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Mercado de derivados <br>Cómo protegers

Las opciones y futuros servirán para ahorrar recursos, evitar riesgos inútiles y anticipar gananci
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Los productos derivados han sido desconocidos en México. Hasta hace poco, lo único que se sabía de ellos provenía de los comentarios de sobremesa acerca de algún artículo leído en las revistas de negocios internacionales. Pero eso ya no es tan válido ahora: los derivados han llegado para quedarse y 1997 será, precisamente, el año en el que se afianzará el gran crecimiento que ya habían venido experimentando.

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Los productos derivados son una extraordinaria herramienta para las empresas. Gracias a ellos, los corporativos pueden transferir sus riesgos financieros a los intermediarios y obtener mejores oportunidades de inversión ante el comportamiento de los mercados financieros.

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En México existen varias modalidades de productos derivados ya consolidados y otros que harán su aparición en el transcurso del año entrante:

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  • Futuros y opciones en el mercado accionario. Son la base para generar una gran cantidad de productos, como - warrants, knock-out, callspread...
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  • Futuros de Chicago, forwards over the counter en México y opciones sobre el dólar.
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  • Futuros y opciones de tasas sobre Cetes y TIIE, próximos a aparecer en Chicago.
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  • Mercado over the counter sobre forwards y opciones de tasas en México.
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  • Futuros sobre la inflación.
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¿Cuándo y cómo usar los derivados durante 1997?
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Uno de los principales consejos es no tratar nunca de adivinar el comportamiento del peso frente al dólar: lo mejor es comprar un -call (opción de compra) sobre el precio forward del tipo de cambio.

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Entre muchas tesorerías mexicanas existe el hábito de comprar las famosas “coberturas cambiarias de corto plazo”, que no son otra cosa que un -forward pagado anticipadamente. El precio de una cobertura se calcula estableciendo el valor presente del diferencial entre el tipo de cambio -forward y el spot al plazo correspondiente.

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Otra manera sencilla de aprovechar los derivados es cuando el mercado accionario sube y todos los -traders de los pisos financieros tienen expectativas alcistas. En ese momento, lo mejor es comprar -warrants sobre el IPC y las acciones a las que se apuesten.

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En los mercados de derivados existe un mundo de productos que pueden adaptarse casi cualquier escenario en los mercados financieros y adecuarse a las necesidades de flujo de empresas e inversionistas. Sin embargo, existen ciertos instrumentos que se perfilan como más adecuados que otros de cara al comportamiento futuro en la economía y los mercados financieros.

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Ligar estos instrumentos a las expectativas de los mercados sirve para que las empresas “amarren” su planeación productiva al cumplimiento de los planes financieros. Con los derivados se limitan las posibles pérdidas ante movimientos bruscos de las tasas de interés, el tipo de cambio, la inflación y los precios de las acciones.

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Para 1997 se espera que las tasas de interés sigan fungiendo de “candado” o apagafuegos ante las constantes especulaciones contra el peso. Para mantener a raya la paridad, la variable de ajuste se apoyará en los rendimientos nominales, lo que mantendrá alta su volatilidad y rendimiento real implícito.

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Conforme a las previsiones, la tasa real promedio para Cetes de 28 días se ubicará entre 7% y 8%, algo que, de entrada, inhibe la tentación de apalancarse para comprar dólares y cubrirse de riesgos cambiarios. Además, esta tasa aumentará el riesgo de obtener pérdidas -estratosféricas en caso de cubrirse con coberturas de corto plazo.

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Las altas tasas reales esperadas para controlar el tipo de cambio y reprimir los brotes inflacionarios llevan a pensar que la meta oficial de lograr un tipo de cambio promedio de $8.53 pesos por dólar para todo 1997 se puede cumplir. Con un pronóstico oficial de inflación de 15% y una paridad promedio como la arriba mencionada, se puede deducir que el gobierno busca un tipo de cambio cercano a cero subvaluación. La depreciación de la moneda se aproximará al diferencial inflacionario entre México y el resto de la economía mundial.

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Si, en lugar de tomar el pronóstico del gobierno para la inflación (15%), se considera el de 17.4% calculado por las áreas de análisis bursátil y se estima 3% de inflación en Estados Unidos, el resultado da buen tipo de cambio partiendo de una paridad de $8.00 pesos en enero y aplicándole al cierre de cada mes el diferencial inflacionario. El promedio de tipo de cambio para todo 1997 con este escenario sería de $8.63 pesos, muy cercano al -oficial.

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La subvaluación del peso seguramente se perderá o, cuando mucho, se ubicará por debajo de 5%, evitando rentas extraordinarias para los exportadores a costa del salario real de los trabajadores.

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El pronóstico de tipo de cambio es totalmente coherente con las demás metas macroeconómicas del gobierno respecto a mantener un déficit de cuenta corriente, considerando un precio del petróleo cercano a $14 dólares y un crecimiento económico de 4%.

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Cuando el tipo de cambio trastoca la tesorería
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Está claro que el tipo de cambio no se moverá ordenadamente como figura en el cuadro. Su evolución estará repleta de altibajos, seguramente en los momentos menos esperados. Para evitar sustos y no encontrarse continuamente corriendo detrás de la paridad, una empresa deberá de planear sus flujos de capital de acuerdo con los tipos de cambio usados en el pronóstico (cercanos a las previsiones oficiales). Aquellos que dediquen sus actividades a la importación harán bien en comprar un -call (opciones de compra), mientras que los exportadores tendrán que optar por un -put (opciones de venta), apostando a los niveles buscados por las autoridades monetarias.

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Quien insista en el uso de forwards, futuros y coberturas cambiarias de corto plazo corre el riesgo de enfrentarse a las grandes pérdidas que pudieran ocurrir si el país atravesara por períodos largos de estabilidad cambiaria. Para evitarlo, lo mejor es buscar los paquetes de opciones que ofrecen una cobertura con prima retornable hasta en 50% ó 60%, además de la devaluación.

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Las coberturas con primas retornables consisten en un paquete de cuatro opciones. Por un precio de cobertura ligeramente superior a las tarifas normales, la empresa adquiere el derecho a recibir el impacto de la devaluación en el plazo acordado. En el caso de que ésta no rebase el precio -forward, se le reembolsa al vencimiento hasta 60% de su prima original, además del valor equivalente a la depreciación.

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Aquellas empresas con manejo de tesorerías en dólares encontrarán excelentes oportunidades para sacar alto rendimiento a sus inversiones si apuestan a un deslizamiento progresivo del peso —como el pronosticado para 1997— mediante sumas de opciones digitales. Esta modalidad de inversión consiste en escoger un rango de evolución del tipo de cambio: por cada día en que la paridad se ubique dentro de éste, se ganarán rendimientos exorbitantes en dólares. En el caso de ubicarse fuera del rango, el rendimiento será nulo, pero sin pérdida del principal.

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No perderse el primer trimestre
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Un buen momento para comprar tanto opciones como forwards de tasas de interés y tipo de cambio será, sin lugar a dudas, entre enero y febrero de 1997. En ese momento los mercados empezarán a asimilar la caída de la inflación. Con un tipo de cambio superior a $8.00 pesos, se fomentará la tendencia a la baja de las tasas nominales. En los primeros dos meses del año será cuando sea posible ver uno de los niveles más bajos de tasas de interés.

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De hecho la tasa promedio anual esperada para los cetes en 1997 será de 22 a 23%, por lo cual deben aprovecharse los tres primeros meses del año —cuando las tasas nominales se acerquen a estos niveles— para realizar las coberturas de tasas y tipo de cambio para todo el año a través de productos derivados.

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Una vez hecha la cobertura de variables financieras en el primer trimestre se puede estar a salvo en caso de que los pronósticos oficiales no se cumplan o se vean cuestionados por eventos como:

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  1. Posibles alzas de tasas internacionales por calentamiento de la economía estadounidense.
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  3. Asimilación en los mercados cambiarios mexicanos de una fuerte caída del precio del petróleo en el verano.
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  5. Momentos críticos políticos por las elecciones federales de diputados y los comicios del DF.
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  7. Problemas con las finanzas públicas, la parte débil de los objetivos del gobierno.
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Finalmente, el uso de productos derivados en el mercado de valores puede potenciar los pequeños -rallies alcistas para aquellos que buscan altos rendimientos. También ayudará a obtener ganancias substanciales a aquellos tenedores institucionales de acciones en los momentos de baja en la bolsa.

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