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Navidad Inc. Querido Santa

¿Recibirá la Navidad una certificación ISO-9000?
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Voy a ser muy sincero: te escribo sin la esperanza de que esta carta te llegue e, incluso, con la idea de que ni siquiera la llegues a leer. Mis experiencias de infancia me confirmaron, hace tiempo, que pocas veces lees tu correo, que casi nunca le haces caso a lo que se te pide y que a tu fiel clientela terminas por llevarle lo que se te da la regalada gana. Si esto no es tu culpa, yo ya estaría examinando con lupa los procedimientos internos de tu empresa, revisaría el organigrama y abriría un centro de atención a clientes, con todo y número 800. En fin, es una idea; ahí te la dejo…

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Mira, Santa: durante mi infancia, la verdad, no fui cliente tuyo, sino más bien de la competencia que llega de Oriente. Pero, no te creas, el trío que bien conoces también tiene sus problemas a la hora de ejecutar. Me parece que, a este paso, la Navidad nunca recibirá una certificación iso-9000. Harías bien en echarles un telefonazo, en serio; mira que entre todos ustedes mantienen un monopolio –perdón, quise decir: una “presencia dominante”– de todo lo relativo a la Navidad, que ya lo quisieran tener ciertos magnates que conozco. Váyanse a desayunar y lleguen a un acuerdo, no vaya siendo que les caiga la Comisión Federal de Competencia.

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Bueno, pero dejando de lado las quejas, mi estimado Santa, me permito distraer tu atención por lo siguiente:

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Como me he portado bien todo el año y he asistido a todas mis juntas, además de haber llegado temprano a la oficina (y haber trabajado horas extras sin quejarme), esta Navidad quiero que me traigas un jefe nuevo. Bueno, no es cierto; tampoco tan nuevo; me explico. El jefe que actualmente tengo no me ofrece mayores problemas y hasta me resulta simpático. Incluso, nos llevamos bien y puedo asegurar que soy su mano derecha. El problema es que no lo promueven y el tipo amenaza con eternizarse en el puesto, como cierto dictadorcillo mexicano de principios de siglo (quien, por cierto, se te parecía; aunque, claro, le faltaban las barbas, los caireles y varios kilitos de más).

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Bueno, volviendo a nuestro asunto, quiero otro jefe, alguien que de preferencia esté por jubilarse o que, de plano, resulte un inepto y me permita hacer gala de mis habilidades ante la alta dirección de la empresa. Ahora que, si no es mucha molestia y el tiempo te lo permite, igual podríamos simplificar el asunto y en lugar del jefe nuevo te molesto con una dirección general.

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Otra cosa: también quiero que me traigas una secretaria que me lleve la agenda y me redacte tanto memorándum. Aunque supongo que pedírtela sale sobrando pues debe venir con el puesto.

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Y como he sido una muy buena persona, también quiero que me traigas un paquete de acciones (las que más te gusten) que me permita planear mi retiro sin tener que preocuparme por los rendimientos de mi Afore y esperar, con impaciencia, el aguinaldo y el fondo de ahorro. Igual pueden ser opciones; pero eso sí, te voy a molestar que sean acciones de empresas reales, nada de puntocoms. Si no te quedan más que de ese tipo de acciones, prefiero unos Bonos del Ahorro Nacional o unos vales de despensa. Ya en serio, a ver qué puedes hacer, ¿no?

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Por último, te voy a encargar una computadora nueva, con la que pueda navegar por internet sin problemas. La memoria virtual, el procesador y el disco duro los dejo a tu discreción. Estoy seguro que, en este aspecto, serás más eficiente que nuestros “diligentes” ingenieros del Departamento de Sistemas, que no dan pie con bola. Cada vez que le meten mano a mi pc, la dejan peor que como la encontraron. Supongo que, a falta de milagros, a ellos tampoco les vendría mal que los ayudaras. No me falles.

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Bueno, Santa, espero que pases una venturosa Navidad y un feliz año nuevo. No se te vayan a olvidar mis encargos. Por las dudas, te mando esta carta con copia para el enano que te sirva de asistente (y, pensándolo bien, le mando una copia más a los Reyes, igual ellos sí me hacen caso). 

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