Inventada en la década de los 70, la terapia sexual se aparta de las técnicas tradicionales del psicoanálisis pues combina la psicoterapia con ejercicios a realizar entre consultas. De manera general, se trata de “tareas”, tanto corporales como verbales, que buscan reducir los niveles de ansiedad en la pareja, conocer mejor el cuerpo del compañero y modificar actitudes negativas respecto de la sexualidad. Uno de los ejercicios que se recomienda es la estimulación táctil para sustituir el éxito sexual inmediato por el de dar y recibir placer. Por lo general, esta terapia no dura mucho tiempo, pues no está enfocada a curar disfunciones orgánicas, sino a ayudar a la pareja a aliviar síntomas de tensión sexual.
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En México no es común encontrar matrimonios que recurran a este tipo de consultas, debido a la gran cantidad de mitos y prejuicios que existen en torno a la sexualidad. Sin embargo, los psicoterapeutas afirman que los estilos de vida influyen cada día más en la relación de pareja. Entre los factores que impiden gozar de una interacción plena están: los hijos que ocupan demasiado tiempo, actividades laborales excesivas y presiones económicas o familiares –véase el caso de la suegra entrometida–. Si dos o más de estos elementos se juntan, la relación sexual se tensa y se enfría. Es el momento de considerar la posibilidad de acercarse a un sexólogo. Una opción es el Instituto Mexicano de Sexología.
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