Con la lentitud que caracteriza al caracol (traducción al español de su nombre) L’escargot se ha ganado un lugar en las preferencias de los vecinos de la capitalina Bosques de las Lomas de un año para acá.
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Con un ambiente principalmente femenino a la hora de la comida, es en la noche cuando aparecen por sus puertas las reuniones entre amigos.
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El menú, que no deja lugar a dudas sobre el origen de los chefs –uno belga y otro francés–, se amplía con una pizarra en la que se sugieren los platos del día.
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Para la calidad que se pretende, llama la atención que el Magret de pato a la salsa de oporto ($115 pesos) esté cocinado de más, así como que las Terrinas de la casa ($58 pesos) carezcan de un sabor definido. Quizá lo único que se logra es el punto de las carnes.
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Los vinos están mejor. Incluso el de la casa –un cabernet sauvignon tinto de $32 pesos– es más recomendable que muchos de los platos que acompaña. En la carta predominan las marcas francesas. La lista de postres es escasa, pero con lo más granado de la cocina francesa, como la Tarta Tatin ($40 pesos) y el mousse de tres chocolates ($42 pesos).
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