Sexo, pudor y ... Marcas
La chica del espectacular de Wonder Bra baila para Tomás, uno de los personajes de la película Sexo, pudor y lágrimas. Tomás está desesperado. Vive con Miguel y Carlos, alimentándose con Domino’s Pizza y Sushi Itto. Miguel se acaba de separar de su mujer, quien conserva el departamento amueblado por Moda in Casa.
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El nuevo éxito de taquilla del cine mexicano aborda la vida cotidiana con el estilo de Hollywood bien aprendido. Tanto, que introduce una costumbre hollywoodense: el product placement, la presentación de marcas reales como parte del escenario.
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“Esto es poco usual en el cine mexicano”, explica Matthías Ehrenberg, productor de la película. “Al principio hubo reticencia de los anunciantes.”
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El productor logró convencer a ocho patrocinadores. ¿Cuánto financiaron del costo total? “No lo hemos medido. No fue mucho, se trató sobre todo de intercambios.” Por ejemplo, Wonder Bra pagó los efectos de la animación de su espectacular y aportó sus productos, muy necesarios si se considera el tema. Domino’s Pizza y Sushi Itto ofrecieron comidas, una juguetera puso las muñecas…
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Y hasta ahora ha sido una buena idea para las empresas. “Es una película que sí se ve. Es el mayor lanzamiento de una producción mexicana, se estrenó en 125 salas”, comenta Ehrenberg.
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El fin de semana de su estreno, tan sólo en las 17 salas de Cinemex en que se presentó, la vieron 33,800 personas, 14% de los asistentes a la cadena, una cifra sólo superada en esa fecha por los estrenos de La Momia y Analízame. “Y eso que fue Día del Padre, lo que baja la asistencia”, dice Alma Rosa García, subdirectora de programación de Cinemex.
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Y todavía falta. En la película, los problemas explotan cuando llega Tomás, representado por Demián Bichir. El personaje más simpático y el más conocido de los actores. Pero en aparente error del guión, el personaje desaparece. ¿Qué pasó con él? “Ya se sabrá en la próxima película”, adelanta Ehrenberg.