Hija de la fortuna
Isabel Allende, México, Plaza & Janés Editores, 1999, 428 páginas
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Esta novela transcurre a mediados del siglo pasado en Chile, cuando las familias patricias imponían su conservadurismo, y en California, en el otro extremo, cuando los aventureros eran atraídos por los hallazgos de oro. El fondo de las clases sociales, el racismo, los prejuicios, la religión, las supersticiones, por un lado, y el desapego, el caos y la falta de escrúpulos, por el otro, late en los párrafos de esta deliciosa obra, que no le vuelve la espalda al erotismo, la magia y la historia.
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Con una poética reluciente la autora recoge los pasos de una apasionada joven chilena, Eliza Sommers, que ha sido expuesta desde su nacimiento a los dictados del azar, pero que encuentra sentido y voluntad en cuanto se enamora.
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Sin importar los miles de kilómetros que separan a Chile de California, Eliza se lanza en pos de su amor escondida en un velero. Es auxiliada por un inolvidable personaje, un curandero chino, y entra de lleno en los senderos de la aventura, donde ocurren todos los encuentros y los desencuentros. Aunque larga, la novela inspira a leerla de un tirón.