Química Pennwalt se adelantó a los hechos. Gracias a ello ahora puede mostrar números positivos, cerró 1994 con un incremento de 1,586.1% en la utilidad neta, un salto extraordinario que le permitió borrar sus pérdidas de N$2.1 millones de nuevos pesos en 1993 con ganancias netas por N$31.5 millones.
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Los ajustes internos iniciados en 1994 por esta empresa de la industria química se dirigieron en dos vertientes. El primero y más importante fue el vinculado a una mayor productividad, resultado de un mejor aprovechamiento de la capacidad instalada, así como a una mayor demanda consecuencia de una relativa escasez de ciertos productos en el mercado. Así, la producción de sosa cáustica se incrementó en 100% y fue la que mayores ingresos reportó al corporativo. La utilidad de operación, por ende, tuvo un inusitado crecimiento de 573.2%.
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A este buen balance, como la propia empresa reconoce, contribuyó el establecimiento de cuotas compensatorias al producto proveniente de Estados Unidos. La combinación de ambos aspectos les permitió sortear favorablemente los desequilibrantes efectos de la devaluación. Por otra parte, Pennwalt, controladora de 10 empresas del ramo, llevó a cabo una importante reducción de sus adeudos en 1994. De N$402.8 millones que eran los pasivos totales al término de 1993, la compañía cerró el año pasado con sólo N$155.7 millones, es decir, 61.3% menos. De igual forma, como parte de su programa de reestructuración, sus activos se redujeron 21%.
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La alquimia funcionó, no cabe duda.