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“No existen los milagros”

Nombrado Hombre de Expansión antes del turbulento fin de año, la larga trayectoria del hoy goberna
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Miguel Mancera Aguayo tiene una misión más en su historia como banquero central. En pleno tiempo de flotación del peso y desorden económico, aun los empresarios más preocupados lanzan miradas de esperanza hacia la cabeza que ya por muchos años ha trabajado en enderezar las cuentas mexicanas. Mancera, un hombre que libró durante 12 años una larga y silenciosa –no por eso poco apasionada– batalla por su fórmula para lograr la estabilidad económica y el crecimiento sin disfraces.

- Hoy, en la esquina de 5 de mayo y Eje Central, frente al Palacio de Bellas Artes, en el Distrito Federal, trabaja el banquero que cuidadosamente se ha ocupado de pagar las cuentas de todo cuanto sucede en México desde 1982: es el primer gobernador de un Banco de México (BM) autónomo. Cabeza del banco central durante tres etapas radicalmente distintas, es verdaderamente un general que ha visto muchas refriegas, como lo bautizó en algún momento el columnista Alberto Barranco.

- A su cargo están las escaramuzas semanales para conseguir las tasas de interés de equilibrio entre oferta y demanda. Mancera es el creador de diferentes instrumentos de inversión para mantener la atracción de capitales, quien no duda en enfrentarse a presidentes y funcionarios en su labor de "persuasión" para mantener la racionalidad monetaria.

- Criticado por algunos por su ortodoxia, Mancera es sin embargo un funcionario muy difícil de rebatir. Como se ha dicho, no duda nunca en dar una buena clase a críticos y amigos. Y es que las cosas son muy sencillas para él, quien no ve en el conocimiento de la teoría económica un saber de iniciados, sino una herramienta para cumplir su trabajo. Mancera es el Hombre de EXPANSIÓN por su larga trayectoria y su experiencia, que nuevamente se pondrá a prueba en este álgido 1995.

- De banquero a bombero
Durante el sexenio pasado el apego a la política cambiaria y de control monetario fue de hierro, aun frente a los reclamos de la iniciativa privada, sobre todo de la pequeña y mediana industria, que tenían el agua hasta el cuello. Pareciera que el objetivo último, una inflación equiparable a la de los países desarrollados se antepusiera sobre todo reclamo. Incluso algunos economistas llegaron a objetar la política, partiendo de que un país con las ineficiencias de México podía contentarse con 8 o 10% de inflación anual, con tal de mantener el crecimiento.

- Sin embargo, esta amarga medicina trajo la estabilidad que tanta falta hace hoy en día, y en su momento fue el factor que terminó de equilibrar las finanzas públicas y las perspectivas de inversión en el país. Mancera explica: "La teoría detrás del Pacto no es una invención mexicana, pero en nuestro país se ha dado una de sus pocas aplicaciones exitosas. Porque al celebrarse el Pacto, en diciembre de 1987, las finanzas públicas estaban fundamentalmente en orden. El elevado déficit fiscal de entonces se debía mayoritariamente al componente inflacionario de los intereses pagaderos por concepto de la deuda pública interna. De reducirse la inflación, bajarían las tasas, y con ello el déficit.

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- Según explica, la inflación hacia 1987 tenía causas inerciales, no fundamentales, y sólo había que romper el círculo vicioso de aumentos mecánicos de precios y salarios: "Con el tiempo este instrumento ha servido para que los sectores obrero, campesino y empresarial dialoguen entre sí, y con el gobierno federal". Del mismo modo, explica que "la inversión extranjera, lo mismo que la nacional, puede ser alentada mediante políticas eficaces de estabilización de precios. Es en la estabilidad que las decisiones de inversión pueden ser tomadas con menor dificultad y riesgo. Sólo así puede surgir un mercado de crédito a largo plazo y a tasas fijas relativamente bajas".

- En el momento de la entrevista, antes de los sucesos de diciembre, Mancera advertía que no era un política rígida: "La política cambiaria y el manejo de la base monetaria deben diseñarse en función de un objetivo (la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional), lo cual no significa inflexibilidad total".

- Por siete años la respuesta para la presión cambiar¡a fue una banda de flotación en el tipo de cambio, diseñada por el BM en el sexenio pasado. "Este esquema ha permitido acomodar las condiciones coyunturales sin perjuicio del abatimiento de la inflación", recuerda.

- Como hoy se sabe, las cosas se endurecieron otra vez, en plenas fiestas navideñas, y al cierre de esta edición una nueva crisis amenaza al BM: la liberación total del tipo de cambio, luego de una infructuosa ampliación de la banda de flotación, de 40 a 53 centavos diarios. La presión sobre el peso, y una alarmante disminución de las reservas extranjeras por su causa (que pasaron de $17,000 a $6,000 millones de dólares de noviembre a diciembre, según analistas independientes) obligaron al ex secretario de Hacienda Jaime Serra Puche a tomar la decisión, que equivale a una devaluación abierta, juzgada por varios sectores productivos deficiente en la forma.

- La resolución de Serra (el poder ejecutivo tiene aún el control sobre el tipo de cambios) se tomó para amortiguar las presiones que se desataron sobre el peso ante una posible vuelta a la guerra en Chiapas, según su versión. Algunos analistas insisten que era una medida requerida desde hace tiempo y que el problema chiapaneco únicamente se utilizó como pretexto. Lo cierto es que tantos fuegos en 1994 coparon las posibilidades de los timoneles de la economía. Era lo único que podía hacerse, aceptan ahora en el BM.

- 1994: casi hasta el fin
Las políticas del equipo económico y del BM brillaron especialmente en 1994, cuando la inestabilidad política y social amenazaron con destruir los logros macroeconómicos del país desde el primer día del año. Asesinatos, secuestros y guerrilla se conjugaron para empujar el descontrol económico. El BM logró amortiguar todos los golpes hasta el final, pero todo tiene un costo, advierte Mancera.

- "Un buen manejo económico ayuda a superar problemas que vengan de otros sectores. Claro está que todo tiene su límite. Evidentemente, si a algún país le viene un temblor, un buen manejo económico no puede evitar que se caigan muchas casas." Y temblor fue lo que sintió el país el 20 de diciembre pasado: los capitales (extranjeros en su mayoría) no soportaron más las presiones y su salida en estampida provocó una fuerte presión sobre el gobierno. Panorama que de hecho se repitió en Argentina y Brasil: los grandes inversionistas estadounidenses decidieron abandonar los fondos latinoamericanos.

- La devaluación que esperan los expertos, al cierre de esta edición que ya no aguanta más sorpresas, se calcula entre 30 y 50%, después de que se estabilice la paridad. Ciertamente, las presiones habrán quedado nulificadas, el déficit comercial disminuirá y las reservas quedarán a salvo, pero esto le costará al gobierno mucho dinero. Un total de N$ 209,966 millones de nuevos pesos ($69,000 millones de dólares) es el monto de la deuda interna colocada en Tesobonos a noviembre, y pese a que su rendimiento es mucho menor que el de los Cetes, ahora tendrán que pagarse muchos pesos más por ellos.

- Ese es el riesgo que Mancera ya había previsto, aun a principios de año.

- Como es sabido, la crisis de enero y la de marzo (luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio) pudieron sortearse gracias al BM, con buenos resultados, pues el mercado cambiario se estabilizó posteriormente. Mas el precio a pagar entonces fueron las tasas de interés más elevadas, un tipo de cambio en el borde superior de la banda y la mencionada exposición al riesgo cambiario por parte del gobierno, luego de la emisión de Tesobonos denominados en dólares, para mantener a los asustados capitales en el país.

- El banquero argumenta: es obvio que las empresas y comercios se vieron asediados por créditos caros el año pasado, pero las medidas fueron parte de un severo remedio, no de la enfermedad. "Los choques reales, los problemas, sería milagroso que no tuvieran un costo... Siempre lo tienen. La cosa es cómo distribuir el costo de una manera soportable", menciona.

- Antes de los sucesos de fines de diciembre, Mancera no dejaba de ser optimista y, como pocas veces, habló de política: "Creo que los problemas políticos de 1994 están siendo superados. El resultado de las elecciones presidenciales fue muy bueno -no porque haya ganado el PRI o quien sea-, porque en general hubo un reconocimiento nacional de que los comicios fueron los más limpios de la historia del país, que hubo una gran afluencia de votantes, que las irregularidades que pudo haber no significaron alteraciones en los resultados finales".

- Y respecto de Chiapas (siempre Chiapas, diría el periodista Ciro Gómez), el gobernador del banco central tenía la esperanza de que los participantes fueran "razonables". En ese momento hizo una afirmación que hoy simboliza la urgencia de encontrar la fórmula que pacifique al estado sureño: "Superados los problemas políticos habría una posibilidad muy buena de que la economía entre en una fase de expansión sostenible; que se empiecen a cosechar los frutos de tanto que se ha sembrado en los últimos años para que la economía pueda prosperar. A partir del 20 de diciembre, este deseo ha vuelto a alejarse tristemente de las manos de los mexicanos. Una vez más.

- Un banco con país
Salvo al final, el sexenio pasado fue la culminación del proyecto de Mancera. En ese periodo Ia cooperación entre el BM y el gobierno federal fue excelente.... si la confianza sufrió deterioro en ciertas etapas, ello no es atribuible a deficiencias en esa cooperación, sino a otros factores de orden político o delictivo".

- La relación con el ex secretario de Hacienda, Pedro Aspe, “fue verdaderamente fenomenal". El banquero señala que "no tenía que recurrir ala persuasión, porque estábamos de acuerdo desde un principio en todo". En relación con Serra (antes de su renuncia), expresó: "Tengo mucho tiempo de conocer al doctor Serra y creo que esa feliz situación va a continuar”. Por supuesto, hay quienes lo dudan: algunos empresarios entrevistados con motivo de este artículo señalaron que la medida del 20 de diciembre era buena y necesaria, en general, pero todos coincidieron en criticar la forma en que se llevó a cabo, a las cuatro de la mañana, en una reunión apresurada del Pacto en la Secretaría del Trabajo, que hoy se conoce burlonamente como el Ipso Pacto". Y tuvieron razón.

- Sin embargo, el BM ha dicho a los medios, aunque no oficialmente, que el acuerdo con Serra es total. "Fue una bola de nieve que se nos vino encima el lunes 19; ante la aparente toma de 38 municipios por parte de la guerrilla, no había nada que hacer", aseguran hoy en el banco central. Explican que el martes a las 4:00 am, al terminarse la reunión del Pacto, lo único posible era poner la medida en marcha inmediatamente, o "se hubiera dado tiempo a especulaciones".

- Al cierre, Mancera no había declarado al respecto, pero en el banco se trabajaba febrilmente para estabilizar las cosas al momento de cesar la presión cambiaria. Los encuestados en el medio de negocios saben que el BM lo hará.

- De hecho, un elemento de confianza es la autonomía del banco central, que es en parte una manera de "institucionalizar" el prestigio de Mancera. Así lo piensa el bánquero, quien durante la entrevista señaló: "En lo que toca a política monetaria, el banco central ya no tiene que persuadir al gobierno, porque tiene las facultades de hacer lo que sea necesario", describe, no sin advertir que "conviene que exista siempre una coordinación muy estrecha con el gobierno. Un banco no opera en el vacío, sino dentro de un país y un contexto de política económica general que deben ser congruentes". Como prueba de que esto no es el caos de 1982, Mancera apareció junto con Serra al momento de anunciar la liberación del tipo de cambio: el caballo se desbocó, pero los jinetes no soltaron las riendas.

- 40 años de lucha
Más allá de Mancera, la seguridad sobre el BM radica también en que las decisiones ya no dependen de un sólo hombre, sino de una junta de gobierno, en la cual el titular es sólo "el primero entre pares", no el portador de la verdad divina. Y el banquero se asegurará de dejar dentro de dos años una institución a su imagen y semejanza.

- Sobre las virtudes de un banquero central: "Que tenga un buen entendimiento de los fenómenos monetarios, una información amplia de lo que sucede en el país y en el resto del mundo, una fuerte inclinación por el orden, entereza para perseverar en lo que se cree y para resistir la crítica, así como capacidad ejecutiva". Es más que eso, opinan algunos de los que se mueven en los ambientes de la banca central. "Los banqueros centrales en todo el mundo van adquiriendo características comunes. Tienen el mismo corte y una gran habilidad para conocer la teoría, la abstracción, y siempre una habilidad para pasar a las cosas prácticas", describe su amigo y compañero por años en el BM, Sergio Ghigliazza, actualmente director del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).

- Pero volviendo a la cuestión de la entereza, esta cualidad de Mancera es apreciada en la comunidad financiera internacional, aun entre la "hermandad de banqueros centrales del mundo. No hay puerta que no se abra para él en Estados Unidos y Europa ni institución monetaria que no confíe en su palabra, al grado de echarle una mano cuando la requiere, como ya se hizo en 1983, y se repite en estos días, con los créditos de hasta $6,000 millones de dólares garantizados por el vecino del norte, que terminarán haciendo descender el precio del dólar.

- Esta cualidad se traduce en la lucha que Mancera llevó por años en favor de medidas que hoy son realidad, como la liberación económica, la simplificación el reordenamiento de las finanzas públicas y la deuda externa, así como la organización del sistema financiero. No bien fue nombrado director del BM en marzo de 1982, bajo el mandato del presidente José López Portillo, el banquero empezó a transmitir sus ideas en contra de los controles de cambios.

- Esto terminó costándole el puesto en agosto del mismo año, cuando el mandatario emprendió la aventura de nacionalizar la banca y defender el peso como fiel sabueso, lección que, por suerte, quedó bien entendida en el gobierno: una mala defensa es peor. Mancera estuvo fuera sólo por tres meses, porque de inmediato fue rehabilitado por el nuevo jefe del ejecutivo, Miguel de la Madrid, quien le confió una larga y lenta labor de rescate de la economía en los años siguientes.

- "Ha sido un luchador muy tenaz –recuerda Ghigliazza– para lograr que se corrigieran las finanzas públicas. También insistió en cuanto a lograr condiciones de comercio más libres, porque ya habíamos llegado a unos absurdos espantosos."

- ¿Un hombre casado con sus ideas? Sus amigos prefieren pensar en alguien más dinámico, en un promotor que corrige las ineficiencias que necesariamente surgen en los mercados. La propia voz de Mancera dice: "Lo primero en la economía es hacer comprender a la población que no existen los mal llamados milagros económicos. Milagroso sería que un país progresara rápidamente sin educarse, sin ahorrar y sin trabajar. Si miramos a las naciones que se desarrollan más rápidamente, advertimos estos denominadores comunes: un gran esfuerzo educativo, un elevado coeficiente de ahorro y una gran dedicación, conjugados con otro elemento: la seguridad jurídica".

- Parte de su carácter es su ya legendaria congruencia. Es cierto, su modo de vida es sencillo y austero, sin privarse de nada, pero sin gastar de más. Bastante han hablado los medios sobre el cambio de vinos importados a vinos nacionales que implantó en el comedor del BM a su llegada, así como de los chistes sobre sus trajes y su pluma Bic en la solapa. Pero, más que un hombre nacido para banquero, Mancera es así porque prefiere predicar con el ejemplo.

- Tantos años en campaña le dieron el capital moral necesario para impulsar sus ideas de libre mercado. "En el caso de un banco central dependiente del gobierno (como lo fuera el BM hasta 1993), la cabeza del banco central puede influir grandemente, más que nada persuadiendo al gobierno de qué es lo que conviene." Claro que el gobierno toma la última decisión en estos casos pero, si se trata de cuestiones cruciales, "siempre se tiene la posibilidad de renunciar", menciona no sin una sonrisa, recordando 1982.

- ¿Qué conocimientos le permiten a un banquero central decidir "lo que conviene"? Mancera es uno de los primeros egresados de la carrera de Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), un bastión del libre mercado en los 50, cuando las tesis de proteccionismo y sustitución de importaciones eran la regla en Latinoamérica. Posteriormente, en su maestría en Yale, destacó por su defensa de la inversión extranjera como motor del crecimiento, en un tiempo en que las ideas keynesianas permeaban incluso la política estadounidense.

- La aplicación máxima de las teorías que no le gustan a Mancera llegó en 1982, y con ello su desmoronamiento. De un  golpe terminaron como una opción de desarrollo y Latinoamérica comenzó su camino al libre mercado. Tal vez el  banquero no llegó al BM a inventar una nueva fórmula de administración monetaria, ya que él mismo dice que "no hay  nada nuevo bajo el sol". Sin embargo, al optar los gobiernos por darle una oportunidad al liberalismo en los 80, llegó el  tiempo de Mancera.

- El perfil personal de Mancera tal vez no suene tan importante en estos días, pero vale la pena recordarlo. Alguna vez, dijo en una entrevista con El Financiero que no es cierto que fuera hosco; al contrario, se calificaba como jovial, y así lo encontró EXPANSIÓN (a principios de diciembre, que hoy parecen siglos atrás). Acepta que la aparición en público no es su preferencia, sino que le gusta el estudio y el trabajo en grupos pequeños. En su tiempo libre, prefiere las actividades a cielo abierto, como la equitación y la natación, pues otros gustos como el ajedrez y el dominó están por ahora archivados... son muchas horas las que pasa frente a un escritorio, rodeado de fumadores, dice.

- Se sabe de sus gustos por la literatura y la música "de calidad, clásica o popular" y tal vez en dos años más, cuando salga del edificio del BM a los 64 años, por fin podrá darse el gusto de cruzar el Eje Lázaro Cárdenas y asistir a otra de sus pasiones, la ópera, en el cercano pero hasta ahora inaccesible (por cuestiones de trabajo) Palacio de las Bellas Artes. Dos años parecen ahora una eternidad: como están las cosas, México necesita aún seriamente los servicios y la estatura de Mancera.

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CUESTIÓN DE DÉFICIT
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La preocupación - máxima de los analistas a - partir de 1994 es el elevadísimo déficit en la cuenta corriente, calculado en por lo menos $30,000 millones de dólares para 1995. Incluso muchos asesores de inversionistas han - considerado no recomendar a México si este número no disminuye, lo cual - sería un riesgo para que el país siga atrayendo inversión extranjera.
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- Pero Miguel Mancera no está preocupado por este tema, y tiene una explicación para ello: "Lo que pasa es que la gente no acaba de entender la - relación que existe entre la cuenta de - capital y la cuenta corriente, en - México y en muchas partes del mundo."
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- Según menciona, - incluso en Estados Unidos, - cuyo déficit en cuenta corriente es también colosal, - mucha gente, incluso en el propio gobierno, "le echa la culpa a las prácticas proteccionistas de Japón". Y recuerda, a pesar de que el dólar ha sufrido una devaluación colosal frente al yen a través del tiempo, el déficit persiste, sin afectarse los flujos comerciales entre ambos países.
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- Para Mancera es muy sencillo: "En Estados Unidos hay un déficit de ahorro respecto de la inversión (el ahorro interno no es suficiente para cubrir la inversión en el país). Si esto pasa, la inversión se obtiene del superávit en la cuenta de capitales. ¿Cómo se transfieren en términos reales del país exportador de capitales al importador? Con mercancías. Los capitales no son sólo apuntes en libros, son transferencias reales".
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- Para él, éste es el lado real de la transferencia de capitales: el superávit en cuenta corriente del país exportador de capitales, y lo contrario para el - importador. Por ponerlo más claro: la importación de capital quiere decir - déficit en cuenta corriente. "Es lo mismo, de dos maneras distintas."
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- La paradoja de - México, señala, es que "cuanto más éxito tenga, más - grande va a ser el déficit de cuenta corriente, si no, ¿cómo se dará la atracción de capitales?”. Aclara que esto pasa en el caso de que el déficit esté - originado no por políticas internas expansivas (por parte del gobierno), sino por atracción de - capitales. "Cuando no los atraíamos –recuerda -, cuando - había una gran incertidumbre respecto de México en los 80, llegamos a tener en 1987 un superávit en cuenta corriente, y el país era un exportador de - capitales. Las cosas estaban muy difíciles en aquel tiempo."
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- Según esta - lógica, el déficit en la cuenta corriente descendería al ritmo - que baje el superávit en cuenta de capitales. ¿Será?
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- La duda podrá aclararse en 1995, pues el déficit proyectado es alto y - algunos cálculos de la Bolsa Mexicana de Valores señalan que la inversión - extranjera ha retrocedido fuertemente en el mercado accionario.
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- Sería más cómodo no saberlo, opinan los analistas.
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- Por Jorge A. Monjarás Moreno
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1982: SÓLO TRES MESES
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- Miguel Mancera - Aguayo hace uso de toda su prudencia cuando se le pregunta sobre el 1 de - septiembre de 1982, cuando el presidente José López Portillo nacionalizó la - banca. "Creo que con los secretarios de Hacienda siempre ha habido una - buena comunicación, incluso un trato muy amigable, insisto." A lo más - que llega es a la aceptación de que "con otras par- tes del gobierno sí - pudo haber problemas".
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- Pero Sergio - Ghigliazza, director del CEMLA, tiene más qué decir respecto de esos días - en el Banco de México (BM). "Había rumores de que esto podía suceder - -comienza-, pero la verdad fue un secreto muy bien guardado. Certidumbre, - yo creo que nadie la tuvo, por lo menos en el BM, y me atrevo a decir - que ni en otras partes del gobierno”.
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- López Portillo - ya había prometido defender el peso como perro, - y todo mundo esperaba lo contrario, pero la noche anterior al último - informe de gobierno, los funcionarios del BM se despidieron como siempre, y - Mancera sólo mencionó: "A lo mejor hay sorpresas". Al día - siguiente Ghigliazza recibió al fin el aviso de Mancera: renunciaba al BM. - Sin embargo, no le dio los motivos y acordaron platicar esa noche. Más - adelante, en el informe, Ghigliazza supo qué pasaba.
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- Según recuerda - ahora, su jefe estaba calmado: "Para esas cosas es perfectamente - tranquilo, no sé si estuviera enojado, pero no estaba de acuerdo". Al - reunirse todos los funcionarios del BM, el clima era de consternación y - "había quienes tenían expresiones más duras, otros menos. En mi caso - yo diferí en muchísimas cosas con López Portillo, desde que era secretario de Hacienda. Me lo imaginaba capaz de eso y más, para mí fue un - shock, pero no una sorpresa”.
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- Según relata, - muchos querían renunciar con Mancera, pero éste les pidió no hacerlo. Si - todos salían, las probabilidades de que pasaran cosas peores aumentarían - -razona ahora Ghigliazza- Nuestra presencia ahí, aunque no nos hicieran caso, - podría poner cierto orden". Más - tarde, señala, comenzaron a llegar mensajes del presidente electo, Miguel - de la Madrid. "Nos pedían que nos quedáramos para capotear el - asunto."
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- Para - empezar, en la primera junta, - el nuevo director, Carlos - Tello, les anunció que el banco - compraría dólares a $80 viejos pesos, para venderlos a $50. “Pusimos el - grito en el cielo... nos contestaron que ni habláramos, que era una decisión - ya tornada." El argumento era que las pérdidas (juzgadas necesarias - para ayudar a las endeudadas - empresas privadas) se iban a pagar con las utilidades de los bancos, no las - que generarían, sino las de toda la historia de la banca", - exclama ahora entre asombrado y sarcástico. - Sin embargo, las pérdidas pudieron haber sido mayores: los bancos - optaron por negociar con las empresas y recordarles - que seguirían siendo sus clientes, "que no sería bueno abusar de estas - cosas".
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- Además, - en realidad no existían tantos dólares - a la compra; el mercado negro - ("nunca quisieron reconocer que existía") - los pagaba a $120. Por fin pasaron los tres largos meses y el entrante - presidente De la Madrid devolvió el puesto - a Mancera. El rompimiento con - su antecesor era evidente. Ghigliazza piensa que desde el momento de su salida el banquero central se - dedicó - a diseñar una estrategia de rescate.
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- El problema - seguían siendo las empresas privadas. La callada labor de Ma cera dio como - resultado el Ficorca, el puente que tendió el gobierno para salvarlas poco a - poco. "Los bancos extranjeros querían que la deuda externa privada se - hiciera pública, que el gobierno la absorbiera o diera una garantía. Nos - opusimos: daríamos lo que era responsabilidad del gobierno, un tipo de cambio - previsible, un mecanismo de cobertura cambiaria, pero si las empresas - quebraban por razones comerciales, eso ya no era nuestra - responsabilidad", recuerda.
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Por Jorge - A. Monjarás Moreno

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