Silvio Berlusconi, de la coalición de centro derecha "Casa de la libertad", consiguió una de las más clamorosas victorias electorales de la era republicana italiana y con ello el derecho a gobernar el país en los próximos cinco años.
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Como futuro jefe de gobierno y principal accionista de Mediaset –quizás el grupo económico, financiero y comercial mas importante del país– se convertirá en el primer mandatario del planeta en detentar simultáneamente el poder político y económico de una nación.
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Gobernará no sólo con el apoyo de su partido, Forza Italia, y el de los católicos del CCD, sino con dos fuerzas cuyas ideologías no coinciden con la moderación política de sus aliados: los ex fascistas y nacionalistas de Alianza Nacional (AN) y la organización xenófoba denominada Liga Norte.
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Berlusconi delineó cinco puntos fundamentales de su gobierno: reducir los impuestos a las empresas, intensificar la lucha contra el crimen organizado, elevar las pensiones mínimas de jubilación, crear un millón y medio de empleos y realizar 40 % del plan decenal para obras públicas.
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Independientemente del resultado de su proyecto, se espera que Berlusconi siga siendo el blanco de las críticas de la prensa y de sus adversarios, ya que cualquiera de sus iniciativas económicas se relacionará con los intereses de su imperio empresarial: tres canales de televisión, periódicos, revistas, emisoras radiofónicas, un banco, una financiera, equipos de futbol y supermercados son sólo algunos de los sectores donde está presente el grupo Mediaset, además de un patrimonio personal calculado en $14,000 millones de dólares.
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