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Otro año sin milagros

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Este año no habrá milagros. Si bien muchos mexicanos llegaron al brindis de año nuevo con una especie de alegría disimulada porque 1995 ya estaba pasando a los archivos históricos, y con la “esperanza” de que este 1996 ya no puede ser peor, lo cierto es que no hay nada que indique que será mejor. Salir del abismo de la crisis será más lento y doloroso de lo que algunos —léase funcionarios del gobierno— pronostican. A fin de cuentas, las economías familiares continúan heridas, soportando aumentos generalizados de productos y servicios con raquíticos incrementos salariales (en el mejor de los casos) o intentando encontrar el empleo perdido durante el año anterior. La mayoría de los mexicanos no recibió, además, aguinaldos tan suculentos (y tan fuera de la realidad) como varios de -sus servidores públicos, que permitieran hacer más escalable la elevada cuesta de enero.

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¿Qué se puede esperar este 1996? Lo primero que hay que considerar es que los Criterios de Política Económica dejan ver que la política monetaria será sumamente restrictiva con el fin de contener las presiones de costos que empujan la inflación al alza, lo cual conduce necesariamente a la ansiada recuperación económica por el carril de baja velocidad. Será, en pocas palabras, otro año de bolsillos vacíos y de escasos empleos. Las perspectivas de crecimiento van muy de la mano con el comportamiento de las exportaciones, que si bien pueden continuar en la ruta del incremento, no por fuerza significa que los ingresos que generan regresen a México. Es bien conocido que las grandes empresas exportadoras, ante los vaivenes cambiarios, prefieren depositar los recursos originados por sus ventas en el exterior. Asimismo, las inversiones anunciadas por algunas empresas, nacionales y extranjeras, no serán ni de cerca suficientes para recuperar lo que más se perdió durante 1995: el empleo.

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La agenda del presidente Ernesto Zedillo debe tener escrita, en todas sus páginas, la palabra consenso. Tanto en materia económica como en el plano político, el primer mandatario debe adoptar medidas que fortalezcan a la nación, que ayuden a restaurar la confianza perdida y que estimulen la inversión directa y la creación de nuevos empleos, cuidando de que la sociedad deje de cargar, casi sola, todo el peso de los ajustes. Cierto, hay algunos cambios en el gabinete, pero no puede saberse a ciencia cierta si son los adecuados, o a qué responden en el fondo. Resulta por lo menos sospechoso que Arsenio Farell, un hombre de todas las confianzas de Carlos Salinas, se haga cargo de la Contraloría. Además, persisten muchas de las razones que en 1994 provocaron inestabilidad política. El crimen de Luis Donaldo Colosio sigue irresuelto. El conflicto chiapaneco continúa siendo un rompecabezas con las piezas desordenadas, pese a la evolución del EZLN en frente. La reforma política, en un año previo a elecciones legislativas, no ha desembocado en ningún acuerdo específico.

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Si 1995 ya nos enseñó que las fabulaciones sobre una pronta recuperación económico lo único que nos dejaron fue caos financiero, recesión y mayor pobreza, ¿no debiéramos ser más cautelosos antes de formular pronósticos triunfalistas?

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México y las elecciones en Estados Unidos
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¿Vecinos distantes? Difícilmente, y menos coexistiendo en el marco de un Tratado de Libre Comercio. Obviedad geopolítica: lo que sucede en Estados Unidos, en su economía y en su conducción política, afecta a México. Por eso a partir de esta primera edición de 1996, la sección “Controversia” se abocará periódicamente a los aspectos más relevantes de la contienda por la presidencia de Estados Unidos.

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Uno de los especialistas convocados para esta tarea es Rafael Fernández de Castro, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Georgetown y actual director del Programa para el Análisis de las Relaciones entre México, Estados Unidos y Canadá del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Adéntrese el lector, sin pedir visa, en las peculiaridades del proceso electoral estadounidense que se exponen en su artículo de la página 59.

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