Los funcionarios de gobierno no sólo se tienen que adaptar al controvertido horario de verano. Además, han visto modificado su horario de trabajo: desde el 5 de abril, en casi todos los departamentos, las luces se encienden a las siete de la mañana; y a las seis en punto de la tarde cae el telón.
-
Antes de que la nueva disposición entrara en vigor, el funcionario medio y alto (del jefe de departamento al secretario de Estado), contaba con un horario de trabajo extremadamente flexible. Entrar entre nueve y 10, y salir cerca de las 11, con tres horas para comer, eran prácticas comunes. Ahora, lo que se pretende es aumentar productividad y eficiencia. Parece que la carga de trabajo no justifica tantas horas de oficina...
-
El nuevo horario también permite más tiempo con la familia. Pero no todo el mundo se ve afectado por la disposición. El personal operativo (secretarias y choferes, entre otros) gozaba ya de un horario fijo de ocho horas, que en ningún caso se ve modificado. Hay sectores que, por su naturaleza, no pueden participar de la nueva medida. Piensen ustedes en lo que ocurriría si a las seis de la tarde cerraran la aduana de Tijuana, o si el personal médico de cualquier hospital del ISSSTE se fuera a casa a la misma hora.
-
Las autoridades hablan de ahorro, aunque aseguran no poder cuantificarlo: “Es muy difícil dar una cifra pero es evidente que se gastará menos dinero en agua y electricidad”, explica Marco Provencio, vocero de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
-
Con su nuevo programa de austeridad, el gobierno pretende generar un ahorro de $1,926 millones de pesos, de los cuales, $1,145 corresponden a costos de operación. En alguno de sus dígitos, esta última cifra encierra la cantidad que se espera recaudar.
-
Si los funcionarios están de acuerdo o no, no está tan claro. Según Provencio, fueron ellos quienes reclamaron el cambio en reiteradas ocasiones; pero en sólo una semana ya son 10,000 los burócratas que han optado por el retiro voluntario.
-