Para Grupo México ya no es suficiente tener las mejores minas del país; ahora está buscando entrar a Sudamérica, donde hay grandes yacimientos minerales. El grupo que dirige Germán Larrea formó una nueva división que se hará cargo de buscar oportunidades de negocio en el extranjero. De acuerdo con expertos en minería, la empresa ya le echó el ojo a varios territorios vírgenes en Argentina, Perú y Bolivia.
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Su interés en globalizarse es comprensible. La empresa exporta más de la mitad de su producción y se ha visto fuertemente afectada por las fluctuaciones del peso. El último año ha sido particularmente difícil para Grupo México pues la sobrevaluación del peso y la caída del precio del cobre, su principal producto de exportación, han presionado sus márgenes. Héctor Novoa, de Operadora de Bolsa Serfin, afirma que esta compañía “no se anda con medias tintas y presenta resultados operativos en el primer semestre muy por debajo de lo esperado”. El tiempo corre y queda poco para revertir esta situación antes de que termine el sexenio. Después de haber hecho fuertes inversiones en el ferrocarril Pacífico-Norte, esta controladora se está quedando sin liquidez. Su objetivo inmediato es buscar proyectos de exploración que no demanden grandes inversiones. Más adelante, si encuentra alguna veta importante podría asociarse con otro grupo minero. Esto es lo que hizo su competidor Peñoles, cuando el año pasado se asoció con Codelco, el mayor explotador de minas en el mundo, para operar varias concesiones en Argentina y Perú. Todo apunta a la globalización de las grandes mineras mexicanas.