Los pequeños gigantes de la economía
Los países grandes sustentan su fortaleza en las pequeñas empresas. Aunque siempre se cita a Italia como el mejor ejemplo, la realidad es que prácticamente todas las naciones europeas e incluso Estados Unidos han tejido su prosperidad en virtud del apoyo a la creación de negocios (que, por definición, comienzan siempre chicos).
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Por vez primera en muchos años, Expansión presenta un informe titulado 蔴 pequeños gigantes", que refleja el desempeño del centenar de compañías medianas más importantes del país, todas ellas aspirantes a formar parte –ojalá que muy pronto– del selecto grupo de Las 500, cuyo reporte publicamos en nuestra edición anterior. Con esto ratificamos, además, nuestra decisión de ser la revista de negocios que dota de información sobre todas las empresas en México. Nos sumergimos en esta aventura editorial con la intención de documentar la importancia de firmas de las que se habla poco, pero que sin duda son los pistones del motor económico de México. Al contrario de como sucede con los grandes consorcios (sobre todo filiales de multinacionales, que importan tanto o más de lo que exportan), las pequeñas gigantes son máquinas generadoras de divisas. La prueba: en la muestra incluida a partir de la página 60, el promedio de ventas al extranjero como parte del total de 2000 fue 43%. Elevadísimo.
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Lo anterior constata los efectos del modelo exportador seguido por nuestro país desde hace algunos años, con sus beneficios y riesgos. Justo ahora que la economía estadounidense vive un ya prolongado impasse, es natural que las empresas mexicanas, cada vez más conectadas con la realidad del enorme mercado al norte del Bravo, sufran las consecuencias de la recesión en sus propios números. Como comentamos hace 14 días en este mismo espacio, haciendo apuntes al margen del análisis de Las 500, la realidad de 2001 es muy distinta a la de 2000, por lo que en el ejercicio que elaboremos para el próximo año las cifras serán menos generosas.
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Por lo pronto, el multicitado programa de estímulo a los microchangarros parece a todas luces insuficiente para promover la creación y el desarrollo de pequeñas empresas competitivas. Y esto, principalmente, porque su objetivo está orientado a personas físicas con actividades muy primarias y nadie podría estar en desacuerdo con que en este país se requiere mucho más que modernos puestos callejeros de tacos y de grasa para zapatos. Lo que urge es un esfuerzo integral para encadenar a los pequeños y medianos productores con las necesidades de las grandes corporaciones, subir a todos al tren de la competitividad. Para ello, insistimos, el acceso a las fuentes de financiamiento se vuelve un imperativo. No puede generarse más riqueza si no se crean las condiciones adecuadas con el fin de alentar círculos virtuosos en la economía. Y eso todavía no existe en México.
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— Los Editores
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