Magnitur <br>Vuela, vuela
A poco más de tres años de estar volando con alas propias, los -Magnicharters de Magnitur han alcanzado tal altura en el mercado turístico que ya le están robando el mandado a los paquetes vacacionales de los dos gigantes de la aviación nacional.
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Operadora mayorista de circuitos terrestres fundada en 1984 por los hermanos Bojórquez Maza, Magnitur tocó por primera vez los cielos en 1988. Aprovechando la desregulación del espacio aéreo, que permitió los vuelos de fletamento, formó un equipo de trabajo con algunas aerolíneas -charter, que ofrecía paquetes turísticos con destino a Cancún, Quintana Roo. Fue tal su demanda que, al año, la empresa se separó del grupo original y se lanzó a rentar por cuenta propia los aviones. José David Bojórquez Maza, director de la zona occidente de Magnitur, aclara que esa inversión se fue cubriendo gracias a los llenos que registraron en los aviones.
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Bajo ese esquema, los Magnichartes llegaron a tener 20 vuelos semanales en temporada alta, contratados a cuanta firma de fletamento había, desde Aerocancún o Aeroexo, hasta TAESA, la extinta Latur y Allegro, entre otras.
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Pero Magnitur tuvo que modificar esta ruta, pues algunas aerolíneas se retiraron del segmento de -charters y el servicio de las restantes dejaba mucho que desear. Así, formó una línea propia a la que llamó Grupo Aéreo Monterrey y arrendó su primer avión: un -Boeing 737 de 130 plazas, cuyo primer vuelo lo realizó en el verano de 1993, con el logo de -Magnicharters y con tripulación propia.
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Dos veranos después, Magnitur ya no dependía de terceros y ejercía un control absoluto sobre una flotilla formada por cuatro unidades. “Sin darnos cuenta, entramos a un nivel de competencia superior”, afirma Bojórquez. Al cerrar ese 1995 y con una base de seis aviones, la empresa movió a 250,000 personas (130,000 hacia Cancún), cifra nada despreciable cuando se la compara con el total transportado por las aerolíneas nacionales en vuelos -charter (poco más de 1.4 millones de pasajeros en ese año).
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A pesar de las turbulencias económicas que afectaron el mercado turístico durante 1996, Magnitur no disminuyó su velocidad. Tras registrar 70 vuelos semanales durante el verano y obtener ventas hasta octubre de ese año por $300 millones de pesos ($140 millones más que todo el ejercicio anterior), el directivo estima haber cerrado el año con un volumen que ronda la cifra de los 270,000 pasajeros.
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DAVID VS GOLIAT
-A pesar de que no cuenta con la infraestructura ni con las horas de vuelo de Aeroméxico o de Mexicana de Aviación, Magnitur parece que le ha ganado la batalla a los paquetes vacacionales que ofrecen de las gigantescas aerolíneas. De acuerdo con varios agentes de viajes consultados, los -Magnicharters cuentan con más demanda que los ofrecidos bajo las marcas Gran Plan y -VTP.
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Para Bojórquez, la explicación parece sencilla: “Lo que nos da la ventaja competitiva es una combinación de precio y servicio”, responde. Según el directivo, al manejar sus propias tarifas de avión y al negociar con hoteleros y prestadores de servicios con tarifas preferenciales, Magnitur puede armar paquetes cuyo precio llega a estar hasta 40% por debajo del que ofrece su competencia. “No hay otro producto más accesible en el mercado que Magnicharters”, confirma Rafael Aréchiga, ejecutivo de ventas de la agencia de viajes Panorama.
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¿Lo barato sale caro? Para Bojórquez no es así y presume que el bajo precio no va en demérito del servicio, pues cuidan todos los detalles, empezando por el nivel de seguridad de los aviones. “Tenemos nuestro propio equipo de mantenimiento.” No obstante, para servicios medios y mayores, Magnitur contrata a los talleres especializados de las grandes aerolíneas.
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Además, asegura que quien vuela en sus aviones “es tratado como un turista y no como un pasajero. Desde que el cliente nos llama, cuando hace el viaje y hasta que regresa, hay una persona de -Magnicharters que lo está atendiendo”. El gerente general de ventas de Viajes Vikingo, Pablo Alexandersons, lo certifica: “El cliente nunca es abandonado.”
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Aún así, Araceli Trasviña, ejecutiva de ventas de Viajes Mex-Jal, admite que aún hay quienes no quieren aventurarse a viajar con una firma independiente, pues no tiene el renombre de Aeroméxico o Mexicana.
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No obstante, como en todos los vuelos charter, hay que ajustarse a un determinado día de salida y de regreso. No obstante, los entrevistados coinciden en que la mayoría de los clientes quedan satisfechos y los recomiendan a familiares, amigos o ellos mismos repiten la experiencia en otro destino. Para el director de las oficinas de Guadalajara, el mayor logro es que “hemos logrado transformar y superar la mala imagen que el -chartero tuvo en sus inicios”.
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OFERTA INTERNACIONAL
-Aparte de Cancún, la oferta de los Magnicharters incluye otros destinos turísticos, como Ixtapa, Acapulco, Huatulco, Puerto Vallarta, Cozumel, Mazatlán, Los Cabos y Mérida.
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Concentrados por el momento en el turismo nacional, el directivo no descarta que en el mediano plazo busquen captar visitantes del extranjero. La oportunidad se presenta con un doble frente. Por un lado, junto con firmas españolas estudian oportunidades para traer pasaje a Cancún; desde ahí, Magnitur podría darles servicio para viajar a otros distintos. Por el otro, la idea es tener aviones con mayor capacidad y alcance, que les permitan movilizar a turistas desde Estados Unidos y otros países de Sudamérica; el primer destino sería Cancún. Mientras esos proyectos se concretan, los planes para 1997 son renovar la flotilla de -Magnicharters y aumentar a ocho la base de aviones.
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En lo que toca al aspecto administrativo, la empresa –que tiene su sede en la ciudad de México y cuenta con nueve oficinas en el interior– hará cambios para incrementar la productividad y la utilidad de la operación. Concretamente, se busca reforzar las áreas de comercial, reservaciones y capacitación del personal (que, sumadas la operadora y la aerolínea, alcanzan los 250 empleados).