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Negocio de odio

Fieles escuchas de los ritmos del mercado, los propietarios de esta cadena de tiendas de música han
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Mantener un exitoso nivel de ventas y convertir a Mixup en la cadena de mayor crecimiento en el mercado musical de la ciudad más grande del mundo, es el saldo de una decisión poco convencional: la de terminar con la idea de que una tienda es sólo un lugar para hacer compras.

- A cinco años de iniciada su participación en la venta de música, Mixup ha abierto 11 tiendas en plazas comerciales de la ciudad de México y una en Cuernavaca, todo ello gracias a una política de reinversión permanente y a un concepto sencillo y moderno que hace de cada una de ellas un lugar "para estar a gusto", dice la directora de la empresa, quien, aduciendo razones personales, prefirió mantener su nombre en el anonimato.

- Desde antes de nacer, Mixup ya tenía dos retos esperándole. Debía satisfacer la demanda musical de un público diverso y cada vez más sofisticado en sus gustos musicales, que igual incluye a adolescentes que a mayores de 40 años, que viaja y sabe que constantemente están surgiendo nuevos materiales; gente cuyo nivel económico la hace cliente asidua de los centros comerciales... Al mismo tiempo, tenia que romper con esa barrera entre los discos y los curiosos consumidores que es el mostrador, permitir el contacto entre ambos y, sobre todo, admitir las probaditas.

- Los retos se cumplieron con el arranque de "la aventura Mixup", como la llaman sus directivos, con 19 años de experiencia en el mercado discográfico, y quienes dicen que lo más importante es haber logrado hacer de cada visita a sus tiendas un paseo para el cliente.

- Siguiendo el modelo de las macrotiendas estadounidenses y europeas, Mixup puso al alcance de la gente todos los materiales, para que puedan ser manipulados e incluso escuchados sin compromiso de compra.

- De Discolandia a Mixup. En efecto, el punto de partida de "la aventura Mixup" fue un diagnóstico hecho con base en la experiencia personal de los dueños de Discolandia, y de sus familiares y amigos, quienes con frecuencia se veían imposibilitados de conseguir para consumo propio material surgido en el extranjero. "¿Por que tenemos que comprar nuestra música fuera si nosotros nos dedicamos a esto?", señala la directora que se preguntaron. Y este cuestionamiento marca el nacimiento de Mixup.

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- La clave, desde el inicio, fueron la especialización y el servicio. Detalles como Mixupshop, un sistema mediante el cual se comprometen a conseguirle al cliente el disco que sea y enviárselo a su domicilio sin cargo adicional, le dieron un posicionamiento inmediato.

- Ahora, cuando los materiales de importación -que son la mayoría- han incrementado su costo de manera proporcional a la brusca devaluación del peso, la ejecutiva señala que "el esfuerzo primordial ha sido el de contener los precios, porque es el arma con la que buscamos ganar la elección de los consumidores". Para ello, le ha dejado el trámite de la importación a las propias firmas disqueras, ya que por volumen el impacto devaluatorio es menor.

- Y es que la competencia no es sencilla. Según información de los propios ejecutivos de la cadena, la mayor tajada del mercado musical la tienen las tiendas de autoservicio, con 30%. A Mixup-Discolandia lo ubican entre 7 a 8%, mientras que a su mayor competidor, Tower Records, le dan sólo 1%.

- Por lo pronto, los dueños de Mixup le han puesto "pausa" a su ritmo de crecimiento. Pese a que se mantiene el plan de abrirles sucursales en Guadalajara y Monterrey en este año, no se construirán nuevas unidades en otras ciudades de provincia, con todo y que varios inversionistas se han mostrado interesados en franquiciar el concepto. "La crisis financiera nos obliga a la cautela, para no poner en riesgo el prestigio ganado hasta ahora. Además, antes de dar ese salto, requerimos una reestructuración interna, sobre todo en lo relativo a sistemas informáticos. Sin un eficiente flujo de información, no seria posible el control administrativo ni de inventarios", explica la directora.

- Ciertamente, hay cosas que ayudan, y el Tratado de Libre Comercio ha sido una de ellas. La anulación de aranceles a la importación de material discográfico, entre los países miembros del acuerdo comercial, tiene un valor innegable en momentos de crisis como el actual. Por eso, sus propietarios no le temen a la tormenta. A fin de cuentas, su mayor mérito ha sido el de saber escuchar el ritmo que les marca el mercado. Y así, dicen, continuarán.

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