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Quinta Real. Perdió el tiempo, no el ru

Aunque congeló sus proyectos en cinco ciudades y bajó la velocidad en otros tres que ya se constr
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Con algunos proyectos de hoteles nuevos que no han avanzado como estaba planeado, y otros más que de momento están congelados, Quinta Real está perdiendo tiempo a causa de la crisis. Sin embargo, señala su presidente Francisco Martínez Martínez, a pesar de todo, en ningún momento se ha perdido la meta original: "Llegar a ser la mejor organización de hoteles pequeños de servicio personalizado en el territorio nacional".

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Aunque camina a un paso más lento de lo que se había previsto para alcanzar esa meta, la cadena tapatía está resintiendo la contracción del turismo interno, no así la del foráneo. Y es precisamente por ese repunte de visitantes extranjeros -sobre todo de hombres de negocios- que Quinta Real ha podido enderezar el rumbo, tras un arranque de año que Martínez califica de "terrible".

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El incremento de huéspedes internacionales, a los que la devaluación del peso les hizo el favor de abaratar las tarifas hoteleras (por ejemplo, la tarifa promedio del Quinta Real Guadalajara se redujo de $145 a $80 dólares), no se ha dado por igual en los cinco hoteles de la cadena, sino más bien en los de aquellas plazas que tienen un mayor movimiento de negocios. Ese es el caso del hotel de la capital jalisciense, en donde el turista foráneo ha repuntado a 27% (mientras el año pasado fluctuaba entre 15 y 17%) y, más aún, del establecimiento de la capital regia en donde, en sus dos primeros meses de operaciones (abrió en febrero pasado), los extranjeros representaron 54% de su ocupación.

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Como quiera que sea, en Aguascalientes, San Luis Potosí y Zacatecas, Martínez se ufana que sus hoteles no sólo han superado el objetivo original de captar 5% de los viajeros que se hospedan en establecimientos de cinco estrellas, sino también de que son los líderes de ocupación de sus respectivas plazas. Esto, con todo y que sus tarifas llegan a ser hasta 50% superiores que las de su más cercano competidor.

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Así las cosas, compensándose unos con otros, las ventas de Quinta Real (cuya oferta total es de 1,000 habitaciones) van cuesta arriba. La expectativa del empresario tapatío es que, al finalizar el año, las facturas sumen $30 millones de dólares; esto es, $12 millones de dólares más que en 1994. Por supuesto, aquí ya se incluyen las operaciones del flamante hotel de Monterrey, además que se está considerando la divisa verde al mismo valor del año anterior (N$3.40 nuevos pesos). En otras palabras, en términos de dólares, difícilmente habrá crecimiento.

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Lento, pero seguro. Aunque Martínez percibe que la hotelería no está "tan lesionada" como pudieran estar otras áreas económicas, su organización ha debido adoptar algunas medidas a fin de esquivar los nocivos efectos de la actual crisis. "Nos hemos visto obligados a ver mucho el in house, buscando cómo ser más eficientes, más productivos, cómo dar mejores servicios con mejores costos y, desafortunadamente, en algunos casos hemos reducido nuestra planta laboral."

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Fuera de estos ajustes, la situación de Quinta Real parece ser mucho más sana que la de algunas cadenas hoteleras (para no ir muy lejos, está el caso de los Martínez Güitrón, por cierto primos de Martínez Martínez). Por lo menos, si algo tiene a su favor el presidente de Quinta Real es que su política de no endeudarse en exceso le ha valido que, hoy en día, su nivel de apalancamiento represente poco menos de 25% del capital de la empresa. "Con el fin de no tener un gran apalancamiento -explica Martínez-, en todos los proyectos consideramos válido que pudiera ir una mezcla de 60% de capital con 40% de crédito, aunque en algunos de los casos, dependiendo del flujo y de las circunstancias de la plaza, hemos llegado hasta 50 y 50%".

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En lo general, define el hotelero, "nuestra posición ha sido hacer lo más, pero dentro de un parámetro conservador". Dicho de otra forma, en los casos en los que se han dado las oportunidades se han aprovechado, y cuando las circunstancias no han sido del todo favorables se ha preferido esperar a que vengan tiempos mejores.

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En ese punto parece estar ahora Quinta Real que, aun cuando ya cuenta con terrenos en las ciudades de México, Puebla, Querétaro, Saltillo y Villahermosa, ha detenido esos proyectos por falta de recursos crediticios. En cambio, los que sí van adelante -aunque también a un ritmo lento- son los hoteles de Guatemala, Huatulco y Acapulco, en cuya construcción se están invirtiendo alrededor de $48 millones de dólares.

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A más largo plazo todavía, y ya dado el primer paso hacia su internacionalización, Martínez se quiere seguir de largo por Centro y Sudamérica. En concreto: "Estamos visualizando proyectos en El Salvador, Costa Rica, Argentina y Perú".

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En fin, con todo y que esta es a crisis más severa que Martínez ha conocido en sus 40 años de vida productiva, él es de los que confían que su cadena de "hoteles -boutique " sea de las que salgan adelante, y más fortalecida. Reitera: "Se ha perdido tiempo, no el rumbo".

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