Puro sabor
La crisis en el sector de la construcción representó para muchos la pérdida de oportunidades de desarrollo; sin embargo, para otros significó la posibilidad de desarrollarse en nuevos giros. Tal es el caso de Marco Valdés.
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“Yo surtía de insumos a la industria, como cortinas metálicas y puertas automáticas, entre otros. Pero eso se fue acabando y tuve que buscar una nueva alternativa en la calle”, recuerda.
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Lo primero que se le ocurrió fue vender comida. “Yo no conocía el negocio y lo primero que hice fue encargarle a una señora, que era mi vecina y además cocinaba muy rico, preparar unos tacos de canasta.”
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El emprendedor salió a una esquina de Atzcapotzalco, en el Distrito Federal, y empezó a vender sus tacos. Su fama trascendió de calle en calle y pronto pasó de un puesto a cinco, además comenzó a maquilar comida a otros taqueros.
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Los locales en la esquina se habían convertido en carritos ambulantes bien identificados. Alquiló espacios más grandes para producir e instaló varias unidades con el fin de repartir a sus vendedores. “Eso sucedió sin darnos cuenta –comenta Carlos Jiménez, director comercial de la firma– pero nos pusimos una meta más alta: conquistar a los supermercados.”
Después de meses de espera y de difíciles negociaciones, por tratarse de alimentos preparados, finalmente lograron su objetivo: “Hoy surtimos a unas 50 tiendas entre Comercial Mexicana y Gigante –relata el entrevistado–. Vendemos un promedio de 12,000 tacos diarios y muy pronto esperamos duplicar esa producción para surtir a más supermercados.”