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Manuel Espinosa Yglesias. La riqueza con

Formó la cadena de cines más grande de su tiempo, uno de los bancos más importantes, algunas de l
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

‘‘Mi padre construyó un gran hotel de lujo en la ciudad de Puebla, además de la Compañía Telefónica del estado y el cine Variedades. Con él aprendí a ser empresario y por ello pude entrar en muchísimas empresas”, declaraba alguna vez Manuel Espinosa Yglesias. Con escasos 21 años de edad, a la muerte de su padre (en 1930) se vio obligado a tomar responsabilidades de adulto y encargarse del sostenimiento familiar.

- Difícilmente pasaba por su mente que algún día llegaría a ser considerado el hombre más rico del país, decano de los banqueros de México pero, eso sí, desde el principio confió en su buena suerte. “Para lograr lo que uno se propone hay que tener suerte; sin ella no se logra siempre un gran éxito”, referiría mucho tiempo después.

- Puede decirse que el despegue de don Manuel en el mundo de los negocios fue “de película”, pues en 1931 se asoció con William O. Jenkins, empresario y banquero estadounidense radicado en la Angelópolis, y con él de mancuerna inició la construcción de más de 100 salas de exhibición cinematográfica en el país.

- Al cabo de 13 años Espinosa Yglesias se convertiría en el gerente de Compañía Operadora de Teatros SA (Cotsa). Junto con su socio estadounidense y el empresario Gabriel Alarcón consolidó la red más grande de cines del país, bautizada Cadena de Oro.

- En el libro Fundación Mary Street Jenkins, 1954-1988 , Espinosa Yglesias da cuenta de sus primeros contactos con el magnate estadounidense. “Conocí al señor Jenkins siendo yo muy pequeño; aunque mi padre nunca tuvo negocios con él, jugaban ajedrez frecuentemente.”

- Un salto de película
En 1954 se desligó de la industria del celuloide y las palomitas de maíz. Cambió sus acciones de Cadena de Oro por las que Jenkins tenía en el Banco de Comercio, e inició su vida de banquero. Armado de un natural talento para los negocios, encabezó poco tiempo después la Dirección General del Banco de Comercio y más tarde su Consejo de Administración. En 1977 llevó a cabo la fusión de los bancos de Comercio del país en una sola institución, con el nombre de Bancomer. A él, por cierto, se debe la construcción del moderno centro financiero de Avenida Universidad, en la Ciudad de México.

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- Poco antes de que el entonces presidente José López Portillo decretara la estatización de la banca en 1982, Bancomer era la institución más importante del país y don Manuel era copropietario de la institución junto con Jenkins, Paul Lebrun, Jerónimo Arango, Ignacio Aranguren, Alvaro Conde y Antonio Díaz Rubín.

- La determinación gubernamental de estatizar la banca cayó como balde de agua fría para el empresario poblano quien, de acuerdo con muchos que lo conocen, nunca podrá borrar de su memoria la desilusión que le causó. En su momento calificaría de injusto el pago que recibirían los ex banqueros por parte del gobierno de Miguel de la Madrid.

- Pero ni esta situación permitió que Espinosa Yglesias perdiera el entusiasmo. Al contrario, pisó el acelerador de su afán filantrópico y trabajó horas extra al frente de la Fundación Mary Street Jenkins, que comenzó a controlar en 1963 tras la muerte de Jenkins. La hija de éste último, Jane Jenkins de Eustace comenta: “Mi papá debió haber pensado que (don Manuel) era una buena persona para ser jefe de la fundación, y tuvo razón… ha sido muy bueno.”

- El trabajo de la institución se ha traducido en donaciones que rebasan los $200 millones de dólares. De éstos, cerca de 48% se ha canalizado a centros educativos, 27% a promoción de la cultura,15% a la salud, 8% a fines asistenciales y 2% al deporte. El propio don Manuel considera: “El dinero es bueno si se usa para crear empleos, para darle a la gente la posibilidad de que satisfaga sus necesidades, para promover el bienestar común.”

- Sin duda, sus proyectos educativos consentidos son las Fundaciones Colegio Americano de Puebla y Universidad de las Américas, que con su campus en Cholula es una de las instituciones privadas de educación superior más reconocidas del país. En tanto,  la universidad Anáhuac debe a don Manuel 50% de su construcción y otras instituciones de educación superior como la Iberoamericana, la Autónoma de Guadalajara y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, también cuentan con ayuda de parte del empresario poblano.

- Mucho corazón
El campo de la medicina fue otro de los destinos preferidos para el dinero de Espinosa Yglesias. Con su ayuda se hicieron realidad los institutos nacionales de Cardiología y de Nutrición, en la capital de la república, e incontables centros de atención a la salud en el estado de Puebla.

- Hombre de sensibilidad artística, don Manuel creó la Fundación Amparo –en memoria de su esposa Amparo Rugarcía–  orientada a la divulgación e impulso de las actividades creativas.

- Pero eso no fue todo. También dedicó a su recuerdo el Museo Amparo de la capital poblana, que alberga una extensa colección de piezas de las épocas prehispánica y virreinal. En 1994 la revista estadounidense Art News  publicaba: “Manuel Espinosa Yglesias es uno de los principales coleccionistas de obras en México”. Su gusto artístico es amplio, sin embargo, ha confesado su predilección por la obra plástica de Diego Rivera, José Clemente Orozco, José Luis Cuevas y del español Pablo Picasso.

- Utiliza la mayor parte de su tiempo en la Fundación Mary Street Jenkins para rescatar el legado colonial del corazón histórico de su ciudad natal, como el atrio de la iglesia de Santo Domingo, el mercado La Victoria y sus alrededores, así como las iglesias de Tonantzintla y Ecatepec.

- En el Distrito Federal, el rescate de sitios como el Templo Mayor, la vieja calle de la Acequia, la Catedral Metropolitana y la Basílica de Guadalupe también cuentan con donativos procedentes de las arcas de Espinosa Yglesias.

- Don Manuel defiende su visión del México que quiere: “El gobierno debe tratar de que vengan más y más inversionistas, sean quienes sean. Se ha perdido mucho tiempo en la formación de capitales por la necesidad de que el empresario mexicano tenga 51%.” De acuerdo con su ideario, el gobierno no debe poseer ninguna empresa –incluyendo a Pemex–.

- Deja a sus preocupaciones actuales (coyunturales, ciertamente) la baja en el precio del petróleo o la inestabilidad económica de Asia, factores que, considera, podrían comprometer las condiciones de la economía mexicana.

- Por lo pronto, a sus 91 años de edad, descansa en su casa de campo en Cuernavaca. Mientras, en Puebla, una de las más importantes avenidas mira pasar el tiempo. Su nombre: Manuel Espinosa Yglesias.

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