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Nuestro principal problema es político

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Santiago Mirando, diputado federal, podría ser el siguiente Jefe de Gobierno del Distrito Federal, si es que, primero, su partido (Acción Nacional ) lo erige formalmente como candidato; y segundo si triunfa en as elecciones de julio del 2000.

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A continuación u extracto de la charla que sostuvo con Expansión.

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¿Cuál es su propuesta para la ciudad en materia de seguridad pública e impartición de justicia?
Lo primero que debe hacerse es un diagnóstico confiable y objetivo que tome en cuenta las precarísimas condiciones que estamos padeciendo los que habitamos en el Distrito Federal y, a partir de él, plantear las distintas soluciones de orden práctico e involucrar a la ciudadanía. Una de las cuestiones fundamentales es poder construir una relación de largo plazo entre la policía y el ciudadano, procurando que el policía conozca el barrio y a las personas, que éstas lo conozcan a él y a partir de esa relación ir construyendo una participación de vigilancia ciudadana y control a lo largo y ancho del territorio de la capital. Además, necesito que el gobierno actual me diga con toda claridad cómo están las fuerzas de seguridad pública para poder integrar una buena propuesta al gobierno de la capital.

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No sobra decir que tener autoridades honestas y eficaces son condición necesaria para que esto funcione. No podemos ya vivir ni un minuto más con la corrupción que existe en la Ciudad de México. El ejemplo de la ciudad de Nueva York es fundamental: la ciudadanía participó de manera ordenada en este esquema de tolerancia cero, en donde el entonces alcalde tuvo resultados sorprendentes, porque elaboró un esquema sencillo para aplicar la ley de manera honesta y constante con una amplia participación ciudadana.

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¿Qué medidas reales pueden tomarse para abatir la contaminación?
Primero, es necesario tener una información confiable acerca de las fuentes primarias de contaminación de la ciudad, para poder hacer una propuesta eficaz.

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Hay grandes avances en materia de prevención de la contaminación ambiental, en lo que se refiere a la planta vehicular y a las industrias, como en los casos de Holanda y Alemania. Pero hay que usar la política fiscal para pasar de un aire de baja calidad a uno limpio. Deben pagar quienes perjudican la salud de terceros.

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En cuanto a los servicios públicos como agua, energía eléctrica, transporte público, recolección de basura, etcétera, ¿deben ser públicos o privados?
El objetivo debe ser que el ciudadano común, sobre todo el que menos tiene, reciba mejor calidad de servicios públicos. Hay experiencias en muchas partes del mundo que demuestran que, en algunos casos, puede participar el sector privado y brindar un servicio más eficiente y más barato. Pero estas medidas no deben adoptarse unilateralmente, porque no siempre las privatizaciones han tenido el mejor resultado, ni han beneficiado a nuestra economía, ni mejorado el bienestar. Si participa el sector privado, tiene que dar mejor servicio y mucho más barato. Segundo, debe buscarse un mecanismo de sanción social (como el plebiscito, por ejemplo).

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¿Cómo reordenar la megalópolis?
Si hablamos de reordenar la ciudad, lo primero es llevar a cabo su reforma política, que nos permita quitarnos esas lacras del pasado que nos dio un sistema no democrático y que impidió que las decisiones se tomaran a tiempo.

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Es muy importante una reforma política en serio, que nos permita tener los focos rojos prendidos cuando el gobernante deje de actuar bien. Pero echar siempre la culpa al pasado es la manera mas fácil de salirse de los problemas. Hay que ver al pasado para poder ver de frente a largo plazo. Todos los problemas se podrán abordar más eficazmente si solucionamos la parte política que sigue pendiente. Por ejemplo, ¿cómo es posible que estamos entrando en la contienda del 2000 y aún no se definan las facultades que tendrán los delegados que los ciudadanos de la capital vamos a elegir? Tampoco sabemos cómo se coordinará el nuevo jefe de gobierno con los delegados electos que pueden ser de diferentes partidos. El principal problema que vive el país, antes que cualquier otro, es político, y esto también es aplicable a la Ciudad de México.

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¿Qué hay del empleo?
Depende de una buena política económica nacional que establezca incentivos a la inversión. El gobierno de la capital debe ser el facilitador y el medio para ayudar a mejorar la vocación económica de la ciudad, dando buenos servicios. Las inversiones vendrán en la medida en que el gobierno sea confiable, tenga credibilidad y pueda garantizar la estabilidad.

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¿Hay solución al comercio informal?
Tiene que haber un régimen de transición. Lo que no se debe de permitir es que se afecten derechos de terceros, lo mismo de peatones, que de vialidad o de los comerciantes establecidos. El problema viene de una mala planeación y ordenamiento urbano. Hay que reordenar, abrir los espacios, dar facilidades e incentivos. Ciertamente se requiere dinero y, por lo tanto, hay que generar confianza y lograr estabilidad, para que lleguen las inversiones y se pueda ampliar la base fiscal del gobierno.

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¿Cuál es su opinión del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas?
Hacer un balance requiere evaluar cada uno de los rubros mas importantes de la función pública en la capital. Lo reduzco a dos puntos: primero, falta mucho por hacer. Ha habido promesas incumplidas, sobre todo en materia de seguridad pública, reordenamiento urbano, empleo y otras áreas de servicios públicos. Segundo, políticamente la capital esta muy mal armada para solucionar sus problemas porque ha faltado una reforma política. No se ha hecho lo que la gran mayoría de los mexicanos que habitamos en la capital hubiéramos esperado.

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Por otra parte, habrá que valorar con la misma justicia que sólo han sido dos años de gestión con un malísimo arreglo institucional y político y con problemas que vienen de tiempo atrás, y así no podemos esperar demasiados resultados.

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¿Apoya la candidatura de Vicente Fox?
Por supuesto. Es el único candidato que garantiza que las cosas pueden ser mejores y cambiar el viejo sistema de manera ordenada, pacífica y eficaz.

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¿Son factibles las alianzas entre partidos con ideologías tan disímbolas?
Los fenómenos políticos de carácter reciente sorprenden a algunos militantes de los propios partidos que creen todavía en el viejo formato del sistema político, en donde ya se habían acomodado con intereses, prebendas y privilegios. Ya no se le puede imponer al gobierno la voluntad de ningún partido, como ha venido ocurriendo con el PRI en los últimos 70 años. Así lo han hecho todos los países democráticos, y no veo porqué México deba seguir siendo la excepción. No hay que olvidar que el sentido de ser de los políticos es alcanzar el bienestar para todos; si no lo logramos estamos reprobados. Y una forma de alcanzar esto es con un sistema político estable. Para lograrlo, se requiere que las fuerzas políticas se pongan de acuerdo. 

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