Negocio sin alambres
Los servicios de valor agregado –ni voz ni mensajes escritos– que ofrecen los operadores de telefonía celular en México han tenido resultados mixtos. Para varios sectores de la economía, con empleados que requieren trasmitir o acceder a información corporativa desde lugares remotos, han representado ahorros tangibles. Para un ejecutivo de oficina o un usuario corriente de computadoras portátiles o de mano, no han sido más que un pequeño lujo.
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Sin embargo, el desarrollo de los servicios de transmisión de datos resulta inexorable. De acuerdo con un estudio prospectivo de la Telecommunications International Association (TIA), el mundo gastará en este segmento $1.4 billones de dólares durante 2003. Y, aclara, el desembolso será impulsado por las comunicaciones inalámbricas.
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Más específico resulta el análisis de Pyramid Research sobre las telecomunicaciones en México: la transmisión de datos de manera inalámbrica aumentará en promedio 15% entre los años 2000 y 2005, lo que lo convertirá en el segmento de más rápido crecimiento en las telecomunicaciones nacionales. El cálculo, sin embargo, no es muy alentador si se considera que la Asociación Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) pronostica que durante 2003 las inversiones del nicho en general serán menores que las del año pasado.
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Exigua o abundante, los operadores de telefonía celular (carriers) ya saborean aunque sea una tajada del pastel.
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También los fabricantes de equipos celulares y de computadoras de mano se aprestan para ganar un lugar en el naciente mercado de los datos. Por ejemplo, 95% de los teléfonos comercializados por Telcel –que al cierre de 2002 ostentaba 77% del mercado– ya tiene capacidad para navegar mediante el sistema WAP.
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Asimismo, los desarrolladores de aplicaciones móviles a la medida para las empresas florecen por docenas en el país. No obstante, existen pocos referentes con los que la industria pueda tasar los ahorros que podría significarle tener una plantilla laboral equipada con dispositivos inalámbricos, de manera que muchas veces se opta por no invertir.
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Para el mercado masivo, los costos de acceder a datos de manera inalámbrica aún resultan muy altos, si se toma en cuenta que más de 90% de los usuarios de telefonía celular en México prefiere el sistema de prepago como una manera de controlar sus gastos y que su consumo apenas alcanza en promedio $100 pesos al mes, según Telcel.
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“Hoy, la tecnología de telecomunicación sigue un paso conservador, ya no es esa explosión, ligada al boom de la Red, que prometía muchas funciones. Ahora la gente está más consciente de lo que la transmisión de datos significa”, apunta Luis Balderas, gerente de Investigación en Telecomunicaciones de IDC México.
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Necesidades corporativas
La transmisión de datos entre dispositivos móviles en México le ha servido a las empresas, principalmente, para automatizar sus fuerzas de venta. Con una computadora de mano, un distribuidor de Sabritas, por ejemplo, accede al catálogo en línea y actualizado de su compañía, contabiliza las transacciones directamente en el sistema y registra las firmas de sus clientes. Para esas tareas, el papeleo ya es cosa del pasado.
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Varios operadores de telefonía sin cables ofrecen servicios como telemetría, que permite medir niveles de fluidos o gases con equipos especializados conectados a un celular; este sistema es empleado por corporaciones como Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad. También brindan algunos - carriers el servicio de localización de vehículos, asociado con tecnología satelital, para ubicar flotillas de repartidores, por ejemplo. Además, Telcel habilita puntos de venta inalámbricos, que registran operaciones comerciales y bancarias.
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Para realizar tales funciones, los desarrolladores de software crean aplicaciones a la medida de cada firma. “Hoy tenemos más de 1,000 clientes [para la plataforma Palm]; muchos son individuos, pero otros son grandes corporaciones especializadas, principalmente en la automatización de vendedores y en la recolección de datos”, revela Miguel Hernández, director general de Palm México.
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De quienes programan depende la futura evolución de las redes y los usos que se le den. “El desarrollador es una arma muy fuerte para nosotros cuando lanza al mercado aplicaciones innovadoras. En ese sentido, los segmentos de telemetría y telecontrol están al alza”, asegura Marco Rodríguez, gerente de Servicios de Acceso y Datos en Iusacell.
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Con el fin de simplificar, la firma Gedas, por ejemplo, reúne las partes –el operador, el desarrollador y los equipos– y ofrece una solución integral, que va desde el diseño del software hasta la operación directa de las fuerzas de venta y la administración de equipos móviles.
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“Las soluciones inalámbricas puras [–que no pasan por internet–] aún resultan onerosas para una organización si multiplicas los equipos por el número de vendedores”, señala Emilio Cruz Urquiza, director general de Movilidad y Servicios Web en Gedas. A pesar de la inversión inicial, afirma, una infraestructura para realizar transacciones móviles puede terminar por ser un ahorro.
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De acuerdo con estimaciones de Microsoft, si un empleado pasa más de 30% de la semana en labores de ventas fuera de la oficina, los costos del equipo y las aplicaciones están justificados.
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¿Falta de cultura?
Fuera de Corea del Sur y Japón, la transmisión de datos –sin contar los mensajes cortos– no es empleada masivamente en el mundo. Ni los proveedores ni los generadores de contenido móvil han podido encontrar un servicio que los usuarios consideren útil o digno de su costo.
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Los operadores de telefonía celular ofrecen a sus suscriptores esencialmente dos servicios de transmisión de datos. El primero consiste en contenidos: tonadas que funcionan como timbre del teléfono, postales, tapices para las pantallas de las computadoras móviles y juegos en aplicaciones Java. De acuerdo con Humberto Chávez, director de Servicios de Valor Agregado en Telcel, el interés de la gente en personalizar sus equipos es el primer paso para darle un uso más allá de la simple telefonía. Otra clase de contenidos: noticias que los carriers hacen llegar a sus clientes –sobre finanzas, clima, entretenimiento y deportes–. Sin embargo, aún son pocos los generadores de información que cuentan con versiones inalámbricas. Luego de que este sector incursionó en la Red –casi siempre con resultados negativos como negocio– guarda ciertas reservas sobre la movilidad.
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El otro servicio inalámbrico dirigido a los usuarios en general es el acceso a la plataforma WAP –una especie de internet, muy ligero en gráficos– que permite acceder a bancos de información como la enciclopedia británica o la cartelera de cine, por ejemplo, y realizar transacciones en línea. Los costos: en Iusacell tasan el acceso a este sistema en $99 pesos más el tiempo aire; para el segmento corporativo cobran $149 pesos más dos pesos por conexión.
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De acuerdo con Andrés Giesemann, director de Mercadotecnia en Sony-Ericsson, tarde o temprano los usuarios, principalmente los jóvenes, terminarán por adoptar estos servicios. “Es cuestión de que el mercado entienda, se eduque y madure”, opina el directivo.
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Para ello, los operadores y fabricantes de equipos tienen una tarea pendiente. Patricia Arroyo, gerente de Servicios Adicionales y Roaming en Iusacell, opina: “Falta comunicar el valor de estos servicios al cliente para que pueda hacer un uso práctico de ellos y tome ventaja de la comodidad y de la movilidad.”
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Por ahora, sin considerar los costos, no parece práctico que alguien sistemáticamente realice operaciones bancarias, se informe o revise la cartelera de cines por medio de su teléfono celular.
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“En el futuro la transmisión de datos y otras aplicaciones empezarán realmente a crecer, pero hacen falta varios años para que lleguen a un mercado masivo”, opina Mario Ocampo, director de Comunicación en Motorola. ¿Cuántos? Balderas declara: “Ahora ya podemos tener acceso rápido a datos en telefonía móvil y contamos con información y música. Sin embargo, los grandes avances en el rubro se popularizarán hasta finales de la década.”