A primera vista, y a nivel nacional, el año que termina deja tras de sí una caída inocultable de tropiezos.
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"Todo comenzó con el error del 20 de diciembre de 1994", podría decir el mexicano de la calle, el mismo que ha -apechugado no sólo con ese yerro, sino también con el severo ajuste económico con el que se ha querido remediar.
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En 1995, resbalaron tres hombres del presidente Ernesto Zedillo --el ex secretario de Comercio y Fomento Industrial, Jaime Serra Puche; el ex secretario de Educación, Fausto Alzati; y el ex secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma-. Muchos banqueros y neobanqueros mexicanos se quedaron sin cobrar sus deudas ... y algunos hasta sin bancos. Los Salinas de Gortari, y el otrora flamígero Mario Ruiz Massieu, quedaron muy mal parados. A Miguel Mejía Barón, por su parte, le sacaron la tarjeta roja y lo mandaron a las regaderas.
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A nivel internacional, los escándalos por corrupción también ocuparon muchos titulares de prensa en Italia. Jacques Chirac, presidente de Francia, enardeció a la fauna pacifista y ambientalista de todo el globo, y hasta a uno que otro ciudadano del mundo que cree que los -experimentos nucleares de Hiroshima y Nagasaki fueron más que suficientes.
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En México, ya se sabe, se vivió un año más en peligro. Ahora hasta los movimientos telúricos y bursátiles le movieron el tapete a sus maltrechos moradores. Pero en 12 meses de consabida adversidad también hubo ejemplos de ingenio y astucia. Tanto a Carlos Slim --si bien sigue siendo cuestionado-, como a Lorenzo Zambrano, la crisis les hizo lo que el viento a Juárez, pues las políticas de austeridad y los bajos costos de administración de las empresas del primero, así como la globalización de la del segundo, los libraron de sufrir los males que atosigaron a la inmensa mayoría de los empresarios nacionales. Otro hombre de empresa, Lorenzo Servitje, artífice de Bimbo, predicó con el ejemplo y optó por reestructurar al personal de su organización antes que -recortar por lo sano y liquidarlo .
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El año tuvo otras notas positivas. Los deportistas mexicanos discapacitados ampliaron la noción de voluntad ante lo adverso, mientras que el Premio Nobel de Química al mexicano Mario Molina (quien lo comparte con el estadounidense Sherwood Rowland), si bien es un triunfo, también es una urgente llamada de atención sobre lo mucho que el país ha dejado de hacer para retener en casa a sus mentes más brillantes.
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Este Informe Especial fue realizado por Loibé Corona, José Jorge Martínez, Javier Martínez Staines, Ana Patricia Ortiz, Elia Parra Domínguez, Antonio Puertas, Zacarías Ramírez Tamayo, Federico Yúñez Roldán y estuvo coordinado por Ernesto Flores Vega.