Gray Davis, el recién electo gobernador del estado de California, trata a toda costa de borrar la pésima imagen que dejó su antecesor en el cargo, Pete Wilson. Para ello, el funcionario visitó la Ciudad de México durante los primeros días de febrero. Pero la falta de promoción de su visita no ayudó mucho a difundir su mensaje versado en “una nueva era en las relaciones entre México y California”. Davis tiene una difícil tarea: tratará de convertir a California en el principal socio comercial de México, una plaza que ahora ocupa Texas con exportaciones al país por $26,600 millones de dólares hasta el tercer trimestre de 1998. En ese mismo periodo, California exportó $9,920 millones de dólares. “Queremos además extender los lazos culturales y educacionales”, comenta el vicegobernador Cruz Bustamante. Habrá que esperar a la primavera y la visita de Ernesto Zedillo a California, para que las tensas relaciones políticas de antaño den un vuelco a la cordialidad.
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