Con la expectativa de que el levantamiento del embargo traerá a México mejores perspectivas comerciales, Pescados Industrializados (Pinsa) está construyendo cuatro nuevos barcos que significan una inversión total de $80 millones de dólares. Con ello, la empresa que actualmente posee la flota atunera más grande y moderna del país (con 10 barcos) podrá incrementar su capacidad de captura en el Océano Pacífico Oriental. Al mismo tiempo, y mediante una inversión cercana a los $14 millones de dólares, la firma mazatleca lleva a cabo una ampliación de su planta industrial, que permitirá aumentar su capacidad diaria de procesamiento de 150 a 200 toneladas.
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El crecimiento de Pinsa en ambos sentidos, señala su presidente, José Carranza Beltrán, es con el fin de afianzarse en el mercado doméstico, el cual domina al poseer 50% del pastel. Es dueña de las marcas Mazatún, El Dorado y Dolores, que por sí sola representa 70% de los cinco millones de cajas de atún que en total comercializa.
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Por supuesto que Carranza ve oportunidades de exportar el túnido enlatado a Estados Unidos, aunque aclara que sólo serán los excedentes. “Nuestro éxito ha sido crecer en el mercado nacional, que es el mejor mercado y el que tendremos que cuidar”, reitera. Después de todo, un crecimiento de 10% y una facturación de $115 millones de dólares durante 1998 son buenas razones para seguir pensando en los de casa.