Si bien es imposible vivir libre de estrés, sí parece viable combatirlo y minimizar su impacto con tácticas de guerra como las que siguen:
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1. Ayúdese. Como los alcohólicos, para imponerse a la tensión reconozca que vive con ella.
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2. Actívese. Correr, caminar, jugar futbol, tenis o nadar son excelentes aliados.
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3. Comparta su estrés. Desde el amigo hasta el psiquiatra, hablar del enemigo ayuda a verlo bajo ópticas distintas e, incluso, a desarrollar mejores formas de combate.
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4. Conozca sus límites. Si un problema se encuentra más allá de su control y no puede ser atacado de momento, deje de luchar inútilmente.
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5. Apapáchese y cuídese mucho. Descanse y coma bien. Un organismo falto de sueño o de buen alimento será cada vez menos hábil en la lucha contra situaciones difíciles.
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6. Diviértase. Así como es inflexible con su agenda, séalo con su tiempo de descanso y juerga.
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7. Actúe. En lugar de autocompadecerse por lo mal que se siente, participe en actividades, involúcrese con el mundo y la gente que le rodea; en el camino podría descubrir que dista usted de ser el centro del universo.
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8. Hágale hoyos al queso. Es decir, forme una lista de tareas y acométalas una a una, dando prioridad a las más importantes.
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9. Cree una atmósfera de quietud. Utilice olores relajantes, música y vistas llenas de paz.
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10. Evite automedicarse. Es posible tomar una pastilla en casos de emergencia, pero el medicamento nunca atacará las raíces del problema. Por el contrario, su mal uso puede crear hábitos perjudiciales.
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