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Raúl Urrea Avilés

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

(1907-1992)
GRUPO URREA
- Si como empresario supo crear riqueza y repartirla con un profundo sentido de justicia distributiva, como dirigente, Raúl Urrea Avilés utilizó su gran poder de convocatoria para que intereses encontrados confluyeran en trascendentes obras sociales, políticas y culturales. En pocas palabras, para el que durante años fuera el modelo y líder del empresariado tapatío, la responsabilidad social no fue una mera pose, sino una forma de vida.

- Esta polifacética figura nació en Culiacán, el 26 de enero de 1907. Fue el quinto de ocho hijos de un matrimonio formado por doña María de Jesús Avilés y don Jesús Urrea, un próspero hombre de negocios que, a causa de la Revolución, tuvo que salir huyendo de la población sinaloense para buscar refugio en la capital de Jalisco. Ahí, junto con su tío Ponciano Almada, instaló una tienda, donde el joven Raúl, después de haber cursado sus estudios básicos con los jesuitas, empezó su larga vida productiva.

- El emprendedor que llevaba dentro pronto habría de aflorar. En mancuerna con su hermano Jesús, fundó primero una compañía que manejaba representaciones de diversas fábricas tanto nacionales como extranjeras y, después, una bonetería bautizada como Urrea Hermanos. A petición de su esposa, doña Concepción Carroll, en 1943 se hizo cargo de válvulas Carroll, una fábrica de válvulas de bronce fundada en 1907 por don Guillermo Carroll Braniff. De ese pequeño taller, de apenas 17 trabajadores, habría de levantar lo que hoy es Grupo Urrea, un consorcio que da empleo a 4,200 personas.

- En tiempos que ni siquiera se hablaba de alianzas estratégicas, don Raúl fue el primer industrial de Guadalajara que se asoció con firmas extranjeras en búsqueda de Asistencia tecnológica. "Tamaña osadía -recuerda Guillermo Urrea Carroll, el mayor de sus siete hijos- le valió las criticas de algunos de sus contemporáneos, que no llegaban a comprender por qué tema que pagar regalías a un "gringo" que le enseñara a hacer las cosas. Pero él no lo veía Así: "Teniendo la humildad para reconocer su ignorancia", en 1947 firmó un convenio tecnológico con la estadounidense Northern Indiana Brass Company, de la que surgió de Nibco de México, que hoy día es la fábrica de válvulas y conexiones de bronce mis grande de América Latina.

- A la par de ese crecimiento, siempre buscando al mejor socio tecnólogo, fue formándose un consorcio integrado verticalmente y, a la vez, diversificado. Ahora, en manos del clan Urrea Carroll, Grupo Urrea (con activos de N$524 millones de nuevos pesos) se divide en tres grandes áreas: la de válvulas, a cargo de Jesús Carlos; la de herramientas de mano (considerada la quinta fábrica más importante del mundo), dirigida por Alfonso; y la bonetería. Y presidiendo las 14 empresas se encuentra Guillermo.

- Ver por los demás
En primer lugar -comentó en vida el propio empresario a esta corresponsal-, un negocio debe tener utilidades. Pero las utilidades deben ser repartidas justamente entre los accionistas, los obreros y el gobierno, para que haga la infraestructura que nosotros necesitamos."

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- Con esta filosofía no es de extrañar que, para él, lo más importante de sus empresas fuera el elemento humano, al que no sólo remuneraba "lo mejor posible", sino también le brindaba las oportunidades para su desarrollo personal. La respuesta de su gente: una historia laboral con cero problemas, una ejemplar productividad y una permanencia difícil de encontrar en otras corporaciones.

- Preocupado por aquello de "hacer más con menos", creo el Centro Jalisciense de Productividad. Ante el problema de la vivienda obrera, junto con un grupo de empresarios locales formó el Instituto de Bienestar Social. Manejado por el sector privado regional, gracias a este organismo muchos obreros pudieron adquirir su vivienda. De ahí que, durante la campaña presidencial de Luis Echeverría, se le propuso que el esquema fuera implantado a nivel nacional. Así surgió el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), cuya dirección, asegura don Guillermo, "incluso se le ofreció a mi padre".

- Con esas ideas, obviamente, llegó a ser tachado de "comunista". Pero lo único que pretendía era romper el divorcio tan marcado que existía entre los sindicatos y el grupo empresarial, para que ambas fuerzas llegaran a un entendimiento de clases. Desde el Centro Patronal de Jalisco (que presidió durante 15 años) lo logró, ganándose el respeto de uno y otro frente.

- Las actividades "cívicas"
Como apuntan Carlos Alba Vega y Dirk Kruijt en su libro Los empresarios y la industria de Guadalajara, la importancia de este hombre sencillo, al que le gustaba vivir bien, pero sin ostentaciones, "no deriva únicamente de su papel de dirigente industrial sino también de su participación en el espacio social, cultural y político". A eso, que él llamaba "actividades cívicas", le dedicó 50% de su tiempo.

- En el ámbito educativo, con la misma intención que han tenido otros lideres empresariales de contar con una institución que formara los futuros directivos, integró la asociación civil que creó el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). En los más de 10 años que presidió dicha asociación, impulsó el desarrollo de la universidad de inspiración jesuita y, con la ayuda de Agustín Yánez, logró su incorporación oficial.

- Jugador de golf y amante profundo de la naturaleza ("decía que en el campo se sentía mis cerca de Dios", rememora don Guillermo), supo combinar ambas aficiones en el Country Club, al cual le dio vida y llegó a convertir en el pulmón mis grande de la ciudad. A través del Consejo de Colaboración Municipal, un organismo al que le dio un renovado impulso, sí realizó múltiples obras en favor de la capital tapatía, una ciudad a la que le tenia mucho cariño y que sentía como propia.

- Amigo de presidentes como Abelardo Rodríguez, Miguel Alemán y Adolfo López Mateos, don Raúl fue invitado en diversas ocasiones a ocupar importantes puestos políticos. Siempre los rechazó: su intención no era buscar para si ni para sus empresas una situación de privilegio. En cambio, indirectamente si actuó en las esferas políticas, ya que era consultado por secretarios de Estado y gobernadores.

- Recordado por don Alfonso como una persona de un carácter "muy alegre, que sabia escuchar", Raúl Urrea vivió intensamente hasta el último día de sus 85 años. Fue un 26 de septiembre de 1992 que, como siempre, se presentó a trabajar en su oficina. Seria la última de sus jornadas.

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