Sin desperdicio
¿Quién diría que el pescado que no se consume en México, al que se le llama "de desecho", podría tener gran aceptación en el extranjero y ser un atractivo negocio? Pues Pesquera México lo afirma. Procesar productos marinos para exportar, utilizando especies cuya población es muy abundante pero con poco o nulo interés comercial en México, es su actividad.
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La empresa estudia la localización y métodos de captura de aquellos peces y luego busca mercados externos interesados. "Si de ello nace un proyecto viable, se construye una planta de proceso", explica Refugio García, presidente de la compañía. En 10 años ha adquirido 15 barcos pesqueros y levantado 12 fábricas donde clasifican, cortan, en algunos casos sazonan o filetean, y empaquetan el pescado. Vende medusas enteras y en partes; cuerpos, cabezas y tentáculos de calamar o sardina sin cabeza ni cola, entre muchas otras especies. A sus importadores orientales les gusta el pescado incluso con escamas y vísceras, y de especies despreciadas aquí.
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El asiático es su mayor mercado, adonde dirige 90% de sus exportaciones anuales, de 35,000 toneladas. En Corea, Japón, China, Tailandia, Malasia o Indonesia la demanda de productos del mar es muy superior a la oferta. Además, Pesquera México abrió nuevos destinos en Arabia Saudita, Estados Unidos, Canadá, Centro y Sudamérica.
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Para García, la lealtad de sus clientes es proporcional al cumplimiento de sus exigencias: volúmenes garantizados y calidad conforme a estándares acordados. Sus precios no dejan de ser competitivos, pese a los altos costos de los fletes, gracias a su elevado volumen de mercancías. La pesquera, según el empresario, no ha enfrentado grandes problemas técnicos ni con clientes. Reconoce que en ocasiones le ha faltado capital de trabajo, pero lo ha resuelto con pagos anticipados de sus importadores. Su experiencia es un ejemplo de búsqueda de caminos diferentes para salir adelante.