Queremos emprendedores ñoños

Tres hermanos que trabajaban en una mueblería del padre se quedaron en la calle cuando el negocio familiar se fue a pique. Salieron a buscar trabajo y no lo consiguieron. Cada uno de nosotros conoce varias historias como ésta. Pero pocos podrían adivinar lo que sigue.

Uno de los hermanos regresó a la única actividad que sabía hacer: fabricar muebles; pero lo hizo con una visión diferente. Primero, diseñó muebles de muy bajo costo inspirado en las docenas de libros que leyó sobre manufactura. Luego, comenzó a ofrecerlos por internet. Y no empezaba a fabricarlos hasta que no los hubiera vendido y cobrado. Hoy, los hermanos Vidal trabajan en Ingenia Muebles, una compañía de su propiedad que ya tiene decenas de minimueblerías en zonas populares, y factura casi 300 millones de pesos al año y emplea a 650 personas. La mueblería de su padre es uno de sus proveedores.

Estos emprendedores reflejan muy bien los valores que el equipo editorial buscó este año para esta edición: un emprendedor bien preparado cuya empresa mostrara magníficos crecimientos anuales, que tuviera elementos de innovación y, por supuesto, con una historia inspiradora.

Podríamos decir cosas muy parecidas de los otros emprendedores que a través de sus ocho empresas muestran que sí se puede crear con éxito un negocio en México.

Hasta aquí la parte de inspiración. Es hora de contar un poco sobre la transpiración. La búsqueda de este año fue un poco más ardua que en los años anteriores. La diferencia fue porque dejamos de lado las empresas start-ups, que son los proyectos recién creados que aún no generan los resultados que puedan dar una idea de qué tan viables son los proyectos. Nuestro criterio fue que, al menos, tuvieran tres años de haber sido constituidas.

Además, exigimos a los participantes que demostraran que sus ventas habían crecido más de 20% en los últimos tres años y que tenían como su principal foco la innovación. Tuvimos menos participantes, es cierto, pero el filtro funcionó.

Con esta portada, la revista Expansión reafirma su apuesta de que los emprendedores serán cada vez más importantes para la economía mexicana. Pero queremos destacar que el emprendimiento en el que creemos no es el changarro. Eso no significa que prefiramos los proyectos que tienen un respaldo económico importante o que no reconozcamos que hay grandes empresas que nacieron en un garaje, como muchos proyectos de Silicon Valley. El changarro, metafóricamente hablando, es el proyecto poco estudiado, el improvisado.

Queremos emprendedores que estudien el mercado que quieren atender. Que se haga mil preguntas antes de invertir un peso de su capital o el de los accionistas. Que crean tanto en su proyecto que se animen a invitar a otros a invertir su dinero y su tiempo en él; y que sean capaces de sentir tanta pasión por el mismo que sean capaces de convencerlos de hacerlo. Que se animen a crear algo nuevo o a mejorar lo ya existente. Sí, queremos emprendedores que no sólo sean audaces sino que, además, sean ñoños.

Este año descubrimos también que la edición ‘Los Emprendedores del Año' aún tiene mucho por crecer. A los lectores, les pedimos estar pendientes de las noticias en este sentido. Y a los emprendedores, les anticipamos que tengan listos sus planes de negocio y que practiquen su pitch de venta porque muy pronto los podrían necesitar.

Elecciones 2012
Los editores de la revista seguimos muy de cerca las posiciones que, en materia económica, asumen los posibles candidatos a las elecciones presidenciales de 2012. Pero a partir de esta edición, iremos a entrevistar a cada aspirante a la candidatura. Nuestra premisa no es descubrir quién será el mejor candidato. Nosotros queremos hallar al mejor presidente. En esta página daremos nuestra opinión sobre algunos de ellos, pero en las páginas interiores mostraremos a los lectores a los candidatos con la mayor imparcialidad que seamos capaces de tener. Nuestra primera entrevista la puedes encontrar en este mismo número: Marcelo Ebrard.

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