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Los secretos que esconde IBM

Invierte más de $6,000 millones de dólares en investigación y desarrollo en prototipos que nunca
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

¿Ya tienes dimensión de lo que representan $6,000 millones de dólares? Si una persona gana $20,000 pesos al mes, tendría que esperar 287,500 años para juntar tal cantidad... y sin gastar un centavo. Con ese dinero, cualquiera podría comprar cerca de 862,000 autos compactos o 7,000 mansiones de lujo en la mejor zona de la ciudad de México. Pues eso es lo que desembolsa cada año el gigante azul para investigar nuevos tópicos y desarrollar nuevas tecnologías.

- Fabio Gandour, director de Nuevas Tecnologías de Investigación y Desarrollo de IBM para América Latina, estuvo en México para hablar de los juguetitos más recientes que esta compañía desarrolla y aquellos que no han visto la luz. Y es que gran parte de lo que se crea tras las paredes de esta área nunca se da a conocer o no se lanza al mercado por lo poco práctico que resulta en la realidad. ¿Pensó en la palabra desperdicio? Gandour lo aclara: “No es un desperdicio, avanzamos por un camino en el que se promueve la creatividad y la inventiva de la gente. Si las inhibimos la empresa se muere, pues es de esos desarrollos de donde sale la tecnología que se utilizará en los próximos años. IBM produce inventos modernos antes de su tiempo”.

- ¿Y dónde está el teclado?
La firma que inventó la computadora personal dejó en el tintero una especie de PC pero sin pantalla ni teclado. Se trata de una caja a la que se le enchufan un par de tubos... y eso es todo. No obstante, funciona como cualquier computadora, pues la caja contiene un disco duro y baterías para su funcionamiento. ¿Pero dónde puedo ver lo que escribo? Más aún, ¿dónde escribo? Ah, pues mientras uno de los tubos proyecta la pantalla en la pared, el otro dibuja un teclado en cualquier superficie. Con esto, sólo debe apagar todas las luces, encender el aparatito y esperar unos segundos a que una pantalla sumamente real se vislumbre en el muro preferido de su hogar. El teclado se proyectará en el piso, en una mesa o hasta en la colcha de su cama.

- ¿Impactante? Pues parece que este prototipo jamás saldrá al mercado porque resulta poco útil. Imagínate en tu oficina pidiendo que todo el mundo cierre las cortinas y apague las luces para que puedas trabajar. Lo bueno es que si se te cae el café en el teclado lo único que ensuciarás será el escritorio. “No es necesario para la realidad actual. Se trata de un ejercicio creativo de futurología que todavía no es usable.”

- Así pasó también con Simón, un prototipo que hoy se asemeja a algunos productos que ya están en el mercado pero que en 1993, cuando nació, podría haber sido sacado de una novela de Julio Verne. Se trata de un aparato que conjuntaba un celular, una especie de Palm y... un fax. Sí, un fax. Recuerda que en aquellos tiempos el fax estaba a la orden del día y no podía quedar fuera de un gadget que intentaba integrar todos los métodos de comunicación.

- Y qué decir del Trasnotes, un prototipo del siglo pasado (a decir verdad, de la década de los años 90, pero así suena más impactante), que consistía en una máquina portátil con la que se escribía en una superficie parecida a un mouse pad y la computadora reconocía los caracteres que se iban apuntando. Todo pasaba a la pantalla... y también al olvido, pues ¿quién recuerda tan novedoso artilugio?

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- Pero también han habido pequeñas tragedias entre los totems de IBM, para quienes inventar es cosa de todos los días. Una vez se les ocurrió inventar un disco duro de cerámica como alternativa para reducir el consumo de energía. Sin embargo, debía hacerse una alianza con un extraño material llamado niobio, que costó $16,000 dólares el gramo. Aún así, este prototipo siguió adelante. Todo iba muy bien y los científicos se sentían verdaderamente entusiasmados: ¡Por fin iba a ser realidad un disco duro que consumiría menos energía! En esas estaban cuando... ¡Pum! El flamante invento no resistió la fuerza magnética y explotó literalmente por los aires. Resultado: $25 millones de dólares tirados a la basura.

- ¿Y qué es lo que viene?
Pero no vayas a pensar que los $6,000 millones de dólares sirven nada más para inventar cosas que jamás se ponen en práctica. También hay prototipos que tienen muchas posibilidades de debutar en la realidad diaria de la gente. “Nuestro objetivo es que todo lo que se invente pueda ser usado por cualquier persona, desde el experto en tecnología hasta la maestra que trabaja en un rincón de Jalisco.”

- Prueba de ello es Millipede. La idea de este proyecto nació después de constatar que los discos duros actuales gastan mucha energía. Ponte a pensar: Se trata de discos que giran todo el tiempo, los utilices o no, lo cual consume energía constantemente y agota los recursos del planeta. Por ello, IBM echó mano de la nanotecnología para crear Millipede, una unidad de almacenamiento de datos que no gira, pues se trata de una tablita –valga la expresión– que trabaja a base de miles de afiladas puntas de escala nanométrica, creando muescas que representan bits individuales en una delgada película de plástico. Si pensaste en la venerable tarjeta perforada de la prehistoria tecnológica, no estás en un error, esa es la base de esta tecnología, pero en una versión nanotecnológica.

- Aunque en el cercano plazo no se espera que esta memoria relámpago exceda capacidades de 1 a 2 GB, la tecnología Millipede podría empacar de 10 a 15 GB de datos en el mismo formato diminuto, todo sin que se necesite más potencia para operar el dispositivo. En este sentido, el gurú brasileño de IBM señaló: “A los científicos nos corresponde invertir, probar e inventar; después pasamos nuestros prototipos al área comercial, que es la que decide si la tecnología tiene un impacto vendible en la sociedad o no, y ahí ya no tenemos injerencia.”

- Otro de los proyectos importantes que se cocinan en el área de Investigación y Desarrollo de esta empresa es una nueva pantalla para las computadoras portátiles. Se trata de mejorar la de cristal líquido evolucionándola hacia otra tecnología. “La pantalla de las notebooks representa 36% del costo de la máquina. Es como si fueras a comprar un coche y el vendedor te propusiera hacerte un descuento de 36% si te quita los vidrios. Además, el proceso de fabricación de las pantallas actuales es muy rudimentario, casi manual, lo que lo hace muy caro.”

- Y ya hay planes. Hoy se trabaja con tecnología orgánica, a través de carbono, para mejorar las pantallas y reducirles el costo. “Ya construimos un prototipo pequeño (de 2 x 3.4 centímetros) que reproduce cuatro colores y tiene resolución VGA. La diferencia que lo hace práctico es que no incluye los famosos microespejos y es muy fácil de fabricar.”

- La única pregunta que queda es... ¿cuándo? Sin embargo, Fabio Gandour no está en posición de dar fechas de salida. La tecnología se sigue perfeccionando y se espera que no esté muy lejos el día en que salga al mercado. A mí, después de esta demostración de futurología, me sigue pareciendo que estuve encerrado, por un par de horas, en una novela de Julio Verne o en 1984, de George Orwell.

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