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Oficinas... ¿quién las necesita?

Algunos piensan que el espacio tradicional de trabajo -en estos tiempos- no satisface todas las nece
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

No hay marcha atrás. El viejo concepto de oficina cambiará conforme el trabajo y la tecnología evolucionen. De hecho, aquel laberinto de islas o cubículos ensamblados –donde altos mandos ocupan el mejor lugar– desaparecerá porque son pocas las personas que lo consideran ideal para desempeñar las funciones que la nueva cultura corporativa exige a los empleados de la era del conocimiento.

- La nula privacía, la escasa ventilación y una iluminación inadecuada son algunos de los peros que se señalan con más insistencia. Tales incomodidades, advierten los expertos, no deberían menospreciarse, puesto que repercuten en el desempeño y la productividad de la gente. No son raras las personas que miran ansiosas cómo transcurren las horas en el reloj, anhelando el momento para salir de su virtual encierro.

- Según Von Haller Gilmer, experto en psicología, resulta inevitable el conflicto entre los individuos y su trabajo. Incluso, añade, la mayoría de las personas piensan que las organizaciones no les ofrecen un ambiente propicio para trabajar.

- El especialista apunta que, si bien en los primeros años del cambio tecnológico: 1) la teoría organizacional evolucionó; 2) se plantearon los trabajos nuevos; y 3) se explicó a los colaboradores cómo podían disfrutar de las tareas recién asignadas, al final, el aspecto que trasciende, gira entorno a una completa ignorancia de la psicología humana.

- Hasta hoy, las oficinas son más o menos genéricas. Costos e imagen suelen ser clave en el espacio corporativo. Sin embargo, quienes deciden cómo serán las áreas de operación rara vez consideran la cultura, así como los impactos psicológico y de salud de los empleados.

- Robert Arko, desarrollador de productos para ideo, firma dedicada al diseño industrial en Palo Alto, California (y creador del primer mouse para Microsoft), asegura que la función –más que los rangos jerárquicos– determina el espacio laboral. Las oficinas actuales, explica, se basan en los viejos valores de resguardo del trabajo, mientras que los nuevos modelos serán “metáforas” de bibliotecas, centros de conferencia o espacios de lanzamiento que inviten a la interacción, en lugar de invocar a la pasividad (propia de un lugar fijo): “Se trata de invertir completamente la manera en la que percibimos el trabajo hoy”, dice.

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Vientos de cambio
Antes, las oficinas eran el lugar natural para albergar escritorios de mecanógrafas (entre otras cosas). Ahora son espacios donde el empleado convive con una tecnología crecientemente compleja. A decir de los entrevistados, el lugar de trabajo debe facilitar el desarrollo de la operación diaria y actuar como fuente de inspiración creadora. - David Kelley, fundador de ideo, dijo en entrevista que los empleados son creativos cuando disfrutan de fuertes dosis de libertad y se entretienen con su trabajo. Por la misma razón, expresa, no existen títulos ni jefes en su organización: “Todo se desarrolla a partir de equipos interdisciplinarios que se forman y se desmantelan según las necesidades de la compañía”. Por otro lado, cambiar no significa invertir fuertes cantidades en remodelaciones o rentas de espacio aaa, sino romper lo convencional. El caos –tomando como base la antigua realidad corporativa– puede convertirse en algo muy constructivo.

- La gente que se pasa la mayor parte del tiempo sentada frente al escritorio no es, necesariamente, la más productiva aunque sí algo aburrida. En los más de los casos, este tipo de personas manifiesta una fuerte resistencia al cambio. Para Kelley, resistirse a desaprender y a equivocarse puede salir muy caro en el largo plazo. El eslogan de ideo confirma esta idea: “Equivócate frecuentemente para tener éxito más rápido”.

- Arko, por su parte, asegura que “la gente trabajará de maneras diversas desde su hogar y otros lugares, antes que en una oficina (hasta ahora) tradicional”. El especialista añade que el propósito de las oficinas será facilitar la colaboración entre varios empleados para transformar información y generar ideas. Los espacios deben ayudar a las compañías a lograr sus objetivos.

- Esta nueva forma de trabajar, expresa, es más difícil que el modelo anterior donde un empleado tenía su espacio de trabajo fijo y bajo aparente control. La nueva idea es crear un ambiente con mayor fluidez y flexibilidad para determinar las prioridades de un proyecto específico. Las nuevas prácticas laborales apoyan no sólo el logro de las metas, también el bienestar y satisfacción de los clientes, proveedores y empleados.

- De acuerdo con Von Haller, “para hacer frente al problema de integración de las necesidades individuales en el trabajo, resulta necesario desarrollar sistemas humanos más gratos; crear procesos que ayuden a la gente a adquirir habilidades que satisfagan su urgencia de sentirse más efectivos y más satisfechos, por encima de la recompensa económica (también muy importante)”. 

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