Físicamente es como una tarjeta de crédito, pero sus funciones son diferentes. Gracias a Visa Internacional, Banco Santander Mexicano y la Universidad Anáhuac, los alumnos, profesores, egresados y personal administrativo, 7,000 personas en total, ya cambiaron su credencial universitaria por un plástico que hace las funciones de monedero electrónico, identificación, medio de pago para entrar al laboratorio de computación y la biblioteca y hasta tarjeta de débito, si el tarjetahabiente abre su cuenta en Banco Santander. El plástico tiene un microcircuito que permite ir rellenando el monedero, desde un centavo hasta $1,500 pesos, con tecnología Visa Cash.
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Alejandro Estrada, director de productos de Visa Internacional, afirma que “el potencial es enorme y la experiencia que hemos alcanzado en la utilización del microcircuito es extraordinaria, por los efectos de bancarización y por su rápida aceptación entre jóvenes y adolescentes”. No en vano, estos universitarios son los futuros ejecutivos de México. Muchos se inclinarán por la institución financiera que primero los atendió.
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“Queremos ser el banco de los universitarios”, explica Joaquín Creixell, director del programa de universidades de Santander, banco que ha emitido 339,253 credenciales en 39 universidades en el mundo, 10 en Latinoamérica.