzmann. “En sólo una semana Schroeder dilapidó su imagen de socialdemócrata moderado y modernizador”, escribió el analista económico Federico Rampini.

- El Banco Central Europeo (BCE)  lanzó una fuerte crítica a la política proteccionista de Schroeder: “Desafortunadamente Alemania esta retardando las reformas del bienestar, fiscal, laboral y de pensiones, además de que realiza erradas intervenciones en la economía (en los casos Vodafone y Holzmann)”.

- El comisario Mario Monti advirtió por su parte, que los riesgos de un exceso de concentraciones “deben ser analizados caso por caso, pero sin olvidar que Europa requiere de empresas grandes para competir en un mercado globalizado”. No es difícil entender el verdadero fondo de sus palabras: si Alemania no modifica su política, la Comisión Europea hará valer las normas sobre competencia.

- La situación de Italia no es menos complicada, vistas las dificultades del gobierno para completar la apertura del mercado interno y agilizar el proceso de privatización de sus entes públicos. Entre 1995 y 1998 las inversiones extranjeras en el país han caído de casi $5,000 millones de dólares a $2,600 millones, mientras que el Reino Unido recibió 24 veces más.

- Italia también deberá reformar sus sectores de salud y pensiones. Estas reformas, exigidas desde hace tiempo por la Comisión Europea, permitirían al gobierno italiano no sólo disminuir su enorme déficit (115% del PIB) sino reducir la fuerte presión que ejerce sobre los contribuyentes.

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- El problema de Italia es que una negativa coyuntura económica, provocada por el fuerte incremento del precio del petróleo y la devaluación del euro, afecta sus costos de producción, lo que ha hecho reaparecer el fantasma de la inflación: su actual 2%, corresponde al doble de la inflación media europea.

- La receta que ofrecen la Comisión Europea y el BCE para que Alemania e Italia superen sus crisis es: “realizar reformas estructurales, comenzando por la liberalización de sus mercados y el impulso de la libre competencia”. Los países que impiden estas reformas y la libre competencia, dice Monti, “corren el peligro de hacerse acreedores a sanciones y multas europeas porque no hacen bien a una ciudadanía que necesita de una economía más flexible”.

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