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Más allá de la plaza y el mall

En cuatro décadas se han convertido en parte de la vida mexicana; en ellos se compra, pero también
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

En 1968 Sears Roebuck de México importó un nuevo concepto comercial y urbanístico a nuestro país, que se había desarrollado con éxito en las ciudades estadounidenses desde la década de los 50: el centro comercial.

- Plaza Universidad fue inaugurada en 1969 –mismo año en que salió a la luz el primer número de Expansión–. Su concepto arquitectónico, desarrollado por Juan Sordo Madaleno, adaptó la idea sajona al sentir latino y en especial al mexicano, con el uso de la luz, el agua y el color en espacios abiertos que aprovecharon el clima del Valle de México. Este complejo, ubicado al sur de la ciudad sobre una vialidad primaria, quedó incorporado a las colonias Del Valle, Narvarte y Mixcoac, y  fue recibido con gran gusto por los consumidores que dejaron de desplazarse grandes distancias para hacer sus compras y pudieron adquirir artículos a crédito en las denominadas tiendas ancla.

- En entrevista, su diseñador comenta que a finales de los 60 su padre invitó a los comerciantes del Centro de la ciudad a abrir una sucursal; al inicio fue difícil convencerlos, pues era algo nuevo que les causaba incertidumbre. Sin embargo, quienes tomaron el riesgo obtuvieron importantes beneficios y sus negocios crecieron, convirtiéndose algunos –como Deportes Martí– en importantes consorcios.

- En 1970 la construcción de Plaza Satélite siguió este mismo esquema de arquitectura abierta dotada de toda la infraestructura necesaria para su operación, como cisterna, subestación eléctrica, planta de emergencia, patios de maniobras, telefonía y amplios estacionamientos –hoy, una fuente de ingreso más– para un público mayoritariamente motorizado.

- Oficinas y comercios
Durante la década de los 70 también se desarrolló la tipología que combina comercio y oficinas en torres que fueron construidas tanto para detonar nuevos polos de desarrollo como para aprovechar posiciones privilegiadas en el tejido de la ciudad. Como ejemplo del primer caso está el Centro Comercial Bosques de las Lomas (1976), de Juan Sordo Madaleno y José Adolfo Wiechers, edificado para satisfacer una demanda de 12,000 habitantes del entonces nuevo fraccionamiento. Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares inauguraron en 1978 Plaza Insurgentes, proyecto que aprovechó la vocación comercial de esta avenida. Es importante mencionar que ninguno de estos conjuntos hizo uso de aire acondicionado, sino que, con la disposición de los elementos arquitectónicos y la colocación de cristales con filtro solar resolvieron el tema del sol y la circulación del aire.

- El Conjunto Galerías, proyectado por Julio de la Peña, fue abierto en 1983 bajo el esquema de despachos y comercio, cerca de las oficinas generales de Pemex, de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y de Teléfonos de México –que constituyen hasta la fecha su mercado potencial–. Los locales fueron concebidos para operar a la manera latina, en la que los frentes son ocupados por los aparadores y en el interior existe un mostrador para enseñar a solicitud del cliente una mayor variedad de mercancías. La climatización artificial sí fue considerada.

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- El primer proyecto que integró –a decir de sus autores, Ernesto Arellano y Máximo Parboni– comercio, oficinas y habitación en México fue Plaza Inn. Al tener una ubicación privilegiada en  la zona de San Ángel, no incluyó tiendas ancla para atraer a las personas, pues existía un mercado potencial cautivo.

- Esta combinación aprovecha la rentabilidad de los pisos a nivel de calle, satisface las necesidades de los inquilinos y relaciona a los edificios con la vida de la ciudad. Además de los ejemplos mencionados, en las avenidas más importantes de la ciudad de México podemos hallar otros edificios desarrollados a lo largo de los últimos 35 años, como el World Trade Center, que rescató la construcción conocida como Hotel de México y cambió su uso a oficinas, comercios y centro de convenciones; Nortel, ubicado en Insurgentes y Barranca del Muerto; y Plaza Moliere 222, en Polanco.

- El fenómeno de los malls
En 1980 se inauguró el Centro Comercial Perisur, que reunió a las principales tiendas departamentales (Liverpool, París-Londres, El Palacio de Hierro, Sears y Sanborns) en un ambiente totalmente cerrado. Juan Sordo Madaleno y José Antonio Wiechers, junto con la Impulsora de Centros Comerciales (Impececo) realizaron un estudio de mercado para seleccionar aspectos como la ubicación de las tiendas, las áreas de venta, las de servicio interno, el giro comercial y la intercalación de comercios individuales.

- El partido arquitectónico se desarrolló en dos niveles, con tres plazas principales unidas por una amplia circulación lineal con áreas de esparcimiento y descanso. Todos los locales medianos y pequeños quedaron dispuestos a lo largo de la circulación con un solo frente, profundidad y ancho variable. En el aspecto funcional el proyecto evolucionó respecto de sus antecesores al considerar zonas de carga y descarga para los pequeños locales y mejorar los servicios de abastecimiento al colocar las tiendas ancla en los extremos. Este centro comercial integró sistemas de aire acondicionado, refrigeración y ventilación; el cálculo de los cajones de estacionamiento se hizo con base en la experiencia obtenida y no conforme al reglamento, ya que lo solicitado por éste resultaba insuficiente.

- Podríamos decir que el diseño de interiores comerciales en México comenzó en Perisur, donde cada marca puso su sello característico en la adecuación de sus espacios. Las áreas comunes integraron acabados en tonos neutros que les dieron mucha luminosidad y amplitud; la aplicación de materiales en fachada dotó al conjunto de una unidad que es su imagen urbana hasta el día de hoy.

- A partir de la construcción de Perisur los malls se multiplicaron tanto en la ciudad de México como en el interior del país. Centro Coyoacán, Galerías Insurgentes, Pabellón Polanco, Galerías Coapa y Santa Fe (inaugurado en 1993 y que hoy atiende un mercado de ocho millones de visitantes al año) fueron adicionando a su programa nuevos elementos –como áreas de comida rápida, cines, restaurantes y espacios para los niños, entre otros– conforme se han ido transformando las exigencias de un público que espera encontrar un plus cada vez que se abre un nuevo complejo. Mundo E –desarrollado por Grupo Frisa en 1999– fue de los primeros en incorporar desde su proyecto el entretenimiento, característica que ya es obligada en la actualidad para los grandes centros comerciales.

- El arquitecto Juan José  Sánchez-Aedo, director de Arquitech –empresa que ha estado a cargo de la planeación y comercialización de Zentro Mazaryk, Forum Cancún, La Isla Cancún, Centro Magno y la Gran Plaza (en Guadalajara), Mundo E, Punta Langosta en Cozumel, Parque Bosques, Pabellón Bosques y Centro Alameda– afirma que las personas acuden a un centro comercial porque son espacios agradables con una temperatura promedio proporcionada por la climatización artificial, escaleras eléctricas y elevadores que facilitan el recorrido durante las compras, y espacios públicos seguros. Incluso arquitectos y desarrolladores están vislumbrando la idea de incluir iglesias dentro del programa para que los usuarios en un futuro no tengan que desplazarse los domingos a otro lugar.

- Variedad de mercados y soluciones
A lo largo de los últimos 35 años los centros comerciales han presentado varias versiones que van más allá de la plaza y el mall. Un supermercado a manera de tienda ancla, con una serie de comercios viendo hacia la calle y estacionamiento es una de las soluciones que más abunda en ciudades grandes y pequeñas. El Aurrerá de Plateros, Gigante de Mixcoac y la Comercial Mexicana de San Jerónimo son los mejores ejemplos de esto y de su época.

- Los grandes complejos de abastecimiento, como Price y Sam’s Club, empezaron a finales de la década de los 80 a ser utilizadados como tiendas ancla. No siempre los súper e hipermercados son lugares bonitos; sin embargo la gente acude a ellos para satisfacer determinadas necesidades. Architech, junto con Consorcio ARA y Grupo Gigante, trabajan en la actualidad en un proyecto para una zona popular, donde el diseño de un desarrollo de este tipo contribuirá a mejorar el contexto de manera importante.

- En los barrios, las zonas de oficinas y las elegantes colonias residenciales, los centros comerciales de pequeña escala han resultado muy exitosos. Tal es el caso de Zentro Mazarik (1992) en Polanco y Parque Duraznos en Interlomas, que aunque están cerca de grandes desarrollos como Moliere 222 y Santa Fe, obtienen resultados al ofrecer productos a un público específico.

- Los outlets son otra de las variantes que irrumpieron en México hace poco. En este tema, Sordo Madaleno opina que deben ofrecer al usuario una experiencia totalmente diferente a la de un mall y no pretender ser como éstos, pero de menor categoría. “Un mall y un outlet son como un caballo y un camello, los dos tienen cuatro patas, pero comen cosas diferentes y tienen necesidades diferentes.” En la actualidad, junto con una firma estadounidense, este arquitecto realiza Punta Norte, donde la experiencia de acudir a un outlet será una aventura que tendrá atractivos para toda la familia. GICSA fue de los primeros desarrolladores en apostar por este giro con la apertura de Las Plazas Outlet Lerma en 2001.

- Mucho más que centros comerciales
Dentro de la diversidad del mercado, los desarrolladores constantemente analizan y plantean nuevos elementos a incluir para diversificar las opciones de los centros comerciales. Sordo Madaleno tiene especial interés en incorporar detalles que contribuyan a acercar la cultura a la gente, no obstante que este punto es relegado por muchos inversionistas por no ser tan rentable como otros rubros. Hacer un pedazo de ciudad es otro concepto que su despacho desarrolla en la actualidad en Vía Moliere, donde estaba la planta de General Motors.

- Arquitech ha realizado varios proyectos desarrollados por GICSA en ciudades de playa como Cancún (La Isla, en 1999) y Cozumel (Plaza Langosta, en 2001), los cuales incorporan en su concepto el contacto con la naturaleza.

- El rescate de edificios y zonas históricas con la aplicación de usos comerciales y de entretenimiento es otra actividad interesante. Muestra de esto es Plaza Loreto, en la ciudad de México, cuya función original era la de fábrica de papel; desde que se transformó en centro comercial es un animado lugar de encuentro. Caso muy similar es el de Plaza Cuicuilco, situada en Peña Pobre, DF. En Puebla, Arquitech está realizando un proyecto que contempla el rescate de un barrio tradicional y Sordo Madaleno también está trabajando en estos temas. En la recuperación del Centro histórico y el Corredor Reforma, los desarrollos comerciales y de usos mixtos como Reforma 222 son parte esencial de la reactivación económica, turística y cultural.

- La comunicación es la base del éxito
El contacto entre desarrolladores, comerciantes y arquitectos se ha fortalecido en estos siete lustros y en la actualidad es relevante cuando se planea un nuevo proyecto. Quienes invierten en este tipo de construcciones deben tomar en cuenta muchos factores antes de erogar grandes sumas de dinero. Sánchez-Aedo comenta que lo primordial es saber a que público estará dirigido. Un buen concepto, la calidad en el diseño, la buena mezcla de comerciantes y el pensar siempre en el cliente son los demás factores que contribuyen al éxito.

- Sordo Madaleno –quien ha formado parte de los consejos de administración de centros comerciales desde que su padre incursionara en este negocio– opina que un buen diseño depende de un análisis muy formal de la localización, de la claridad acerca de a qué comunidad se va a atender y de qué es lo que se le quiere dar.

- El comercio y la recreación son actividades inherentes al hombre y esto no ha cambiado; lo que evoluciona son los conceptos y sus formas de integración. Los centros comerciales han dejado de ser una sucesión de locales para convertirse en lugares donde las personas compran, pasean, ven gente, se divierten, se enamoran y acuden a ellos porque son parte de su vida cotidiana; también les traen buenos recuerdos debido a que forman parte de los atractivos de las ciudades donde están de visita. Tales desarrollos han sustituido a los centros de las ciudades en donde las personas realizaban las mismas actividades. Con certeza continuarán en permanente evolución.

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