El ex secretario de Estado norteamericano y premio Nobel, Henry Kissinger, escribió hace poco en el Houston Chronicle que, en una reciente reunión con destacados estadounidenses, Vicente Fox les recordó que la mayor contribución que Estados Unidos puede hacer a la nueva estructura política mexicana que encabeza es ayudarla a iniciar de manera suave y no sobrecargada de obligaciones por cumplir.
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Para Kissinger, el presidente Fox enfrenta duros retos. En el sector salud tiene una enorme tarea por resolver. Lo mismo respecto del reparto más equitativo de los ingresos para los mexicanos y la lucha contra la corrupción.
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Por otra parte, la globalización también ofrece sus riesgos, agrega. Tal vez 20% de la economía del país podrá vivir en el sistema internacional como parte de las grandes multinacionales. En cambio el resto (la mayoría) quedaría marginado y sin acceso al ingreso, al empleo y a las oportunidades de la mundialización.
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Algo de lo más importante en la tarea foxista es atender el tema de la migración porque, según Kissinger, los hispanos concentrados en las grandes ciudades están transformando el panorama político, económico y cultural. “El español es la segunda lengua; la comida, la literatura, las artes y el cine mexicano ya han dejado de ser exóticos“, advierte.
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