Detrás de una fachada de estilo contemporáneo y colores claros, que contrasta con la arquitectura de los otros restaurantes ubicados en la calle de Molière, en Polanco, en la Ciudad de México se abre Savannah, un nuevo y original espacio para los amantes del buen comer.
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Fruto del esfuerzo de cuatro socios, entre quienes se encuentran los chefs Marielle Hajj y Antonio del Rivero –ambos con una vasta experiencia en el campo gastronómico–, este restaurante reúne novedosos conceptos. Uno de ellos es el “cebiche bar”, una barra donde se ofrece una amplia variedad de cebiches presentados en frascos de cristal con una leyenda de la casa. Pero si estos no resultan suficiente tentación, también hay ostiones cultivados en su concha, cocteles de mariscos, erizos y almejas.
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Otra de las innovaciones del Savannah es el wine bar, donde se puede elegir cualquier vino de la cava y disfrutar un buen habano en un área un poco más reservada.
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La carta cambia según la temporada. En invierno hay platillos tan originales como el carpaccio de langosta y los mejillones a la crema de azafrán, entre las entradas. De los platos principales el bacalao fresco en costra de papa y el pato prensado crujiente son excelentes, lo mismo que el prime centre cut top sirloin.
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Es recomendable dejar un espacio para los deliciosos postres. Lo difícil será elegir entre la crème brûlée con risotto y chabacano, el soufflé dégonflé de queso o el mondi chocolat, entre otros igualmente apetecibles.
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Para la hora de la comida vale mucho la pena reservar una mesa en la terraza, un espacio muy agradable y lleno de luz. Esta zona está cubierta con una lona retráctil, de modo que al abrirla se tiene la sensación de estar comiendo al aire libre, pero sin el molesto ruido exterior. Por la noche se puede disfrutar de otra área con un techo de estrellas iluminadas, el marco perfecto para una cena romántica. Y si bien el volumen de la música es un poco más alto que durante el día, este no interfiere en nada la plática.
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El servicio es amable, rápido y con buena disposición, no obstante algunos errores que, sin duda, se pueden enmendar.