El propietario de una importante cadena mexicana de restaurantes reside en San Diego desde que vio la luz después de seis meses de secuestro. El crecimiento de la empresa, obviamente, no ha sido el mismo desde entonces. Un consultor corporativo internacional confiesa en una reunión que hubo cuatro secuestros en su familia durante los últimos dos años. “A mi primo lo confundieron con su jefe, porque iba de saco y corbata”, resume. También están los tráilers robados entre la maquiladora y el centro logístico –televisoras o jeans que pasan al mercado negro–; los gastos en seguridad privada, incosteables para algunas pequeñas empresas; la inseguridad callejera que retrae el consumo y mantiene áreas urbanas en la depresión... todo junto le cuesta a México 12.3% de su PIB, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 1999. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) cree que durante 2003 el PIB disminuyó 25% como consecuencia de la inseguridad.
- Independientemente de las causas originales de la delincuencia –crisis económicas recurrentes, como la de 1995; desempleo; marginación; desigualdad en el ingreso– la solución inmediata para el crimen organizado, según los especialistas, pasa por renovar unas instituciones deficientes. Es como el huevo y la gallina. La inseguridad provoca marginalidad porque inhibe la creación de empleos y la falta de oportunidades genera más delincuencia. En algún punto hay que detener la rueda.
- Con el fin de contribuir a esta realidad con soluciones, Expansión consultó a varios expertos en Derecho, secuestros y Seguridad Nacional, para llegar a recomendaciones muy concretas para abatir los altos índices de delincuencia en nuestro país.
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Profesionalización de la policía
- La prevención de la corrupción
- Procurador (casi) autónomo
- Más inversión y recursos
- Reforma integral de los reclusorios
- Coordinación operativa y legal
- Reestructuración del Ministerio Público