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Que trabajen los demás

Corinne Maier, la heroína francesa de la contracultura, cuenta el porqué de su libro donde aconsej
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Si alguien ha de trabajar, que mejor trabaje el vecino. Éste podría ser el -lema del libro Buenos días, Pereza, que apenas apareció en México a -principios de este año, luego de causar un buen escándalo en Europa por decir -que la extrema burocracia de las empresas permite a sus empleados (sobre todo a -los de más arriba) hacer como que trabajan a cambio de un sueldo más o menos -jugoso.

- Se supone que el libro desnuda a los grandes managers y a sus gurúes, -que recetan la ética protestante (aquella de que el trabajo le da sentido a la -vida) a sus subordinados, mientras que ellos se cubren con puestos de nombres -rimbombantes y se la pasan de lo mejor en comidas “de trabajo” y reuniones -“de planeación”.

- Corinne Maier, la autora, es empleada de medio tiempo –todavía– en -Electricité de France (EDF), empresa que le sirvió como inspiración para la -caricatura de los grandes corporativos. EDF le devolvió el favor al citarla a -una “reunión disciplinaria” el año pasado. Gracias a esa amenaza de -reprimenda, Maier ganó una valiosa publicidad gratuita, que la llevó de -inmediato a las páginas de los principales periódicos franceses, británicos y -eventualmente al The New York Times.

- The Guardian, de Londres, por ejemplo, se fijó en el libro a raíz -del incidente con la empresa y lo describió como “una pieza elegantemente -escrita que llama a tomar las armas a los ‘neo esclavos’ y a los ‘condenados -del sector servicios’, sentenciados a vestirse como payasos toda la semana y a -desperdiciar su vida en reuniones sin sentido”. Con esta descripción, el -libro podría ser subversivo.

- En buena parte de las 75,600 respuestas que da Yahoo! cuando se busca el -nombre de la autora, se recurre a la definición que de ella hizo The New -York Times: “la nueva heroína de la contracultura” (título aprovechado -en la contraportada de la edición mexicana).

- “Mis jefes detestaron el libro –dice Corinne Maier en una entrevista con Expansión– -creyeron que me burlaba de ellos (lo que no es enteramente falso, pero como no -nombro a nadie y no doy el nombre de la empresa no veo dónde está el -problema). Quisieron sancionarme, lo que ayudó al éxito del libro. Por esa -estupidez les digo gracias desde el fondo de mi corazón. Sí, conservo mi -trabajo, bueno, por el momento, aunque les moleste mucho que todavía esté -allí”.

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- Sin embargo, el texto también puede ser una guía para que los directivos -encuentren en dónde se pierde productividad. Tal vez podría ser un manual de -la contraguerrilla. Maier concede: “Creo que ciertos patrones son inteligentes -y sacarán del libro consecuencias positivas para sus empresas, tratando de -nombrar pequeños jefes que no sean demasiado estúpidos. Pero casi no creo, es -más, al contrario, que ciertos jefes lleguen a decirse: ‘Tratemos de poner a -todo el mundo en fila, formados como soldados’. Ésa es la mejor manera de -desmotivar todavía más y de tener asalariados sumisos y pasivos”.

- Como buena psicoanalista, Maier está en contra de las recetas generales. El -principal enemigo del libro, más que la empresa ‘explotadora’, es el alud -de textos de manejo de personal, llegados sobre todo de Estados Unidos. “Me -burlo de los manuales que presentan al management como un conjunto de recetas -tradicionales para actuar de manera que la gente trabaje con ganas. Ahora bien, -la mayoría de la gente se aburre en el trabajo, van como los niños a la -guardería, porque es o-bli-ga-to-rio (al menos es lo que piensan), y sobre todo -porque se les paga por ir”.

- ¡Gracias Dilbert!
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La gran mentira, entonces, sería esperar que el ser humano busque la -realización en un trabajo asalariado. Buena parte de la inspiración de este -texto viene de las tiras cómicas de Dilbert, personaje de Scott Adams, de -corbata desaliñada, que empezó como una burla a la burocracia corporativa y -que ahora ilustra al trabajador feliz en el informe anual de Fortune -sobre las mejores empresas para trabajar (y cuyas aventuras se pueden conseguir -en las tiendas de Franklin Covey). Maier dedica sesudos textos a describir -situaciones muy similares a las de Dilbert en su oficina, lo que a veces hace -sospechar que muchas de sus observaciones ‘empíricas’ sobre lo absurdo del -trabajo en las empresas se dieron en las páginas de historietas de los -periódicos.

- Y la conclusión general de Buenos días Pereza, de que es posible -escabullirse del trabajo, es una versión disfrazada de intelectual de “la -técnica de la comadreja” aplicada por Dilbert y sus amigos para trabajar lo -menos posible, o hacer que el trabajo lo hagan otros. A diferencia de la -francesa, el personaje de Adams está más asimilado al mundo del management. En -Estados Unidos, los lectores saben que se trata de una broma, que es posible -escabullirse un rato –al estilo Homero Simpson–, pero no todo el tiempo. En -Europa, a juzgar por la seriedad de las notas publicadas en los diarios, no es -una broma sino una cuestión subversiva.

- El libro recoge el desencanto del empleado medio ante los escándalos de -grandes compañías como Enron, que quebraron cuando el modelo de ‘contabilidad -creativa’ para inventar ganancias fue descubierto. ¿Para qué esforzarse, -dirán ahora los empleados, si los resultados serán que los jefes se den la -gran vida? En Francia el fenómeno también se vivió de primera mano con la -debacle de Vivendi. Y ésa es la gran incomodidad de la autora, que las empresas -demostraron que son ineficaces, que en realidad no son creadoras de valor.

- “Las empresas son irracionales y mal organizadas –dice en la entrevista–, -suprimen puestos útiles (como el de las telefonistas, casi todos desaparecidos -ya) y crean puestos inútiles de gente que sólo hace viento en el sector de las -terceras partes (estudios, asesorías...). Fíjese que a mí me gusta lo -inútil, felizmente hay algo de inútil en todo lo que inventa la mente humana. -Pero lo que me molesta es la pretensión. En mi libro tomo como blanco una -especie de suficiencia satisfecha de algunos ejecutivos y managers, cosa -que me parece totalmente ridícula”.

- Desde otro punto de vista menos desencantado que el de Maier, Seth Mnookin, -en su libro Hard News, describe los errores de “suficiencia satisfecha” -que cometieron los editores de The New York Times al permitir que un -reportero se saltara todos los filtros del periódico más respetado del mundo -para publicar una serie de mentiras en la primera plana. Este libro podría ser -un buen complemento al de Maier para analizar qué pasa cuando una compañía -permite que sus empleados dejen de trabajar y se escabullan de sus obligaciones -–tal vez con la misma inversión de energías–.

- La revista Fast Company menciona que Hard News es uno de los -tres mejores libros de management que se publicaron en 2004 –aunque no es de -ese tema explícitamente–. Mnookin describe el proceso que llevó a los -editores a saltarse una serie de controles de la empresa, que garantizaban la -productividad y eficacia de los empleados, en aras de hacer un trabajo, según -ellos, más creativo y revolucionario.

- “Las empresas no son malas, son un poco estúpidas, como la mayor parte de -las organizaciones”, sentencia Maier.

- La intención general no es destruir a las compañías desde dentro. Más -bien, que el empleado deje de creerse “el cuento” de que hay que trabajar -intensamente. Cuando se le pregunta si entonces su consejo para los gerentes es -que dejen de llenar las formas de los balanced scorecards, porque en todo -caso no podrán hacer que la gente trabaje, da esta respuesta, algo cínica: “Me -imagino que se llega a ganar dinero haciendo trabajar a la gente. En todo caso, -arrégleselas para que no sea usted el que trabaje sino su vecino más inocente -o la gente en situación precaria (los trabajadores temporarios), a los que no -les queda otra opción”.

- La antítesis del libro podría ser otro, que todavía no llega a México, -con el transparente título de Joy at Work, con nombre y portada que -evocan a los famosos Joy of Cooking y Joy of Sex (así como el de -Maier parafrasea al Buenos días, Tristeza, de Francoise Sagan). De -acuerdo con Publishers Weekly, el autor Dennis W. Bakke “cuenta la -historia real de su compañía (AES)”, en la que la gente ama trabajar y es -altamente productiva. A pesar del ataque de Maier a los libros inspiracionales, -surge éste, que canta las glorias de una firma “con ideas revolucionarias que -podrían rehacer las organizaciones estadounidenses”.

- En la entrevista se le comenta a Maier que tal vez no sea posible escapar del -trabajo en empresas bien organizadas y con objetivos claramente definidos, como -Wal-Mart. Y su respuesta: “¡Desengáñese! En todas las empresas hay lugares -donde la gente no hace nada y se ocupa de que otros hagan su trabajo. Es claro -que raramente es el caso de la vendedora o del encargado de mantenimiento, pero -es más seguido el caso de los asesores de estrategia, de los asesores de -calidad, de los responsables de proyectos algo huecos...”

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