Alguien, algún día, dijo que el uso de la trusa afectaba negativamente la fertilidad masculina, pero hoy se sabe que cada quien puede usar los calzones que mejor le acomoden sin preocuparse por posibles efectos indeseables.
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Según el Journal of Urology, que abordó la polémica en una de sus ediciones, el hecho de que las trusas vayan más ceñidas al cuerpo no eleva la temperatura testicular, como se había dicho y, por ende, no obstaculiza la producción de esperma. Para probarlo, investigadores de la Universidad de Nueva York analizaron 97 muestras de semen de hombres con problemas de fertilidad. La mitad de la muestra eran usuarios convencidos de los boxers, mientras que 50% restante preferían la ajustada trusa. Los resultados del estudio mostraron que, entre unos y otros, no existían diferencias significativas en el conteo espermático y tampoco las había en cuanto a sus niveles de concentración y actividad.
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El resultado del estudio parece dar la razón a quienes supusieron que la noticia era más bien una jugarreta mercadotécnica para impulsar la venta de los boxers. Sea como sea, hoy el mito ya no existe, y lo que impera es la libertad de cada quien para usar lo que le dé la gana.
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